Los 7 Derramamientos de la sangre de Jesús según la biblia
Los derramamientos de la sangre de Jesús aparecen en la biblia en el momento en que iba a ser crucificado, donde se comienzan a dar las diferentes señales del valor de su sangre y lo que representa, ya que a través de ella seríamos liberados del yugo del pecado.
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En este sentido, la sangre de Jesús proporciona poder ya que está asociada a la Gloria de Dios, y es la revelación notoria y material de la vida perfecta de Dios, donde los cielos y la tierra se encuentran unidos en ella, Dios y el hombre se habían hecho uno mediante la sangre de Jesús.
Los 7 Derramamientos de la Sangre de Jesús según la biblia
Jesucristo vino a este mundo con el propósito de salvarnos de las ataduras del pecado, y por ello Dios lo envió como el cordero para ser sacrificado, muerto y sepultado. Pero resucitaría al tercer día para Glorificar el nombre del Señor.
En este sentido, la obra completa es manifestada en cada forma en que la sangre fue derramada, y representa cada uno de los padecimientos que Cristo sufrió, en la cual su preciosa sangre fue derramada.
La entrada a la Nueva Jerusalén, a los lugares celestiales, a las moradas del Espíritu están delante de cada uno de los hijos de Cristo, quienes deben proclamar y glorificar el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Dentro de los derramamientos de Sangre que experimentó Nuestro Señor Jesucristo encontramos 7:
1.- La sangre de Jesús proveniente de su sudor
El primer derramamiento de sangre que experimentó Cristo fue a través del sudor cuando se encontraba en el huerto de Getsemaní, donde se le apareció un ángel del cielo . Éste es una condición fisiológica del ser humano que se hace presente como un medio de refrigeración donde el cuerpo transpira.
De igual forma el sudor se hace presente cuando nos encontramos en una situación que nos causa miedo, susto, angustia, y esto aparece como una respuesta física. Incluso estos estímulos aceleran el pulso cardíaco y generan una mayor producción de calor.
Nuestro Señor Jesucristo tuvo su primer derramamiento de sangre mediante su sudor mientras oraba fervientemente y se encontraba en total agonía porque sabía que su hora estaba cerca. Su sudor eran como grandes gotas de sangre que descendían hasta la tierra.
En este sentido, el momento más decisivo del ministerio de Jesucristo se dio en el Getsemaní, ya que aquella noche resultó ser la más afligida para él. Pero al final Jesús sabía que se debía cumplir la voluntad de su Padre y estaba dispuesto a tomar esa copa amarga. Tal como lo revela la palabra:
”Padre si quieres, pasa de mí esta copa mas no se haga mi voluntad sino la tuya” “Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (Lucas 22:42-44)
2.- Sangre derramada por los golpes
El segundo derramamiento de sangre de Jesús fue producto del castigo que sufrió con látigos, donde su cuerpo quedó ensangrentado y desfigurado. Éste representa el triunfo sobre el orgullo y la vanagloria, y nos rescata de la opresión del rechazo y discriminación. Nos proporciona el poder para poder sobrellevar las humillaciones, burlas y lograr ser imagen y semejanza de él para que brille su luz admirable.
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Cuando nuestra alma y el espíritu recibe la presencia del santo espíritu, la hermosura de Jesús resplandece en nosotros y en nuestra vida. Así que esa sangre derramada manifiesta victoria y esperanza, y además fortalece nuestro corazón para poder amar de la forma en que Cristo lo hizo. Esto se puede apreciar en la palabra:
”Como se asombraron de ti muchos, de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres” (Isaías 52:14)
3.- La sangre derramada que salió cuando le arrancaron los pedazos de su barba
La barba hace referencia al sacerdocio, y mediante esta sangre lo retomamos y esto nos permite ministrar delante de la presencia del Señor. Es de la barba de Jesús que la unción desciende por todo el cuerpo, tal como pasó con Aarón el sumo sacerdote: “Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras” (Salmos 133:2)
4.- La Sangre derramada por los latigazos que desgarraron su espalda
El derramamiento de esta sangre representa el triunfo sobre toda enfermedad física. Así como Jesús llevó nuestros pecados, él sufrió para llevar en su cuerpo todo nuestro sufrimiento, dolores y enfermedades. Jesús nunca se enfermó mientras estuvo en este mundo. Él fue un hombre santo, sin pecado, por lo cual estaba protegido de toda maldad y el diablo no lo podía tocar.
El enemigo que es Satanás sólo puede tocar la naturaleza que está caída debido al pecado. El príncipe del mal tenía como fin destruir a Jesús con enfermedades, pero no tenía la autoridad ni permiso para hacerlo. Una vez que Cristo está en la cruz se cubre de pecado y recae sobre él toda enfermedad, y la lleva a la muerte, mediante su propia muerte.
Esto es un hecho muy poderoso que nos permiten tener la posibilidad de vivir una vida saludable. Por lo cual, un cuerpo que es limpio con la sangre de Cristo es poco probable que se enferme.
De esta manera, Dios nos hace un llamado para obtener todo lo que Jesucristo dio mediante su sacrificio. Tal como lo expresa su palabra:
”Ciertamente Él llevó nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:4-5)
5.- La sangre derramada por la corona de espinas
Esta sangre lo coronó como Rey de Reyes y Señor de Señores, y a pesar de que se la pusieron como motivo de burla, le proporcionó toda la victoria contra el imperio de Satanás, y conquistó el gobierno de la tierra. Por esta razón tenemos la autoridad de gobernar junto con Cristo.
”Y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él le escarnecían, diciendo: Salve Rey de los Judíos y escupiéndole, tomaba la caña y le golpeaban la cabeza” (Mateo 27:29-30)
En este sentido, la corona representa la gloria, el poder, la victoria. Así que toda burla y humillación representa para cada uno de nosotros el poder sobre el enemigo, ya que a través de ese pacto divino fuimos liberados, perdonados y ahora tenemos la autoridad para derribar fortalezas, echar fuera demonios en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
De esta forma, el derramamiento de la sangre de Cristo por esta corona logró derrotar fortalezas en el aspecto espiritual y en la mente del hombre. Así que ahora podemos llegar a tener la mente de Jesús. Tal como nos exhorta la palabra:
“derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2Corintios 10:5)
6.- La Sangre derramada por los clavos
Esta preciosa sangre representa la victoria sobre toda iniquidad y pecado. Nos abre caminos hacia una vida llena de rectitud y gratitud al Señor, ya que restaura nuestra vida y nos muestra la verdad que nos hace libres: ”Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos”. Es la sangre que también sana la tierra contaminada con nuestras iniquidades” (Isaías 53:11)
En este sentido, Jesucristo al derramar su sangre por los clavos nos está diciendo que él soporta todo dolor por la salvación de la humanidad, y ese amor incomparable nos debe mantener firmes y tener la convicción de que su pacto no fue en vano y que hay esperanza.
7.- La Sangre que salió de su costado cuando fue atravesado por la Lanza
Esta sangre preciosa que brotó de su costado, derramó literalmente el espíritu divino y su poder bendito. Nos da entrada al reino de los cielos y nos conduce al corazón del Señor, tal como lo revela la palabra:
“Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis. Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo” (Juan 19:34-36)
Cuando el Señor nos otorga el privilegio de abrirnos su corazón, entenderemos su absoluta compasión y eso es parte de nuestro propio ser. Así que su sufrimiento en la cruz del calvario es una muestra plena de su devoción y santidad, venciendo de esta manera el reino de las tinieblas.
En los lugares celestiales existen diferentes niveles de ver y conocer plenamente al Señor, desde la hermosa revelación del rostro de Jesús, hasta las inexplicables manifestaciones de su Gloria, la cual se manifestó en la vida de diferentes personajes bíblicos como Moisés, quien pudo ver el rostro del Señor.
La comunión con la sangre de Jesucristo nos lleva a conocerlo íntimamente, y nos va a ir cambiando para que así podamos adentrarnos en las zonas más sensibles de su corazón. Este es uno de los privilegios más grandes al que una persona puede anhelar, ya que Dios solo le abrirá esta parte de su ser a sus hijos fieles.
De todos sus discípulos, solo Juan tuvo la gracia de llegar a conocer profundamente al Señor porque lo amaba más que ningún otro y lo siguió hasta la cruz cuando los demás huían con temor. Pero a Juan no le importó nada, solo estar con Jesús hasta el final:
“no estás sólo, yo estoy contigo hasta el final; y si estar aquí me cuesta la vida, con gusto muero a tu lado.”
En este sentido, debemos comprender que lo que hizo Jesucristo en la cruz del calvario fue algo absoluto. Lo que él hizo, lo hizo una vez y para la eternidad. Pero nosotros tenemos la responsabilidad de apropiarnos de cada parte ya conquistada por Jesús en esa cruz del Calvario.
Si un creyente lucha para poder dejar el pecado es porque existe aún una constante presencia de iniquidad en su vida, la cual debe eliminar por completo a través de la sangre de Jesucristo, la cual nos limpia de todo pecado y su presencia nos aleja del mal.
La determinación del corazón junto con el poder de la sangre de Jesús, le proporcionarán al creyente la victoria plena, donde el enemigo será derrotado y no podrá dañarlo ni físicamente ni espiritualmente.
Beneficios de la sangre de cristo
Los derramamientos de sangre de Jesús representan el perfecto sacrificio que hizo para otorgarnos la salvación. Pero para poder acceder al reino de los cielos debemos ser limpiados, renovados y transformados. Por lo cual debemos pasar por muchas pruebas difíciles para ser moldeados a la imagen y semejanza de Cristo.
El camino es angosto, no es fácil en la actualidad ser creyente, en un mundo tan sumergido en la maldad y en banalidades. Pero su preciosa sangre y lo que representa nos da la fortaleza para avanzar y llegar a conocer el amor de Dios y poder amar así como él lo hizo.
Tomar de la sangre de Cristo nos hace perdonar lo imperdonable. Cuando hacemos la Santa Cena en su nombre somos reivindicados y perdonados de todas nuestras iniquidades, y así como somos redimidos, de igual forma podremos perdonar de corazón y alcanzar la liberación. Lo cual es algo que Dios nos manda a hacer y de esa forma seremos reconocidos como sus hijos, tal como lo expresa su palabra:
“Nadie ha visto jamás a Dios, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece entre nosotros, y entre nosotros su amor se ha manifestado plenamente” (1 Juan 4:12)
De esta forma el amor de Dios se observa en cada uno de los derramamientos de la sangre de Jesús donde su dolor, sufrimiento, angustia, nos liberó de toda opresión del enemigo. Por lo cual como creyentes, a través de su amor debemos reivindicarnos, arrepentirnos y amarnos los unos a los otros. De esta forma podremos acceder al reino de los cielos.
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