Adulterio, fornicación y espíritu de división en la nueva congregación
Cuando se habla de Adulterio, fornicación y espíritu de división en la nueva congregación, por lo general se piensa en sexo, contrariedad y de cómo la humanidad juzga los diferentes comportamientos del ser humano, sin embargo Dios nos dice que no debemos juzgar y que debemos saber cómo nos afectan las decisiones tomadas, en la vida espiritual
El adulterio, fornicación y espíritu de división en la nueva congregación que invade al mundo
Antes de abordar el tema, es necesario determinar en nuestras mentes y corazones, el significado de cada una de estas palabras, siendo la idea principal, tener un concepto, con buenas bases espirituales y hasta científicas de ser necesario, para que la información nos lleve a tomar decisiones o corregir actitudes que afectarían nuestro avance espiritual como hijos de Dios.
El Adulterio o adulterium proveniente del latín, y ya sea en la Biblia o cualquier diccionario reconocido, significa mantener relaciones sexuales, o sentimental de manera voluntaria entre personas casadas, con otra que no sea su cónyuge, también es determinado como un acto de infidelidad.
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Mientras que Fornicación proviene del verbo latino fornicari, fornix que a su vez, es un vicio de la aristocracia, ya que era realizado por prostitutas, en la antigüedad, como tal entonces fornicar es el acto de mantener relaciones sexuales, fuera del matrimonio, otros conceptos dicta que es la unión de un hombre y una mujer fuera del matrimonio.
En cuanto al Espíritu de división, es una energía espiritual contraria a lo que es la unidad, asociada en gran manera a los abandonos familiares, y del hogar, en la Biblia se determina como ruptura, división o en una sola palabra que es desavenencia, es decir, todo lo contrario a lo que Dios ha ordenado.
Por su parte, Congregación proviene del vocablo latino congregatio y significa reunión de varias personas para tratar un asunto de conveniencia en particular, como tal este termino esta asociado a una hermandad de fieles o a una comunidad religiosa, para los hebreo, son asambleas de personas reunidas para tratar puntos muy particulares.
Primeramente al analizar los dos primeros conceptos podemos considerar que la acción de estas situaciones por la que pueda atravesar cualquier ser humano casado o no lo conllevan, abrir puertas por así decirlo, desde el punto de vista carnal y espiritual, por lo general y el individuo, no sabrá como cerrar, y hay otros casos que llevarán al individuo a la muerte.
Características de una relación de pareja bajo los parámetros de Dios
En la creación de Dios todo tiene un orden, por lo tanto el sexo no ha sido creado para experimentarlo sin compromiso, tanto el hombre como la mujer al casarse, pierden la potestad de sus cuerpos como tal, es decir; el cuerpo de la mujer es del hombre y el del hombre es de la mujer, pasando a ser ambos una sola carne, esta unión fortalece y cultiva la relación íntima del matrimonio.
En Génesis 1:28 Dios después de crear al hombre y ver, que su obra era buena, les dijo: “fructificad y multiplicaos”, por lo tanto, Adán y Eva tuvieron sexo, y en Proverbios 5:18–19, notamos que Dios, en la perfección de su creación le dio al individuo la capacidad para disfrutar del sexo, sin multiplicarse, generándose entre el hombre y la mujer una unión muy especial carnal–espiritual.
Qué hace que se violen los parámetros que Dios ha dado para la unión carnal y espiritual de un hombre y una mujer
Si tener relaciones sexuales en el matrimonio produce la unión carnal–espiritual, esta bendición divina se cumple también. En el adulterio y la fornicación, ese enlace carnal, ya sea por alguna de las dos causas antes mencionadas, puede generar enfermedades de transmisión sexual que ponen al individuo en peligro, y además se enlaza a un mundo de parejas anteriores que se hayan tenido.
Para entender este punto, el apóstol Pablo en una oportunidad explicó esta situación de la siguiente manera, sí un hombre tiene sexo con una ramera, ésta le traspasa a él todas sus contaminaciones, es como si ese hombre estuviese, teniendo sexo con todos los hombres anteriores a él, acotando que en la actualidad este acto también lo ejecutan las mujeres.
Cuando llevamos esta unión carnal a los cuidados de la ciencia Médica, observamos que existen estadísticas que comprueban las contaminaciones de índole sexual como, SIDA, HIV, cáncer, sífilis, gonorrea, todas transferibles, de un individuo a otro, y cuando el acto sexual es por adulterio, por lo general las parejas se ven contaminadas y hasta el fruto de esa unión.
Pero como se ha venido narrando la unión sexual, no solo genera, ataduras carnales, también son espirituales y no se excluye el hecho que sea por fornicación o adulterio, la única diferencia en estos últimos casos es que no están bajo la ley de Dios, por ello la contaminación espiritual se escribirá con más detalle, ya que la información de salud los leemos y entendemos más.
El apóstol Pablo en 1Corintios6:16 utilizó el ejemplo de la ramera, para explicar, la inferencia del sexo en la vida espiritual, decía que los pecados e inmundicias espirituales también se transmiten a otras personas en la unión sexual y esto es debido a que el sexo, tiene el poder de transmitir de un individuo a otro, pecados, ataduras y esclavitudes espirituales, el sexo es más que un placer.
En Gálatas 5: 17–18–19 El adulterio, la fornicación y otros procederes son obras de la carne y tanto la carne como el espíritu se anteponen, es decir, debemos andar en el espíritu y no bajo los deseos de la carne, que conllevan al individuo a una contaminación espiritual.
Influencia del espíritu de división en la nueva congregación
Para tener claro lo que implica este tipo de influencia, debemos revisar la palabra de Dios. En el libro 1Corintios1:10–11 nos dicen lo siguiente: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas”
Es por ello que necesitamos como cristianos conocer la palabra de Dios, para saber cuándo hacemos algo bajo los lineamiento de Dios o cuando violamos sus estatutos.
No está bien visto por Dios juzgar, señalar o vituperar a ningún otro ser humano, ya que solo Dios, tiene la potestad de juzgarnos, lo que si podemos es tener claro que el Padre celestial no nos pide división, sino unión entre su pueblo.
En múltiples libros de la Biblia se evidencia que Dios rechaza el adulterio, la fornicación, la división de la iglesia y es, porque desde la creación del hombre le dio todo cuanto le permitiera vivir en orden, armonía y felicidad, cualquier comportamiento diferente a este, no es un lineamiento de Dios, ya que son contaminantes del espíritu y debemos vivir por el espíritu y no por la carne.
De qué manera la congregación puede canalizar eventos de adulterio, fornicación y división de una iglesia
Dios en su infinita misericordia nos dejó todo escrito en la Biblia,la cual está inspirada por el Señor y por eso tiene el poder de comunicarse desde el punto de vista espiritual con sus ministros, para así, canalizar las diferentes tentaciones carnales por la que pueda atravesar cualquiera sus hijos, a su vez, todo evento de división deberá ser abordado de inmediato.
Una congregación de Dios y para Dios, no puede estar dividida, y tampoco para tener una mayor cantidad de seguidores, alterar las leyes de Dios siendo permisivos, lo que se debe hacer es canalizar las dificultades bajo la ley y la unción de Dios, y si en la violación de la ley se encuentra una alguna autoridad de la congregación, este o esta, deberá dejar su cargo para dar el ejemplo.
En resumen todo hombre o mujer, tiene que saber que su cuerpo es templo y morada del espíritu santo por lo tanto debemos cuidarnos de los actos carnales que hagamos, especialmente aquellos que violen la ley de Dios, el sexo, no está mal visto por Dios, lo que es juzgado por Dios, es cómo y con quien, se realizará esa unión sexual.
Es recomendable tanto para el hombre, como para la mujer, pedirle a Dios discernimiento a la hora de contraer matrimonio ya que este acto, lejos de ser un compromiso con el hombre o para el hombre, es un compromiso celestial, al unirnos en una sola carne, estamos realizando un intercambio espiritual, que comprometer nuestras almas.
La vida sexual de un individuo, debe y tiene que estar guiada por Dios, él es, el creador de este acto tan sublime, y no solo lo hizo para la reproducción, como en el caso de los animales, la humanidad puede disfrutar de un momento tan sublime como es le del sexo, lo único que ha solicitado Dios es que se realice bajo la unión del matrimonio.
Debemos recordar que al tener sexo ya sea por adulterio o por fornicación, le estamos dando entrada a nuestra vida carnal y espiritual a miles de seres, y con ello a sus complicaciones espirituales, salud, y demonios, todo esto, entrará a vuestros hogares, y como no es un acto basado en las leyes de Dios, la división también formará parte de las consecuencias.
Y por último, ahora ya podemos entender que es lo que sucede con algunas personas que se ven enganchado a otras, y no pueden abandonar el círculo vicioso por más que dicen querer hacerlo, aun así, si has caído en una situación como estas, es importante recordar que Dios tiene el poder para ayudar a regenerar ese espíritu abatido y enfermo, solo debes pedirlo con Fe.
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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda
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