Enfrentando a un enemigo ya vencido - Armas Poderosas para resistir al diablo
Estamos enfrentando a un enemigo ya vencido, por lo cual debemos tener la firmeza de que sus ataques son debido a que él sabe que le falta porque para ser totalmente destruido. En la vida de un cristiano siempre va a existir una lucha espiritual diaria, la cual se debe pelear o batallar con plena conciencia de que nuestro adversario no puede tocar el alma de ningún hijo de Dios.
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Sin embargo, no debemos subestimarlo y estar siempre armados con las armas espirituales, entendiendo que esta lucha es netamente espiritual y que el enemigo no son las personas que nos rodean, sino Satanás y sus demonios que pretender desviar el propósito de la obra de Dios en la tierra.
Enfrentando a un enemigo ya vencido
Como ya se expuso anteriormente la vida del cristiano es una guerra constante en la cual, el enemigo busca destruir a los hijos de Dios y la palabra nos advierte al respecto: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8).
En este sentido estamos enfrentando a un enemigo ya vencido, cuyo nombre es Satanás "el príncipe de la potestad del aire". Originalmente Satanás fue creado como un ángel muy bello y sabio que tenía por nombre Lucifer, pero el orgullo penetró en su corazón y se rebeló contra Dios. Muchos de los ángeles del Cielo siguieron a Satanás en su rebelión contra Dios.
Satanás se llama "el príncipe de la potestad del aire" ya que él y sus ángeles caídos residen en este momento en la atmósfera sobre la tierra. Aunque no los podemos ver, representan los verdaderos enemigos del Hijo de Dios. Al respecto la palabra nos señala lo siguiente:
“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne; sino contra principados, contra potestades, contra señores del mundo, gobernadores de estas tinieblas, contra malicias espirituales en los aires” (Efesios 6:12).
La manera en la que opera Satanás junto con sus espíritus malignos es que se manifiestan haciendo muchas cosas milagrosas para atraer las almas a su poder para que se pierdan y se alejen de Dios.
El propósito de Satanás es el de destruir a las personas, en especial aquellas que representan un peligro para su plan maligno. El Señor Jesús afirma en la palabra que este enemigo es el "homicida desde el principio". Satanás expone muchas formas para destruir la humanidad, pero las armas que más usa para tal fin es la de engañar y mentir.
De esta manera, Satanás engaña a las personas haciéndoles cree que los sucesos sobrenaturales vienen de Dios. Pero esto es falso, ya que no todos los “milagros” son de parte del Señor.
Satanás y sus espíritus malignos tienen cierto poder para realizar muchas cosas que al parecer son de parte de Dios pero se exponen para sus fines malignos y así engañar y atraer a las personas.
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Jesús nos advierte en la palabra acerca de los falsos profetas en los días postreros, quienes engañarán a muchos con "grandes señales y milagros". Tal como lo dice la palabra:
“Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán. Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin” (Mateo 24:5-6)
En este sentido, debemos estar alerta ante los planes malignos de Satanás, ya que se valdrá de todos los medios para lograr su propósito y desviar a las personas del camino correcto que es Cristo Jesús, no hay otro camino, solo Jesús es nuestra esperanza: Jesús le dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6)
Cómo opera Satanás
Satanás y sus huestes malignan operan en todo momento sin descanso y utilizan diferentes armas como el engaño, la mentira, la persuasión, las dudas. Se vale de los diferentes medios para destruir el plan de Dios en la tierra o pretende hacerlo porque ya sabemos que estamos enfrentando a un enemigo ya vencido, ya derrotado en la Cruz del Calvario por Jesús. Dentro de los recursos o medios que emplea encontramos los siguientes:
1.- Hace obras infructuosas
Satanás y sus demonios se vale de obras infructuosas como las "Ouijas" o tablas de escritura espiritista, horóscopo, astrólogos, hechicerías, espiritistas, adivinos, adoradores de Satanás, entre muchas más. Todo esto es parte del reino de las tinieblas. La Biblia nos exhorta de la siguiente manera: “Y no comuniquéis con las obras infructuosas de las tinieblas” (Efesios 5:11).
2.- Coloca obstáculos a la obra del Señor
Satanás siempre pondrá trabas al servicio de Dios, creando un ambiente hostil, de dudas, de celos, competencias, avaricia, entre otros para así detener estos ministerios y fortalecer su reino oscuro.
De esta forma que cuando se predica el Evangelio, allí está ese enemigo vencido para sembrar la duda y la incredulidad en las mentes de las personas que escuchan.
3.- Oprime a los cristianos
Sin duda alguna, Satanás está al acecho de los hijos de Dios y no descansa en sus propósitos malignos. Está buscando devorar a los cristianos y oprimirlos, tal como lo señala la palabra: “Sed de espíritu sobrio, estad alerta. Vuestro adversario, el diablo, anda al acecho como león rugiente, buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8)
En este sentido, Satanás busca oprimir a los hijos de Dios y pone pensamientos de dudas, desaliento, desánimo en sus mentes, porque su intención es enfriarlos y desanimarlos.
4.- Satanás tienta
Nuestro adversario busca sin duda alguna tentar a los cristianos para que practiquen pecados horribles. Busca siempre la manera de engañarles para que crean que no es malo cuando hacen ese tipo de cosas malas.
Así que usa las cosas del mundo para que aparten sus corazones de Dios y no hagan Su perfecta voluntad porque trata de evitar que entreguen su vida entera al Señor.
Cuál fue el propósito de Cristo en la tierra
Nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo para eliminar totalmente las obras de Satanás, y la cruz en la que se llevó a cabo el pacto divino es el lugar en el que Cristo redimió a los hombres del poder de Satanás.
Al respecto la biblia nos dice lo siguiente: “El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” (1 Juan 3:8).
En este orden de ideas, la Cruz representa ese lugar donde todos fuimos perdonados. Satanás mantenía cautivas a las personas debido al pecado que cometían. Pero en el momento en que Cristo entregó su vida por nosotros, pagó con sangre por cada uno de nosotros.
Así que él puso fin a todos los derechos de Satanás sobre nosotros. Ahora las personas pueden escoger a quien servir. Los que eligen el camino de Jesucristo y lo aceptan y reciben como su Señor son librados del poder de Satanás. Al respecto la palabra señala: “Dando gracias al Padre… que nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo” (Colosenses 1:12-13)
De igual forma la resurrección representa el triunfo poderoso de Jesús sobre Satanás y todas las potestades de las tinieblas, aniquilando el acta de decretos que nos tenía cautivos:
“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo” (Colosenses 2:13-17)
Una vez que el Señor Jesús murió en la cruz del calvario se notaba como si los poderes de las tinieblas hubieran obtenido la victoria sobre Él. Pero cuando resucitó de la tumba al tercer día, obtuvo un triunfo poderoso sobre Satanás y todos sus demonios: “Y despojando (venciendo) a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos…” (Colosenses 2:15).
En este sentido, luego de la resurrección, el Señor Jesús apareció en la tierra durante, y antes de ascender al cielo, dijo: “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Por lo cual nuestro enemigo ya está vencido y es inoperante en la vida de los hijos de Dios.
Así que debemos guardarnos y procurar estar siempre en comunión con el Señor para resistir al diablo y obtener la victoria junto con nuestro Padre Amado.
¿Cuál es nuestra defensa contra los ataques del enemigo?
Nuestra principal defensa en contra de nuestro adversario ya vencido es sin duda alguna "la sangre del Cordero". A través de esta sangre, podemos vencer las acusaciones del diablo. Podemos decirle palabras como “Jesús me limpia con su sangre preciosa y me quita todo pecado”, “Dios me ha dado su sangre y con ella soy purificada en Cristo Jesús Señor Nuestro” Cuando pronuncias estas palabras estás protegido a través de la sangre de Cristo, siendo ésta un arma poderosa para que Satanás no nos perturbe.
Otra de las armas es nuestro propio testimonio donde damos fe de las maravillas que él ha hecho en nuestra vida por medio de su hermosa presencia, la cual nos transforma y nos da una nueva vida, donde el pecado no reina sino que permanece la luz admirable de Cristo, y esto aleja todo lo malo de nosotros.
Pero es importante resaltar que si estamos luchando contra este enemigo que a pesar de que ya está vencido sigue dando zarpazos para entorpecer nuestro camino hacia Cristo, debemos despojarnos de nosotros mismos y dejar nuestra vida pasada porque el diablo usa nuestras debilidades para mancillarnos y humillarnos. El Apóstol Pablo lo señala en la palabra de la siguiente manera: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí...” (Gálatas 2:20).
Como cristianos tenemos muchas armas poderosas para derrotar al maligno e impedirle que tenga arte y parte en nuestra vida. Esto se logra alejándonos del pecado y buscando cada día más de Dios, ya que por nuestra muerte, sepultura y resurrección con Cristo, hemos sido totalmente librados del poder del diablo, y podemos decir con certeza No al pecado, no al yo, a la carne, al mundo y al propio Satanás.
Las palabras tienen poder, así que es importante también memorizar versículos de la biblia y tener conocimientos del valor de cada una de estas palabras, ya que la biblia nos otorga la autoridad para echar fuera demonios en el nombre de Jesús.
También la palabra de Dios nos ayuda a discernir las asechanzas del diablo y determinar cuando se trata de un ataque, de una prueba o si lo que estamos pasando es parte de un proceso para nuestra edificación personal y espiritual.
Debemos comprender que no solo hemos sido perdonados, justificados, liberados de las ataduras del pecado, sino que además Jesucristo vive en nosotros, así que somos vencedores cuando declaramos el nombre de Jesucristo en nuestra vida y manifestamos su poder y gloria constantemente.
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