Cinco tipos de personas que podemos ver en la iglesia
Los Cinco tipos de personas que podemos ver en la iglesia, puede ser muy variante, ya que en la biblia dice que ahí encontraremos la cizaña y el trigo juntos. La iglesia constituye el cuerpo de Cristo, constituido por diferentes miembros fundamentales para su funcionamiento.
La humanidad de una forma u otra, busca un lugar donde congregarse para cambiar y fortalecer el espíritu, y lo ideal es seguir los pasos de Cristo, tal como lo revelan sus evangelios llenos de enseñanzas, de amor y sabiduría de lo Alto.
Cinco tipos de personas que podemos ver en la iglesia y que siempre la vamos a encontrar
En los templos o iglesias donde asistimos desde, siempre y por siempre van a existir personalidades que asuman o no, el objetivo que es seguir a Cristo, su justicia, paz y salvar nuestras almas para una eternidad, si bien buscamos la solidaridad y no juzga o tentar al prójimo existen, comportamientos que nos tienta a que esto no sea así.
Cuáles son los cinco tipos de personas que vemos en la iglesia
En la iglesia podemos encontrar diferentes tipos de personas que de alguna u otra manera influyen en el progreso de la iglesia, bien sea de forma negativa o positiva:
1.- Los dolientes
Los Dolientes, este tipo de personas son aquellos que se mencionan en Marcos 2:3, ven en esa comunidad de hermanos la oportunidad de curar a sus enfermos porque saben que la oración de varios humanos en el nombre de Jesucristo genera un poder sanador, y por ello siempre estarán allí no solo con sus enfermos sino con cualquier otro que necesite ese milagro de Dios.
Los que llevan encima a esos dolientes, existen personas en la iglesia que con conocimiento de que el ministerio de la evangelización esta en ellos, o no, alguno autores los llaman, evangelistas anónimos, son capaces de buscar, transportar, orar, dar lo que fuese necesario por los dolientes, son gentes que Dios ha ungido con el don de la misericordia, sabemos más de ellos en Marcos 2:3.
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2.- Los insensibles
Los Insensibles, en la Biblia menciona a estos seres en Marcos 2:6–7 “Estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?” Son personas que están en la iglesia, pero no hacen nada solo critican son y por lo general son los que menos hacen.
Como humanos conscientes de que, de todo hay en la viña del señor, debemos tomar como ejemplo a este tipo de personas, para no hacer o tener estas actitudes, más bien, ceñirnos a lo escrito en Proverbios 13:3 que dice:“El que guarda su boca guarda su alma; más el que mucho abre sus labios tendrá calamidad”. Aun así, este comportamiento no nos deben alejar de Dios.
3.- Los apáticos
Los apáticos son aquellos que asisten poco a la iglesia. Para este tipo de personas existen varios posibles motivos por lo que se desenvuelven así, alguno de ellos podrían ser: Los primeros en estas listas son aquellas personas en busca de algo más en sus vidas, así que asisten solo para ver o curiosear, ver si quedan convencidos por algún milagro que acontezca, pero en realidad, tampoco saben que buscan.
4.- Los que no quieren compromiso
Aquellos que saben lo que buscan pero no desean comprometerse, pero, también existes aquellos que no opinan, no ayudan en nada, ni al doliente, ni al que carga con el doliente, no oran, es decir no actúan en nada, y lo más grave es que este tipo de acción de manera consciente o inconsciente impiden que otros entren a las iglesias.
Este tipo de comportamientos Jesús los explica en Marcos 2:22 cuando dijo: “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar” Cuando somos nuevas criaturas en Cristo, cambiamos de todo corazón.
5.- Los que poseen el don de sanación
Por último, pero no menos importante, dentro de la iglesia podemos encontrar a aquellos seres que tienen el don de sanación, también se les llama los agentes de gracia, y en estos casos la palabra sanar se extiende a muchas acciones como por ejemplo orando en el nombre de Jesucristo, predicando la palabra de Cristo, podemos sanar muchos corazones, buscando que halla comunión entre todos como lo dice el Salmo 133.
En resumen, de todo podemos encontrar en la viña del señor, sin embargo, no somos quien, para criticar o excluir, de la casa de Dios a un humano, la idea es sumar más almas para Cristo.
Es por ello es que, en ese orden de ideas debemos pedirle discernimiento a nuestro Padre celestial, para que nos ayude a comportarnos como él quiere que lo hagamos, y seamos ejemplo para su rebaño.
Ni aun uno, es perfecto, pero, somos hijos de Dios con todas nuestras imperfecciones, y cuando vamos a los pies de Cristo, el Espíritu santo actúa en nuestras vidas, para no ser piedra de tropiezo para esas otras almas que vienen en busca de la salvación, nos convertimos en los seres que el desea que seamos con humildad, dedicación y obediencia.
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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda
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