Aprende de la vida de José, sigue su ejemplo y perdona
Aprende de la vida de José para que sigas un ejemplo de lo que significa servir verdaderamente al Señor a pesar de encontrarse en situaciones muy difíciles. Este personaje tuve que atravesar una prueba muy dura antes de poder experimentar la victoria y poder enseñarle una lección a sus hermanos a través de su testimonio.
Aprende la vida de José – 3 características de este personaje
José fue un siervo de Dios que tuve que sufrir la traición y el engaño de sus propios hermanos, quienes le tuvieron envidio por las preferencias que tenía su padre por él. Siendo estas preferencias motivos de celos, odio, resentimientos y envidia que causaron tal traición. Sin embargo José se mantuvo firme en el Señor y tuvo la confianza suficiente para creen en su pronto auxilio.
En este sentido, es importante conocer las diferentes características que identificaron a este siervo de Dios para de esta manera poder seguir su ejemplo:
1.- Estaba lleno de convicciones
Este hombre estaba lleno de convicciones a pesar de su entorno familiar en la cual su padre lo amaba más que a los otros, generando un ambiente de celos, envidia y rencor. Esto lo podemos observar en la siguiente palabra:
“Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores” (Génesis 37:3)
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En esta cita se puede observar que efectivamente su padre amaba más a José y ese amor lo demostró al hacerle una túnica especial de diferentes colores. Esta preferencia fue creando enemistad entre los hermanos y abrió las puertas a la desunión familiar. Por lo cual fue aborrecido por sus hermanos:
“Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía” (Génesis 37.4–5)
En este sentido, los hermanos al ver las preferencias de su padre hacia José fue creando en sus corazones sentimientos de envidia. Hasta los sueños que éste tenía causaban molestia entre ellos porque afianzaba sus cualidades aún más.
Esto lo revela la palabra en los siguientes pasajes: “Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto” ( Génesis 37.11) Incluso pensaron en matarlo, pero su hermano Rubén intercedió por su vida.
En este sentido, estos sentimientos de envidia, de odio y maldad fueron alimentados por el propio padre que acrecentaba las cualidades de José hasta tal punto que causó repudio en sus hermanos. Por lo cual debemos tomar este aspecto para analizarlo e internalizarlo y comprender que como padres podemos alimentar esos sentimientos cuando tenemos preferencias.
Sin embargo, el propósito de Dios se tenía que llevar a cabo y él tenía el control de todas las cosas. Ante todo esto que le estaba aconteciendo, José se mantenía firme creyendo y confiando en Dios, ya que él era un escogido y mantenía una estrecha relación con su Señor.
En este sentido, cuando hay sentimientos de envidia, las personas pueden llegar a hacer cosas inimaginables cegadas por el odio y el rencor hacia la persona favorita. De igual forma podemos ver las consecuencias que nuestros actos pueden causar en nuestra vida y las lecciones que nos da.
Por esta razón es importante destacar la enseñanza de la vida de José y lo que podemos captar para edificar nuestra vida. Al respecto la palabra nos exhorta de la siguiente manera: “El corazón apacible es vida de la carne; Mas la envidia es carcoma de los huesos” (Proverbios 14:30)
José mostró además su convicción a pesar de la condición social en la que se encontraba, ya que fue vendido como esclavo por sus hermanos. Así que a pesar de ese padecimiento y humillación que tuvo que atravesar no perdió su confianza en el Señor.
En la actualidad, no podemos comprender verdaderamente lo que significaba ser esclavo porque hoy día tenemos ciertos derechos que nos protegen de actos de crueldad. Sin embargo también podemos observar muchas injusticias en la sociedad.
Lo cierto es que este joven llamado José tuvo que atravesar por la prueba de ser esclavo, así que este joven consentido tuvo que dejar a un lado su comodidad, halagos de si padre para enfrentarse a los maltratos y humillaciones propios de la esclavitud.
Sin embargo, a pesar de estas terribles circunstancias que José tuvo que pasar, se mantuvo firmes en sus convicciones porque tenía en claro su identidad como hijo del Dios de Jacob.
Aunque los hermanos de José lo repudiaron, lo abandonaron, los ismaelitas lo vendieron y fue víctima de maltratos, pudo resistir porque confiaba en el Dios de su padre. Cuando se relata en la biblia la historia de José, se menciona que Dios movió a este hombre Potifar a comprarlo, porque el Señor nunca lo abandonó, y él tenía el control de todo lo que estaba aconteciendo.
Una vez que José se encuentra en la casa de Potifar, Dios lo bendijo de una forma sobrenatural tanto que cuando Potifar vio a José, éste hacia que todo prosperara y Dios hizo que lo pusieran a cargo de toda su casa. Tal como se puede observar en esta cita:
“Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.Mas Jehová estaba con José, y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio. Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano” (Génesis 39: 1-3)
2.- Fue un hombre de santidad
A pesar de las vicisitudes que José tuvo que atravesar, Dios nunca lo abandonó, sino que cada paso que daba estaba controlado por él, por eso fue tan bendecido en el proceso que estaba viviendo: “Los patriarcas, movidos por envidia, vendieron a José para Egipto; pero Dios estaba con él” (Hechos 7:9)
Por otro lado, este hombre practicó la santidad en todo momento y lo demostró con la mujer de Potifar, porque a pesar de ser tentado no cayó sino que supo rehusar la "invitación" de esta mujer.
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Cuando se dio este acontecimiento tan delicado, José tenía alrededor de 17 años de edad, así que era muy joven. Así que él pudo controlar sus instintos carnales y decidió mantenerse firme. Esto se puede observar en la siguiente cita:
“No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios? Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella” (Génesis 39: 9-10)
En este sentido, José era sin duda alguna un siervo del Señor y estaba aferrado a él porque sus convicciones eran firmes y su confianza estaba puesta en el Dios que le había enseñado su padre Jacob. Así que José al verse tentado, tuvo la firmeza suficiente para huir y no dejarse seducir por la esposa de Potifar porque sus principios eran sólidos y sus creencias era reales.
Al respecto la palabra nos exhorta de la siguiente manera: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor” (2 Timoteo 2:22)
En este orden de ideas, la decisión de pecar contra Nuestro Señor es personal y va a determinar el resultado de nuestras acciones porque ciertamente José fue bendecido en gran manera debido a su obediencia y su santidad.
Sin embargo, la santidad no solo implica estar apartado del pecado, sino que significa además vivir apartado para el Señor. José a pesar de encontrarse en circunstancias muy fuertes, vivía de forma diferente porque estaba apartado para el Señor.
Tal como se dijo anteriormente, Dios estaba siempre con José y cuando se encontraba en la cárcel, el Señor le dio gracia frente al encargado de la prisión hasta tal punto que José se encontraba a cargo de los otros presos.Uno de estos fue el copero del Faraón, a pesar de que se tomó tiempo para recomendarlo, ya que José en una oportunidad le interpretó un sueño. Pero se le olvidó recomendarlo. Tal como se observa en la siguiente cita: “Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó” (Génesis 40:23)
Pero como Dios tenía el control de todas las cosas, el copero vio la situación de los sueños del faraón que no podían ser interpretados, se acordó de José. Y el faraón se percató que José estaba con Dios, tal como se puede ver en el siguiente pasaje:
“Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú. Dijo además Faraón a José: He aquí yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finísimo, y puso un collar de oro en su cuello; y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto” (Génesis 41: 40–43)
En este sentido, el faraón reconoció que el Señor estaba con José y por eso lo puso en alto y le dio poder y lo enalteció en gran manera. Además reconoció su santidad, porque se había apartado para Dios.
3.- José aprendió a perdonar
Una de las características de este personaje bíblico es que aprendió a perdonar a sus hermanos a pesar de las cosas malas que le hicieron. Por lo cual los recibió y les dio una lección de lo que significa el perdón y el amor y la compasión, ya que José sintió misericordia de ellos en vista de la escasez que los sucumbía.
En este sentido, José nos enseña que cuando perdonamos estamos dejando atrás el pasado que nos ata. En la historia de este siervo de Dios, podemos observar que cuando él predijo los siete años de hambre en la tierra, los hermanos descendieron desde su tierra en busca de alimentos.
Y cuando José vio a sus hermanos, ante su reacción podemos darnos cuenta que ya los había perdonado. Él tenía la autoridad para vengarse de sus hermanos pero no lo hizo porque su convicción hacia Dios y su propósito era firme. El perdón real tiene que ver con el hecho de dejar todo atrás, no se trata de olvidar porque eso resulta difícil, pero se trata de sanar las heridas de tu pasado para que cicatricen y ya no te causen dolor.
En este sentido José aprendió a perdonar a quienes le hicieron tanto daño y quienes quisieron hasta matarlo. Pero su convicción hacia Dios era muy sólido y él creía de todo corazón en el Dios de su padre Jacob, así que no podía tener resentimiento con su propia sangre.
Ante esto la palabra nos exhorta de la siguiente manera: “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas” (Mateo 6:14-15)
Así que José nos enseña en su testimonio que debemos aprender a perdonar para poder ver al Padre, ya que el que no perdona vive atado y encadenado a ese resentimiento y rencor. Pero el que perdona es libre de toda cautividad. Por esta razón, José siendo esclavo se sentía libre porque dentro de su corazón tenía el amor de Dios, lleno de su presencia y lleno de perdón.
De esta manera que la vida se trata de eso, de aprender de las situaciones que se nos presenta en la vida, de los tropiezos, traiciones, tribulaciones, tristeza, porque es parte del proceso para nuestro crecimiento personal.
Como creyentes con esta historia de José debemos tomar sus enseñanzas y ponerlas en práctica porque es un ejemplo vivo de lo que significa el perdón, la misericordia y el amor. Cuando se tiene la convicción de que tenemos un Dios poderoso que nos protege, podemos vivir confiados.
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