Dios como modelo de mi carácter – Cómo imitarlo

Dios como modelo de mi carácter representa la guía necesaria para a actuar conforme a la voluntad de Cristo. Eso es lo único que debería reinar en la mente y corazón de todo ser que desee imitar a Nuestro Señor Jesucristo en espíritu y verdad, tomar su vida y ejemplos como modelo sería agradar a Dios, ya que haríamos su voluntad independientemente de las situaciones que se presenten.

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    Dios como modelo de mi carácter – Cómo imitarlo

     La única guía que tenemos para imitar a Dios es Nuestro Señor Jesucristo, de hecho en las Sagradas Escrituras reza en 1 Pedro 1: 15-16 “sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. Al imitar a Dios, iremos siendo transformados.

    Debemos ser santos en nuestra manera de vivir, y eso lo empezamos a lograr cuando recibimos a Jesucristo como nuestro único, Señor y Salvador, si bien sabemos que tenemos costumbres arraigadas que seguro no nos llevan a tener una vida santa, también debemos saber, que una vez que Cristo llega a su vida, usted es una nueva criatura.

    En 2 Corintios 5.17 dice: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” y usted ahora es un lienzo nuevo para que Dios, dibujen esa vida que es buena, agradable y perfecta la cual se basaran en santidad, como Jesús lo hizo y le dejo ejemplo de ello.

    Funciones del Espíritu Santo

    Ya que somos nuevas criaturas en Cristo, y nuestra mirada esta puesta en Dios Padre Celestial, él, nos ha dejado al Espíritu Santo para formar el carácter de nuestro Señor Jesucristo en nuestras vidas, el deseo de Dios es que seamos parte de su familia celestial y para ello debemos pintar de nuevo nuestro lienzo imitando a Cristo.

    De qué manera imitamos Dios – El carácter dentro del servicio

    De acuerdo a las enseñanzas del apóstol Pablo nuestras mentes serán transformadas a través de la palabra de Dios, para poder crecer en conducta y carácter semejante a Cristo, el cual, es nuestro modelo a seguir de ahora en adelante, ese carácter se ha de formar en el servicio, como pacificador y en el sufrimiento.

    En cuanto al carácter que debemos tener dentro del servicio, es una de las peticiones que Dios nos hace para ser como es él, entonces empecemos a hacernos las siguientes preguntas, qué tengo yo con lo que pueda ayudar a mi prójimo, cómo puedo hacer su vida más grata, está en mi diario vivir algo que pueda dar con alegría, solo porque sé que voy a agradar a Dios.

    El servicio de todo corazón, es algo que debemos practicar tantas veces hasta que salga de verdad, sin importar a quién, o si la humanidad está viendo lo que se hace o cómo se hace, ese detalle déjeselo a Dios, y verá como su recompensa viene del cielo y no del hombre, la misión del servicio es extensa solo oiga la voz de su corazón y déjese guiar.

    Analicemos un poco a detalle Juan 13:14-15 “Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros” nuestro Señor Jesucristo nos dice que no importa el status que tengas, debemos servir con amor y humildad.

    Jesús nos explica que para poder dirigir, primero debemos saber servir a cualquier ser humano, de hecho, en el servicio está incluido vuestros enemigos, toda aquella persona que consideramos inferior en rango, a vuestra secretaria, hijos, esposo, allí está la verdadera voluntad de ser formados en el carácter de Dios, el amor todo lo puede.

    Cuando usted, sienta que no puede servir, solo recuerde a nuestro Señor Jesucristo, nada más, y nada menos que el hijo de Dios y Rey del universo, le dio pena verdad, bueno debemos imitarlo, sirviendo, no somos mayores que Jesucristo, así que debemos ser humildes ir más allá, servir a nuestro prójimo como quisiéramos, ser servidos.

    El carácter como pacificadores

    Tener el carácter de pacificador es ser un pacificador, y esta es una tarea fuerte dentro de todo lo que vivimos, dentro de cómo nos hemos adaptado a una sociedad que está a la defensiva, que insulta, que veja que es injusta y ser pacificadores es volver a empezar en nuestras vidas cambiar todos los patrones de conducta.

    Dios como modelo de mi carácter
    Dios como modelo de mi carácter

    Podría preguntarse, pero cómo puedo perdonar a este individuo que me juzgó, o lastimó siendo yo inocente y también podría decir, cómo puedo yo, ser pacífico ante una situación en donde veo la injusticia y lo que deseo es exterminar a todas las malas personas, déjeme decirle que cuando usted, recibe a Cristo en su corazón muchas cosas cambian.

    Usted, no se convierte en un títere o un insensible, lo que sucede es que usted es una nueva criatura, que está borrando esos malos patrones de conducta agresiva, que le restan vida y lo agobian todos los días, de hecho en Colosenses 3:13 nos indica que de la misma manera como perdono Cristo, todos debemos perdonar.

    Se imagina si nuestro Señor Jesucristo dijese, me voy a vengar de todos ustedes y de sus generaciones por todo lo que me hicieron, me hacen y sé, que me harán, se imagina si nuestro Señor Jesucristo nos gritara porque él tiene la razón, por qué él es más fuerte, me imagino su expresión, ahora ubíquese en el tiempo, y pregúntese él hizo eso.

    Existen estudios científicos, que asocian el cáncer de muchas personas con rencores guardados, malas vivencias, planificación de venganzas contra personas que les han hecho daño, rabias acumuladas y como nos damos cuenta, al final los únicos perjudicados somos nosotros mismos, por ello Jesús nos dijo que perdonáramos.

    Esta tarea debe iniciarse de inmediato, ya que Cristo está en su corazón, nada será fácil, pero con Cristo, todo es posible y cuando vea o se le presenten situaciones en donde desea vengarse, gritar, agredir es necesario que piense cómo actuaria Jesús en un caso como este, y de inmediato saber que él, perdonaría cualquier agresión, entonces hágalo.

    Pero de qué depende que empecemos a perdonar de inmediato, de la comunión que usted tenga con Dios, eso le hará recordar todos los días, que Dios nos perdonó y que por lo que usted o yo vivimos, él ya lo vivió, nos perdonó y nos perdona y no solo eso, olvida para siempre ese pecado, por lo tanto hágalo con su prójimo y con usted mismo.

    Como imitadores de Dios, ser pacificadores, y solo lo lograremos con Cristo en nuestro corazón y vida, recordando que él todos los días nos perdona y él nos dice, que perdonemos, y si él lo dice es si, ya que somos su creación, nos conoce, y sabe podemos cumplir esa petición, si actuamos en el espíritu podremos hacer su voluntad.

    El carácter en medio del sufrimiento

    Cuando hablamos de sufrimiento lo asociamos a dolor, sin embargo se habla que hay dos razones por las que podemos sufrir una es justa y la otra es injusta, una manera justa de sufrir nos lo dio Nuestro Señor Jesucristo, y la otra forma de sufrir nos acontece por razón de nuestros pecados.

    Veamos 1Pedro2:20-21-22“Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”

    Debemos hacer lo bueno y aunque el mundo este en nuestra contra y nos maltraten o acusen con sus injusticias, no debemos dejar de hacer el bien, en todo y para todo, ya que ese es el ejemplo que nos ha dado nuestro Jesús, un ejemplo de sufrir haciendo el bien es, que usted, realice un trabajo y su jefe sea injusto, eso no lo puede llevar a repetir la injusticia, no se contamine.

    A esto se refiere, a las diferentes situaciones por las que tuve que atravesar Nuestro Señor Jesucristo, cuántos maltratos verbales y físicos no le hicieron y le hacemos, ahora la pregunta clave, ¿dejó nuestro Señor de hacer el bien, dejó de cumplir la voluntad del Padre? se puede imaginar usted qué sería de nosotros si eso hubiese pasado, sienta la gran misión de Cristo y siéntase orgulloso de imitarlo.

    En este punto seguir el ejemplo de Cristo no solo es eso, es vivir para su prójimo es sentir su dolor es tener paciencia, es buscar ayudar porque puede entender lo que le sucede, así como Dios ha puesto gente en su vida para que lo entienda y lo guie a los pies de Jesús ahora dígale a Dios Padre estoy aquí Señor, envíame a mí, porque quiero servirte con amor, paciencia y constancia.

    En conclusión se ha podido dar cuenta que hay cosa más importantes en la vida que el dinero, la fama y cualquier otra vanidad que solo nos deja un vacío en lo que se apaguen las luces, Cristo es una luz que jamás se apagara, está encendida en dirección a usted, para que no tema y lo busque en espíritu y verdad, esta es su oportunidad de ser imitador de Cristo, no la pierda.

    Recuerde, no le hablo de religión, le hablo de comunión le digo que hoy es su día, que Dios le dice ven a mí, que Dios le dice que si lo acepta sus pecados le son perdonados y que él, no lo recordara jamás, y quien se lo dice es el Rey de Reyes y Señor de Señores el Dios Padre, lo que le diga la sociedad no tiene peso, sobre la salvación de su alma, no se limite en edad, está es la adecuada.

    Seamos imitadores de Cristo, leamos la biblia porque es el único libro que nos puede decir, como es nuestro Padre Celestial, que hizo, que no hizo y por qué, cuando imite los paso de Cristo se dará cuenta, de que usted, no es superior a nadie, verá que solo es un instrumento en las manos de Dios y es necesario ser usado para salvar su alma de otra persona que necesitan a Cristo.

    Puedes leer: La virtud del dominio propio – Siendo imitadores de Jesucristo

    Dra. Mercedes Pérez Sarrameda

     

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