El poder del perdón - 5 pasos a seguir para perdona

El Poder del Perdón nos libera de toda carga y nos hace sentir que estamos haciendo lo correcto delante de los ojos de Dios. Pero cuán difícil puede resultar perdonar de corazón y no acordarse más de lo que ha pasado. Ese saneamiento de las heridas toma tiempo y por eso debemos persistir en la oración y no dejar de leer la palabra que nos da muchos ejemplos de los beneficios que tiene el perdonar.

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    El poder del perdón

    Cuando estamos heridos, nos sentimos traicionados y sentimos la necesidad de ser retribuidos de alguna forma. Aspiramos justicia y a veces le pedimos a Dios que castigue al opresor. Y esto tiene su basamento en la biblia:

    “Sean avergonzados y confundidos los que buscan mi vida; sean puestos en fuga y humillados los que traman el mal contra mí. Sean como paja delante del viento, con el ángel del SEÑOR acosándolos. Sea su camino tenebroso y resbaladizo, con el ángel del SEÑOR persiguiéndolos” (Salmos 35: 4-6)

    En este sentido, en las Sagradas Escrituras podemos encontrar muchos versículos que nos hablan acerca de pedir auxilio a nuestro Dios para que el plan del enemigo no prospere. Todos queremos justicia y el Señor es justo, por eso debemos primeramente acudir a él antes de hacerlo nosotros, motivados por la ira.

    5 Pasos para perdonar y continuar con nuestra vida

    El poder del perdón se debe activar en nuestra vida para avanzar en nuestro crecimiento personal y espiritual. Muchas veces sentimos que nos han utilizado, traicionado, y herido pero quizás nosotros también lo hemos hecho, y sin embargo Dios nos ha perdonado. De la misma manera en que él lo hace debemos hacerlo nosotros, tal como lo expresa la palabra:

    “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25)

    En este sentido, si queremos seguir con nuestra vida sin cargar con la culpa, con el peso amargo de la falta de perdón, debemos dejar ir todo lo que nos hizo daño, aprender de eso y avanzar en proyectos, metas y procurar ser feliz, porque de eso se trata la vida.

    Ciertamente perdonar no es algo fácil, requiere de una plena disposición a dejar atrás el pasado y disfrutar del presente. Quizás te tome tiempo perdonar completamente, pero en el proceso comenzarás a sentirte libre y feliz porque el rencor, ira, decepción, van a irse disipando poco a poco.

    Convierte el dolor en enseñanza, la traición en una gran maestra y que las heridas formen tu carácter. Esto requiere de un gran valor que solo Cristo te puede otorgar. Sigue los siguientes pasos para activar el poder del perdón en tu vida:

    1.- Reconoce que la falta de perdón tiene un impacto en tu vida

    Debes aceptar y comprender a la persona que te hizo daño y que está afectándote. Considera que si tomas la decisión de perdonar es porque te lo mereces, ya que necesitas ser libre completamente. El poder del perdón no se trata de la persona que te hirió, sino de lo que es bueno para ti y tu vida.

    Cuando vas acumulando la falta de perdón, logra que estés todo el tiempo de mal humor, amargado, triste y resentido. Por eso es fundamental que aprendas a controlar tus emociones, a trabajar en tu crecimiento personal y espiritual para que nada de lo que te haya ocurrido en el pasado y que incluso te esté pasando, pueda interferir en tu serenidad y alegría.

    Primeramente debes mantener la calma, y evitar toda situación que te genere mucho estrés. Enfócate en aquello que te de paz en tu vida. Así como hay personas que te causan malestar, seguramente hay muchas que te quieren y te apoyan. Después de todo, no todo es malo.

    No se trata de que niegues la situación, se trata de que sobrelleves, y puedas manejarte en tu vida normalmente, sin que el resentimiento y la rabie se apoderen de ti, y termines tratando mal a las personas de tu entorno que no tienen nada que ver con eso.

    2.- Reflexiona sobre si de verdad quieres seguir sin perdonar

    Este paso es muy importante y decisivo, ya que el perdón debe ser de corazón. Dios escudriña los corazones y conoce todo lo que sentimos y lo que pensamos, así que no podemos engañarlo. Debemos estar seguros de que queremos perdonar y avanzar.

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    El amor es uno de los principios que debe considerar todo cristiano, y ese amor no solo se debe impartir a nuestros familiares y seres queridos, sino que debe manifestarse en nuestros enemigos, tal como lo señala Jesucristo en sus evangelios:

    “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mateo 44-45)

    En este pasaje, Jesucristo nos enseña lo que verdaderamente significa el perdón, el cual tiene que ser de corazón. Así que de nada vale decir que perdonaste si continúas hablando del tema, recordando, enojándote. Tú eres dueño de tus propios actos y el perdón debe ser algo voluntario.

    No permitas que la persona que te hizo daño tenga poder sobre ti, sobre tu tranquilidad. Escoger el camino menos doloroso y sobrellevar los obstáculos, no quiere decir que debas volver con esa persona o tratar de justificarla. Perdonar se trata de quitarle el poder de seguir haciéndote daño.

    3.- Manifiesta lo que sientes

    Es indispensable liberar tus sentimientos, desahogarte, expresar lo que sientes, y decírselo a la persona que te hizo daño. Pero esto no quiere decir que debas hacerlo personalmente, puedes utilizar otros medios de comunicación para evitar mayor contienda.

    El poder del perdón
    El poder del perdón

    Pero antes de hablar con esa persona, primeramente debes organizar tus ideas y saber muy bien lo que vas a decir. Debes utilizar un lenguaje respetuoso, directo y muy honesto. Expresa todo lo que sientes, de buena manera, tratando siempre de mediar la situación.

    En este sentido, escribir una carta puede ser una buena opción. Pero no es obligatorio que se la entregues, sino que servirá para que te desahogues al máximo y puedas drenar todo lo que sientes: enojo, rabia, decepción, tristeza, impotencia, entre otras emociones que no te dejan tener una vida como Dios quiere.

    4.- Acepta tus errores

    Dentro de ti pueden haber emociones muy perjudiciales generadas por no saber perdonar a tiempo. Estas emociones pueden ser la decepción, desolación, rechazo, humillación y tristeza.

    Por esta razón es de suma importancia que las reconozcas y apliques la empatía. Visualices tus errores, porque no somos perfectos, tenemos debilidades y las peleas se dan entre dos. Así que parte de la culpa la tenemos nosotros.

    Sin embargo, en el mundo ciertamente hay situaciones muy injustas que no podemos controlar. Vivimos en una sociedad que se ha basado en los aspectos materiales, se ha apartado de Dios y está sumergida en los deseos de la carne y banalidades del mundo.

    No podemos cambiar el mundo nosotros solos, simplemente somos instrumentos de Dios que podemos llevar el mensaje de salvación que sirva de lumbrera a tanta oscuridad.

    Pero lo que pasa en nuestro interior si lo podemos cambiar de la mano con Jesucristo porque la palabra nos exhorta a no dejarnos dominar por la ira, ni por la falta de perdón:

    “Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios” (Santiago 1:19 – 22)

    La ira solo conlleva más ira, así que debemos evitar toda situación que nos lleve a este extremo. El hecho de perdonar no quiere decir que compartas la forma de pensar de la otra persona o que necesariamente tengas que estar con ella. El perdón es interno, pero se exterioriza en el momento en que pedimos perdón. Allí es donde nos liberamos y dejamos salir eso que nos tenía prisioneros.

    Reconocer nuestros errores no es justificar al otro, es entender que nosotros no somos perfectos y que quizás algo pudo causar malentendidos, contiendas, riñas.

    5.- Deja ir la situación

    Anímate a seguir adelante y no mires el pasado que te causó las heridas. Ten en cuenta que el perdón no es un acto que se da de un día para otro, eso conlleva tiempo. Es importante no perder la comunión con Dios porque muchas veces cuando nos sentimos mal, desanimados, irritados, nos alejamos del Señor, y debería ser lo contrario.

    Ciertamente dejar ir las cosas que nos causaron daño, no es fácil, pero sin duda alguna es la salida a la superación personal y espiritual. Dejar ir implica que ya no debo pensar en esa situación, implica verle el lado positivo y avanzar.

    En este sentido, el tiempo necesario para poder perdonar de corazón y decidir dejar todo atrás es algo personal y va a depender de cada caso en particular. Así que solamente tú puedes determinar cuánto tiempo necesitas para avanzar y no recordar más lo sucedido.

    A fin de cuentas, solo necesitas estar frente a frente con la persona que te causó las heridas y decirle “te perdono”. Después de eso te sentirás mucho mejor y verás cómo tu vida comienza a cambiar. Seguramente sentirás un peso menos de encima.

    No sabemos la reacción de la otra persona, pero si nos acercamos a ellas en el nombre de Jesucristo, sentirá su presencia y todo se dará conforme a la voluntad de Dios. Cuando hay perdón, hay sanación, liberación  y el amor comienza a fluir.

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