Conexión disponible para decidir – Aspectos importantes para tomar buenas decisiones

Conexión divina para decidir va a determinar que nuestros pasos sean certeros y que nos mostremos firmes ante las diferentes situaciones de la vida, en la cual una decisión nos puede cambiar la vida por completo.

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En este sentido, existen decisiones muy importantes que debemos tomar a lo largo de nuestro transitar por este mundo. Por lo cual como hijo de Dios debes mantenerte firme sobre la roca para que no se derrumbe lo que has construido.

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    La conexión divina para decidir – Aspectos importantes para tomar buenas decisiones

    Tal como se señaló anteriormente existen decisiones determinantes en nuestra vida que pueden cambiar el curso de nuestro propósito aquí en este mundo. Por lo cual es de suma importancia mantener la comunión con Dios en todo momento para que dirija tus pasos, ya que nada podemos hacer por nuestras propias fuerzas.

    De igual forma debemos escudriñar la palabra para conocer a Dios porque esta verdad nos hará libre y nos ayudará a tomar decisiones conforme a la voluntad de Dios. Al respecto, existen diferentes aspectos que debes considerar, tales como los siguientes:

    1.- Tener expectativas grandes

    Toda decisión va a ser determinante en nuestra vida diaria y va a dar fruto dependiendo de lo que hemos sembrado porque cada decisión puede ir en función de nuestro crecimiento personal o espiritual o puede desviarnos del propósito que tenemos como hijos de Dios.

    En este sentido las decisiones conllevan a una cosecha, ya que en nuestra rutina diaria decidimos levantarnos a la mañana, decidimos hacer las labores del hogar, preparar el desayuno, hacer el café, en caso de tener hijos, alistarlos para ir al colegio, entre otras cosas propias de la vida misma.

    Entonces el mundo entero gira en torno a la constante toma de decisiones que pueden ser sencillas o complejas dependiendo de cada caso en particular. Hay decisiones que incluso determinan la vida o la muerte de una persona, como por ejemplo cuando decidimos fumar, beber alcohol, alejarnos de Dios. Lo cual puede traer consecuencias nefastas tanto para la vida personal, física, como para la vida espiritual.

    Así que siempre que se toman decisiones conllevan a un resultado que puede ser negativo o positivo, y que va a influir de forma significativa en nuestro futuro y éxito en la vida.

    En este sentido, hay que resaltar que la mejor decisión que una persona puede tomar es la de aceptar a Cristo como su único verdadero Dios y salvador, porque aunque de igual forma vamos a cometer errores, estaremos siempre bajo la cobertura de nuestro Padre, quien nos ayudará a tomar las mejores decisiones en nuestra vida.

    Para el mundo, siempre escuchamos decir no hay vuelta atrás, ya lo hecho, hecho está, ya no tiene solución. Pero en Cristo todo es posible y siempre tenemos solución porque él es el Dios de lo imposible y puede transformar por completo nuestra realidad.

    Así que en medio de la aflicción, el dolor, la angustia, el sufrimiento, tendremos al consolador de nuestro lado, dándonos aliento y esperanza. Tal como la palabra lo señala:

    “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26)

    En la biblia podemos encontrar diferentes ejemplos acerca del impacto que tuvieron las decisiones que se tomaron, donde esto trajo como consecuencias maldiciones irrevocables.

    Por su parte, el rey David tuvo que escoger entre tres castigos que le otorgó el Señor, quien le dijo que debía elegir uno de estos tres. Para poder entender esta situación, debemos aclarar o señalar que David cometió muchos errores en su vida, desde al adulterio hasta el homicidio de una hombre inocente.

    De igual forma, también se equivocó con respecto a la realización de un censo, donde había decidido tomar nota y controlar a su ejército, y el Señor le había dicho que no lo hiciera porque no le correspondía hacer este tipo de cosas, ya que era un hombre de Dios.

    Pero David no escuchó la voz de Dios e igual llevó a cabo ese censo y tomó una mala decisión y esto conllevó a un mal resultado, en el cual debía escoger entre tres años de hambre, tres meses de persecución de sus enemigos o tres días de peste, y David eligió tres días de peste, entonces durante esos tres días la peste cayó sobre el pueblo de Israel y por eso murieron setenta mil israelitas, debido a una mala decisión de David.

    Por otro lado, encontramos la historia de Esaú y Jacob, quienes eran hermanos pero tenían diferentes formas de ser. A Esaú le gustaba estar en el campo y cazar, y Jacob se dedicaba a estar en la tienda.

    En una oportunidad, su hermano Esaú se fue a cazar pero no pudo cazar nada y llegó cansado y con hambre. Jacob estaba preparando un guiso y a Esaú le provocó y quiso comer un poco, pero Jacob aprovechó la oportunidad para decirle que le daba del guiso si le daba su primogenitura.

    La primogenitura hace referencia al privilegio que tiene el primer hijo, ya que posee más concesiones de la herencia y siempre recibía lo mejor. Así que el primogénito era el principal, era el más importante de los hijos.

    Esaú no valoró este privilegio y cambió su primogenitura por un plato de lentejas, lo cual fue una muy mala decisión que le trajo consecuencias nefastas, perdiendo la bendición de su padre.

    De esta forma, Esaú terminó teniendo una vida lejos de lo que el Señor había planificado para él porque vendió su privilegio porque Jacob fue más astuto y valoró más la primogenitura que su hermano.

    2.- Existen otras formas para decidir

    El Señor puede comunicarse de diferentes maneras con sus hijos y él se revela ante nosotros para hablarnos mediante su palabra. Pero cuando se trata de tomar decisiones, debemos discernir lo que es bueno para nosotros y lo que nos conviene.

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    No podemos tomar decisiones apresuradas sin la dirección de Dios porque podemos llegar a cometer muchos errores que pueden afectar nuestra vida en muchos aspectos. Así que el Señor se manifiesta para guiarnos y ayudarnos a escoger el mejor camino para nosotros, pero a veces no escuchamos la voz de Dios y nos dejamos llevar por nuestros sentimientos.

    En este sentido, debemos evitar ser impulsivos porque cuando se toma una decisión apresurada y sin pensar, es muy probable que cometas errores. Debemos aprender a esperar en el Señor y comprender que el tiempo de Dios no es el mismo que el de nosotros.

    Por otro lado debemos evitar tomar decisiones cuando estamos atravesando un momento difícil o tenemos algún problema interno que nos está afectando. Muchas veces las personas a nuestro alrededor quieren opinar y decidir por nosotros pero no todos tienen la sabiduría para dar consejos, siempre es bueno escuchar la voz de Dios.

    3.- Busca primeramente al Señor

    La conexión divina para decidir se logra mediante la comunión constante que se tiene con Dios porque antes de tomar cualquier decisión debemos primeramente buscar su presencia y encaminar nuestra vida a su dirección, no a nuestros propios deseos ni caprichos.

    Muchas veces la toma de malas decisiones se dan cuando nos hemos apartado del Señor y nos hemos distanciado del propósito que él tiene para nuestra vida, es decir, nos hemos enfriado y estamos dormidos espiritualmente. Por lo cual pensamos y sentimos en la carne, y nuestra vida gira en torno a lo que considero correcto o a aquello que me satisface.

    Sin embargo, los resultados nos dicen lo contrario porque cuando trato de resolver las cosas por mi propia cuenta, dejando a Dios a un lado, las cosas comienzan a enturbiarse.

    Esto se debe a que como humanos podemos fallar y cometer errores, pero si estamos en Cristo y permanecemos en su voluntad, nuestras decisiones tendrán la cobertura de Nuestro Señor Jesús, quien guía nuestro andar.

    Conexión disponible para decidir
    Conexión disponible para decidir

    En la biblia encontramos a dos mujeres, una llamada Marta y otra de nombre María. Nuestro Señor Jesús estaba con ellas sentado en la sala de la casa y María quien era una de las hermanas, estaba escuchando como Jesús le contaba las cosas que sabía y cómo le transmitía su sabiduría.

    Por su parte, la otra hermana Marta estaba haciendo las labores del hogar y ella le dice a Jesús que mientras ella está trabajando y haciendo muchas cosas, su hermana María está sin hacer nada, y Jesús la exhorta y le dice que su hermana María ha tomado la mejor decisión de escucharlo porque la mejor opción es escuchar la voz de Dios.

    En este sentido, en esta vida estamos sumergidos en la rutina donde debemos decidir todo lo que hacemos y muchas veces descuidamos lo más importante que es el estar en la presencia del Señor porque esta comunión nos ayudará a tomar las mejores decisiones de nuestra vida. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje:

    “Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada” (Lucas 10: 38-42)

    En este mismo orden de ideas, es importante resaltar que lo que mueve al mundo no es una posición económica, ni títulos, ni la posesión de bienes materiales. Lo que mueve al mundo es la misericordia de Dios, quien nos redimió aun siendo pecadores y nos ha dado la oportunidad de entrar al Reino de los Cielos.

    Pero para poder obtener este regalo y ser merecedor de su gracia y de su perdón debemos tomar la mejor decisión de nuestra vida, y es la de reconocernos hijos de Dios, confesar que somos débiles y pecadores y aceptar y recibir en nuestro corazón a Cristo como nuestro único salvador.

    Debemos tomar la decisión además de apartarnos del mundo para vivir en Cristo, dejando morir los deseos de la carne y darle nacimiento a otro ser renovado y transformado a imagen y semejanza de nuestro Padre.

    Por otra parte, encontramos en la biblia otro ejemplo de lo que implica la toma de decisiones y es el caso de la reina Esther quien no solo era hermosa físicamente sino que además tenía la belleza del Señor. Ella se encontraba en una situación difícil en la cual debía interceder por su pueblo pero no podía hablar con el Rey porque no era permitido hacerlo.

    Sin embargo, ella tomó la decisión de arriesgar su propia vida para que su pueblo no pereciera. Pero primeramente tomó la decisión de buscar al Señor y por eso mandó a ayunar a su gente:

    “Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días, noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente, y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a la ley; y si perezco, que perezca. Entonces Mardoqueo fue, e hizo conforme a todo lo que le mandó Ester” (Ester 4:15-17)

    El Rey al ver la belleza de Esther y su nobleza, buscó una solución de la cual el pueblo de Israel salió victorioso. Así que Dios puso gracia en esta reina para que el rey tuviera misericordia e hiciera justicia con el pueblo de Israel:

    “Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real de azul y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púrpura. La ciudad de Susa entonces se alegró y regocijó; y los judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra Y en cada provincia y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey, los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos, porque el temor de los judíos había caído sobre ellos” (Ester: 8-15-17)

    De igual forma encontramos en la biblia a una mujer que decidió tocar el manto de Jesús para ser sana del flujo de sangre que la agobiaba y el Señor a ver su fe, la sanó y fue testimonio del Poder infinito de Dios:

    “Pero una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años, y que había gastado en médicos todo cuanto tenía, y por ninguno había podido ser curada, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto; y al instante se detuvo el flujo de su sangre” (Lucas 8:43-44)

    En este sentido, debemos buscar siempre la conexión espiritual y divina de Nuestro Señor para obtener la victoria en todo lo que hagamos, debemos saber esperar y comprender que la voluntad de Dios es perfecta y que él obra para nuestro bien.

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