Construirse como un templo para Dios - Principios a seguir
Construirse como un templo para Dios, es la oportunidad que tiene todo ser humano de hacer de su cuerpo, alma y espíritu una morada para nuestro creador, con la responsabilidad y el compromiso de que al tomar decisiones en la vida, éstas se encuentren bajo la dirección del Todopoderoso y que nuestras acciones permitan glorificar su nombre por siempre y para siempre.
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Construirse como un templo para Dios - Principios a seguir
En 1 Crónica 28:10 David nos orienta “Salomón, hijo mío, a ti te pido que reconozcas la autoridad del Dios de tu papá. Te pido que siempre le sirvas con un corazón puro y un espíritu entusiasta, porque el SEÑOR siempre mira el corazón y conoce todos los pensamientos de los hombres. Si lo buscas, él dejará que lo encuentres. Pero si lo abandonas, él te rechazará para siempre”
Las Sagradas Escrituras nos dan orientación de cuál es la actitud a seguir para hacer de nosotros un templo para el creador, siendo la pureza de corazón y la obediencia dos herramientas indispensables para la formación de este templo, la orientación de rey David debemos analizarla más allá de lo material, ya que en este caso es nuestro ser, en todo su esencia el templo para Cristo el Señor.
Todo aquel que es padre debe guiar a sus hijos para que su ser, sea templo del Dios Supremo y así estar en libertad, armonía y paz. Desde jóvenes nos planteamos metas a seguir y obtener y eso es importante para todo ser humano, no solo para el joven, sino que hasta nuestra vejez eso es elemental, sin embargo es necesario tener claro que si somos templo de Dios, el éxito está asegurado.
Muchas veces planificamos cosas en nuestras vidas que no están en los proyectos de Dios para nosotros, sin embargo cuando nuestro cuerpo, mente, alma y espíritu son templo de Dios, él pone sus ojos sobre nosotros y nos guía para hacer su voluntad, con un corazón entusiasta que asume el gran privilegio y reto que él tiene planificado.
Cuando la dirección viene desde nuestro Padre creador, las metas y todo en nuestro alrededor se alinea, pero, debemos estar conscientes de que si Dios te mira, el mal también, el cual no desea que el objetivo que Dios tiene escrito para sus hijos se cumpla, sin embargo si el creador esta en nuestro templo, todas esas tormentas serán superadas.
Dios como arquitecto de nuestro templo
Al dejar que Dios sea el arquitecto del templo de nuestra vida, estará edificada sobre una roca firme que aunque vengan las mil y un tempestades o avatares de la vida no serán derribadas, debido a que están plantadas en una estructura estable, nuestro templo, será igual a una casa edificada en una roca firme, Jesucristo nos habló de ello en Mateo 7:24-25.
Nuestra rutina de vida es comparable al hombre insensato que edifico su casa sobre la arena y cuando empezaron las lluvias o movimientos de tierra se vino abajo, Jesucristo en Mateo 7: 26-27 nos enseña que si nuestro cuerpo alma y espíritu no son templos de Dios apenas vengan las dificultades caeremos en depresiones, drogas, libertinaje, destruyéndonos y llevándonos al infierno.
Es importante mantener en cuenta que los seres humanos, somos la creación de Dios y que desde que nacemos, estamos formando nuestras vidas, las cuales debería ser el templo del creador, sin embargo ese mismo creador nos da libre albedrio y morará en nosotros si se lo pedimos de todo corazón para que al hacer su voluntad se perfeccione su creación.
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En esta historia, tenemos ejemplo de obediencia, amor, pureza de corazón y de como cuando Dios, conforma nuestro templo personal, nuestras vidas cambian significativamente, la relación de estos reyes con Dios, su proceder y vivencias siguen siendo ejemplos para la humanidad, debemos dejar de pensar en un templo de cuatro paredes, nosotros somos el templo en que debe morar Dios.
Cómo hago de mi ser un templo para Dios
Primeramente es importante que estemos claro de que somos de carne y sangre, que tenemos tentaciones y que somos pecadores, un vez clara esta realidad, debemos internalizar en nuestras vidas a nuestro Señor Jesucristo, quien murió y resucitó para librarnos del pecado y de la muerte, para ello debemos confesarle nuestros pecados, pedirle perdón y que more en nuestro templo.
Al reconocer a Jesucristo como su único Señor y salvador, en su día a día, usted empieza a cambiar y su corazón estará dispuesto a servir a Dios de una manera pura, llena de felicidad. Este sentir le hará tener un carácter siempre humilde, ya que la obediencia hacia Dios deja que él le guie y usted se sienta gozoso de buscarle en espíritu y verdad, garantizado el éxito en esta misión.
Los deseos de cumplir esta misión lo mantendrán alerta, deseoso de agradar a Dios, y si es una persona joven podrá disfrutar todos los días de su vida de experiencias que serán única y exclusivamente para usted, ya que desde joven está buscando que Jehová, construya y more en su templo.
Ahora si eres adulto y nunca habías invitado a Jesús a construir tu templo, pero esta es la oportunidad, Jesucristo nos dice en el libro de Mateo, que él es el camino para llegar al Padre, confiésele sus pecados única y exclusivamente a Jesucristo, pídale perdón de corazón y que construya su templo, los cambios se harán notar de inmediato, porque Jesús lo ama infinitamente.
Al leer los proverbios analizamos como Dios le dio a Salomón gran sabiduría, de hecho no existe otro hombre con la sabiduría que tuvo éste, siendo uno de los mejores ejemplos de lo que significa tener a Dios en nuestras vidas, es un ejemplo de los logros y triunfos que obtenemos cuando es Dios quien hace la obra.
La tentación, siempre va a estar al asecho, pero cuando Dios está en tu templo, impera el deseo infinito de agradar a Dios y se superan muchas barreras, Dios estará dentro de nosotros y a nuestro lado ayudándonos a superar nuestras luchas pero debemos pedir su ayuda, recuerde que usted tiene libre albedrio y Dios jamás lo obligaría a hacer lo que usted no quiera.
En conclusión no hay edad para pedirle a Cristo que more en nuestras vidas, que construya su templo en nosotros, porque solo él salva. Hechos 4:12. Él nos ama infinitamente, imagínese usted delante de una persona de alta jerarquía en la tierra, seguro le guarda respeto, busca agradar y hasta rinde honores porque su rango lo amerita, eso y más debe darle a su creador y salvador.
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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda
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