Cómo agradar a Dios y hacer su voluntad

Cómo agradar a Dios, para responder esta interrogante debemos saber lo que el Señor espera de nosotros, lo cual puede resultar algo difícil de lograr, ya que nunca podremos igualarnos a él. Sin embargo podemos permanecer en rectitud y obediencia para hallar gracia delante de la presencia de Dios.

El sacrificio de Jesucristo es un vivo ejemplo de cómo debemos agradar a Dios, ya que al hacer la voluntad de él, estamos cumpliendo su propósito en nuestra vida y estamos actuando conforme a su palabra. El camino del creyente no es fácil y es estrecho, pero si caminamos con Jesucristo podemos estar seguros de que estamos haciendo lo correcto delante de los ojos de Dios.

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    ¿Cómo agradar a Dios? 7 aspectos a considerar para hallar su Gracia

    Este interrogante nos lleva a reflexionar acerca de nuestras acciones en este mundo y de lo que mostramos a los demás y a Dios. Por lo cual es importante leer la biblia y así tener una noción más clara de los aspectos que debemos considerar para agradar a Dios y obtener los beneficios de su redención.

    Jesucristo es un ejemplo a seguir, ya que en obediencia hizo su sacrificio perfecto por amor al prójimo, para que éste tuviera vida eterna y pudiera ser absuelto de toda culpa.

    Pero además impartió en sus enseñanzas el amor que debemos dar a nuestro prójimo para agradarle, seguir sus mandamientos y predicar el evangelio a toda criatura para que no se pierda.

    Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje bíblico: “Finalmente, amados hermanos, les rogamos en el nombre del Señor Jesús que vivan de una manera que le agrada a Dios, tal como les enseñamos.

    Ustedes ya viven de esta manera, y los animamos a que lo sigan haciendo aún más. 2 Pues recuerdan lo que les enseñamos por la autoridad del Señor Jesús” (1 Tesalonicenses 4)

    En este sentido, Dios nos manda a que vivamos una vida en obediencia y rectitud, siguiendo sus mandamientos y adoptando un estilo de vida que agrade a Dios, siendo semejantes a Cristo, quien hizo la voluntad del padre Celestial y fue un ejemplo del amor y misericordia de Dios. En la biblia podemos encontrar diferentes maneras para agradar a Dios:

    1.- La fe en Dios:

    Tal como lo dice su palabra, debemos tener fe para poder agradarle: “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6).

    Esta cita nos muestra que la fe tiene que ver con la creencia plena en Dios y en que él hará lo que ha prometido en su palabra. Lo cual es esencial para obtener la gracia que queremos de Dios.

    Además nos da un ejemplo de esta clase de fe en el libro de Enoc (v. 5). Este personaje bíblico vivió en un mundo que se hacía cada vez más perverso antes del diluvio, sin embargo él no se dejó perturbar por la maldad de ellos.

    En vez de esto tuvo la determinación de caminar con Dios y agradarle en gran manera cumpliendo su palabra y creyéndole solo a él.

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    Enoc creyó en Dios, el Creador del cielo y la tierra, y además creyó que regresaría a la Tierra y por eso actuó correctamente delante de los ojos del Supremo, ya que Enoc sabía que los actos impíos traerían malos resultados y debían reemplazarse por acciones buenas, caminando junto con Dios para que este mundo pudiera alcanzar la paz verdadera y el gozo.

    Esto lo podemos ver en la siguiente cita bíblica:“Por fe Enoc fue transferido para que no viera la muerte, y no fue hallado en ningún lugar, porque Dios lo había transferido; porque antes de su transferencia tuvo el testimonio de haber sido del buen agrado de Dios” (Hebreos 11:5).

    2.- Tomar en cuenta al Espíritu:

    En la biblia se resalta el hecho de que debemos ocuparnos del Espíritu y tomarlo en cuenta más que a las cosas banales de la carne y de lo terrenal. Ahí se menciona dos tipos de mentes: La mente carnal, humana y terrenal, y la mente espiritual, aquella que está guiada por el Espíritu de Dios. Por lo cual, morar en el Espíritu es una condición para poder agradar a Dios.

    Tal como lo señala la siguiente cita bíblica: “Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios” (Romanos 8:6-8).

    Por otro lado en el libro de Hechos 2:38 el apóstol Pedro nos habla acerca del proceso que Dios ha planteado para que nosotros podamos recibir y seguir su Espíritu: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

    En la biblia el apóstol Pablo explica detalladamente su propia experiencia con respecto a los tipos de mentes con las cuales debemos enfrentarnos, ya que en diversas situaciones podemos estar entre lo carnal y lo espiritual.

    Lo que le resultó a este personaje de la biblia algo realmente desafiante, tal como nos puede parecer el proceso del cambio en Romanos 7, en el cual Jesucristo deja claro que su intención es liberarnos y convertirnos en sus hijos: “Gracias a Dios, por Jesucristo Señor nuestro. Así que yo mismo, por un lado, con la mente sirvo a la ley de Dios, pero por el otro, con la carne, a la ley del pecado” (Romanos 7:25)

    Por otro lado hay que resaltar que a Jesucristo le agrada cuando alguien de la familia que es pecador se arrepiente y busca el verdadero camino, tal como podemos observar en el siguiente pasaje: “¡Sí! Jesús dijo que hay “gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente” (Lucas 15:7). Así que a Dios le agrada cuando alguien se une a la familia de Cristo y busca el perdón de sus acciones.

    3.- Tenerle temor a Dios:

    Cómo agradar a Dios
    Cómo agradar a Dios

    Tal como lo dice la palabra, el principio de la sabiduría es el temor a Dios, y representa uno de los aspectos que hay que tomar en cuenta si queremos agradar a Dios: “Se complace el Eterno en los que le temen, Y en los que esperan en su misericordia” (Salmo 147:11).

    Así que las Sagradas Escrituras nos muestran que debemos temer a Dios debido a que es bueno que sepamos claramente que Él es el más poderoso, es el ser Supremo que controla todo y por lo cual debemos reconocer su majestuosidad y saber que merece la honra y la gloria. Cuando le demostramos que sentimos temor ante su presencia, estamos demostrando respeto.

    Al tener el temor correcto y el respeto a Dios, nos motivará a evitar de cualquier manera el respeto a nuestro Padre Celestial. Esto nos recuerda que Dios nos hace responsable de nuestras propias acciones y debemos asumir nuestros errores delante de Dios, arrepintiéndonos de nuestros pecados y perdonando a nuestro prójimo. De esta manera, Dios reconocerá nuestra humildad y tendrá misericordia de nosotros.

    Por otro lado, a través del temor a Dios podemos confiar plenamente en sus propósitos y puede además incrementar el amor hacia él. La oración es muy importante para establecer una relación sólida y firme ante las dificultades que se nos presenten y nos puede ayudar a mantener una mente más espiritual que carnal.

    4.- Estudiar la palabra y seguir el ejemplo de Cristo

    Jesucristo es la representación de Dios en la tierra, por lo cual debemos seguir sus caminos, tal como lo dice el siguiente pasaje: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd” (Mateo 17:5).
    Dios le mostró a Santiago, Pedro y Juan la visión del futuro Reino de Dios que es conocida como la transfiguración, donde se revela la preeminencia de Jesucristo. Por lo cual debemos seguirlo para agradar a Dios.

    5.- La obediencia a Dios

    En la biblia podemos observar un claro ejemplo de lo que es la obediencia a él y las consecuencias si no lo hacemos: “¿Se complace el Eterno tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras del Eterno? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22).

    En esta cita bíblica se revela la molestia que sintió Dios ante el rey de Israel, Saúl, quien había desobedecido el mandato de Dios con la excusa de que el pueblo quería dar aquello que debería haberse destruido de acuerdo Dios. Pero nuestro Padre Celestial no desea nuestros regalos físicos, si quebrantamos las leyes impuestas por él.

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    De esta manera debemos comprender que Dios no nos ordena obedecer únicamente porque resulta ser provechoso para nosotros sino para que crezcamos en carácter y seamos justos y santos delante de la presencia de Dios. Tal como se puede apreciar en Deuteronomio 10:12-14:

    “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma; que guardes los mandamientos de Jehová y sus estatutos, que yo te prescribo hoy, para que tengas prosperidad? He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella”

    6.- Hacer la voluntad de Dios que es perfecta:

    La voluntad de Dios hace referencia a seguir sus caminos, obedecer su palabra y encomendarnos a él. Por lo cual la Biblia nos muestra la voluntad de Dios para con nosotros, y estudiarla resulta ser una de las maneras para conocer cómo agradarle en todo momento. Además nos enseña acerca del sentido que tiene hacer la voluntad del Padre Celestial. Lo cual podemos visualizar en el siguiente pasaje:

    “Os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos.” (Hebreos 13:21).

    En este sentido, la voluntad de Dios no se trata solo de conocer lo que Él quiere para nosotros sino que considera hacer “toda buena obra” para crecer a nivel espiritual y llegar a ser semejante a él, y Jesucristo es el máximo representante del significado de la voluntad de Dios cuando enfrentó la crucifixión para salvarnos.

    Sin embargo antes de ejecutar el plan de Dios oró de esta manera: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Así que él estaba preparado a entregarse completamente a la voluntad de su Padre.

    7.- Hacer los sacrificios que Dios quiere:

    En la biblia podemos apreciar el mayor sacrificio que hizo Jesús en la cruz del calvario en obediencia a Dios, para así redimirnos de la esclavitud del pecado y salvar nuestra alma del maligno. Este sacrificio fue ejecutado con sangre como un fiel ejemplo de lealtad, compromiso y fortaleza.

    Por lo cual Dios demanda a que seamos semejante a Cristo y obedezcamos su palabra, pero para ello debemos hacer sacrificios y dejar atrás lo terrenal y carnal, para dar lugar a lo espiritual, y así alcanzar la vida eterna. Tal como aparece en el siguiente pasaje de la biblia:

    “Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios” (Hebreos 13:15-16).

    Por otro lado, en la biblia se resalta el hecho de que Dios aborrece los sacrificios hechos en desobediencia, ya que no los toma en cuenta. Sin embargo, existen sacrificios en los que él se complace, tal como las alabanzas y el agradecimiento a él. Además es importante que para agradar a Dios prediquemos su palabra y podemos hacer nuevos creyentes para que nuestro prójimo obtenga

    también la redención. Esto se puede observar en la siguiente cita:

    “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas” (Mateo 22:37-40).

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