La Creación del Diablo. 4 Razones de su Necesidad
La creación del diablo es un tema controversial dentro de la cristiandad. La creación del diablo ha sido vista como el hecho mas controversial de la historia de la redención: Algunos lo ven como algo folclórico, otros lo reprenden de manera amenazante y combativa y los más simplemente niegan su existencia.
Nada más lejos de la verdad. Él ha sido la representación del mal desde su propia aparición en el escenario de la creación y será la figura central en el juicio y la condenación de los impíos en el día que Jesucristo vuelva. No de balde aparece su figura en toda la Escritura.
Descubramos qué podemos aprender de la creación del diablo hasta su juicio, y su actuación vigente y activa en la tierra.
.- La creación del diablo es necesaria para que seamos conscientes de su existencia.
Muchas veces las personas niegan la existencia del diablo, inclusive algunas sectas lo dicen abiertamente. Satanás es especialista en la mentira y nos hace creer que no existe y que la mayoría de los eventos, casi todos negativos, son debido a circunstancias y no debido a su intervención.
Eso es una forma de mentir para prevalecer y que sus hechos no sean traído a la luz y quedar en evidencia ante todos. La historia de la redención mostrada en la Biblia demuestra que no es así. Casi todos los aspectos de la creación fueron afectados por sus intervenciones controversiales y catastróficas con resultados nefastos:
Su rebelión en el cielo, producto de su egolatría y avaricia desmedida lo condujo a una desastrosa caída de los lugares celestiales, junto a las dos terceras partes de las huestes celestiales, que cayeron de su sitio de gloria y honor ante la presencia de Dios a vivir vagando en la tierra, y a otros a prisiones de oscuridad eternas reservadas para el día del juicio.
Ya en la tierra, en el Edén, indujo Adán y Eva a pecar a través de sus mentiras, y por ende, la raza humana pecó ante Dios y estuvo condenada a la separación de todos ante la presencia de Dios (muerte eterna). En todo este período , mantuvo esclavizada por temor a toda la humanidad con sus mentiras y acusaciones ante Dios. Esto hasta la venida de Cristo.
Con la venida de Cristo, fue echado de la presencia de Dios, y ahora se dedica a atacar y a atormentar en la medida de lo posible, a la iglesia de Dio, haciendo todo tipo de guerra contra ella. Hasta que Cristo venga. Cuando Cristo venga, será prendido junto con sus ángeles, juzgado por sus crímenes y arrojado al lago que arde con fuego y azufre por toda la eternidad.
De tal manera, que Satanás es un ser espiritual, que junto a sus demonios, ejerce de diversas maneras una influencia constante y activa en las personas que lo invocan abiertamente, a las otras que se dejan influenciar a través de sus insinuaciones o mentiras para tomar tomar decisiones contrarias a la voluntad de Dios y que redunden en la destrucción de su creación, oponiéndose a los propósitos divinos.
Así, vemos gobiernos tiránicos que empiezan a imponerse en el mundo, negando de plano la existencia del Dios único, Creador del cielo y de la tierra, y practicando la hechicería y ritos satánicos. Sociedades que promueven el homosexualismo, lesbianismo, transexualismo, y aborto sin restricciones. Guerras, pestilencias provocadas por el hombre y otras por ese estilo que atentan contra la santidad de Dios y la permanencia de esta civilización como resultado de la influencia satánica en ellas.
Ante tal evidencia, debemos reconocer el poder que está detrás de las personan y sus actos, y nuestros propios actos, y evaluarlos a la luz de la Palabra de Dios, para tener un discernimiento correcto de la presencia y efecto del enemigo de la cristiandad.
.-La creación del diablo es necesaria para que aprendamos humildad.
De acuerdo al texto en Eze. 28.11-19, vamos a ver varias características de la gloria de Lucifer, para poder comprender la magnitud de su caída.
Este querubín estaba colocado en una posición de privilegio. Los querubines rodean el trono de Dios. Se paseaba por el santo monte de Dios. Estaba relacionado con la música y la adoración que se rinde a Dios en los cielos. Fue creado lleno de sabiduría y adornado con hermosura. En los cielos hubo júbilo en el momento de su creación. pero esta sabiduría y esplendor hicieron que su corazón se enalteciera y quiso ser como Dios.
Con qué grandeza fue creado Satanás. Pero se enalteció, se ensoberbeció y su egolatría y vanidad lo llevó a rebelarse contra Dios, arrastrando muchos seres celestiales con él. La soberbia, la vanidad y el orgullo le llevaron a una estruendosa caída de los cielos. El Señor Jesús dijo que vio caer a Satanás como un rayo desde el cielo. Y su error fue seguir los frutos de su altivez antes que tomar la actitud de humildad que debió ejercer ante su Creador.
Y es que debemos definir la humildad como el acto de considerar primero al otro antes que a nosotros, sin tomar en cuenta nuestra posición privilegiada o no ante la persona con la que nos estamos relacionando en ese momento. Debemos considerar a Dios primero y luego a nuestro prójimo antes que a nosotros.
La vanidad y la egolatría solo nos pueden llevar a dos situaciones distintas: podemos sentirnos vanidosos o amargados porque siempre habrá alguien más grande o mas pequeño que nosotros. Ambas situaciones son contrarias a la humildad.
Siempre hemos tomado como referencia de humildad a nuestro Señor Jesucristo. Dice la Palabra que él no consideró ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que dejó su mansión en la gloria, se despojó de sus atributos divinos para ser semejante a nosotros en todo, y fue a la cruz a sufrir por nosotros la muerte de un criminal. Aquí le apreciamos lleno de sencillez y humildad.
Así nosotros debemos considerar a nuestros semejantes, con sencillez y humildad, sin establecer comparaciones vanidosas y arrogantes, sino considerándonos a todos como iguales a los ojos de Dios.
Así, la creación del diablo nos ayuda a entender que debemos ser humildes, contrarios a su actitud, y a amar a dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
.- La creación del diablo es necesaria para que seamos prudentes.
Vamos a ver un punto de la prudencia, y es la virtud que nos ayuda a hablar convenientemente. Satanás, luego de su caída de los cielos, se paseaba por la tierra y sus alrededores y se presentaba ante Dios para hablar indiscriminadamente mal de los hombres y desprestigiar así la obra de Dios en la creación.
Lo que dijo de Job hizo que Dios probara la integridad de Job dejándole en la quiebra y enfermo (Job 2.1-7) . Ejercía las acusaciones del pueblo de Dios en la propia presencia del Creador. (Zac. 3.1-10) Su acusación era perenne. Y esa es una actitud que hemos heredado de nuestra condición pecaminosa, hablar mal e indiscriminadamente de otro y juzgarle, con o sin elementos de juicio.
La imprudencia normalmente trae consecuencias graves de las cuales queremos arrepentirnos inmediatamente. Crea cizaña, es dolorosa y rompe relaciones que una vez fueron armoniosas.
Una vez me enteré de un amigo que recién se había separado de su esposa y quedé asombrado: le pregunté porqué se había separado de su esposa que parecía una buena madre y excelente ama de casa, y me contestó" porque siempre hacía un comentario demás". La Biblia habla de la mujer rencillosa (Prov 25.24) y su imprudente inconveniencia.
La prudencia es un virtud de alto aprecio para Dios. Uno de los objetivos del libro de Proverbios es enseñar prudencia.
Debemos cambiar nuestro lenguaje de imprudencia por un lenguaje de amor, que reafirme nuestras cosas positivas y nos ayude a corregir con palabras prudentes y honestas las malas actitudes que podamos tener consciente o inconscientemente. Nuestras palabras deben ser de afirmación y estímulo, que edifiquen y que muestren la gracia de Dios en nuestro lenguaje.
.- La creación del diablo es necesaria para que tengamos temor de Dios.
Hasta ahora, en la creación del diablo, hemos visto que Satanás es mentiroso, rebelde, imprudente y altivo. Ahora veremos como es irreverente ante el Dios Todopoderoso. En Isaías 14 vemos las pretensiones de Satanás: Subir al cielo, levantar un trono parta sentarse junto a las estrellas, en el monte sagrado de Dios. No tomó a Dios en cuenta en nionguna de sus decisiones, es más, lo dejó de lado de una manera irreverente ¿Quién es Dios para mí, si yo puedo ser tan grande como el?
No hay respeto ni reverencia. Y esa actitud, junto con sus mentiras, rebeldía, imprudencia y altivez le hacen negar a Dios, retarle y erigirse como autosuficiente y poderoso en sí mismo, es la que lo va a llevar a la condenación eterna: No respetó a Dios en los cielos, no respetó a Jesucristo en la tierra y ha combatido a la iglesia causándole desde el principio humillaciones y sufrimientos al cuerpo de Cristo.
Hoy en día vemos a muchas personas con la misma actitud del diablo, son irreverentes ante Dios, se pasean con su lengua al Creador y a su creación, no respetan al prójimo y se auto erigen como sus propios dioses.
En algunos casos son líderes políticos y/o sociales, figuras públicas que hacen que otros imiten su actitud, haciéndoles creer que eso es actual, que están a la moda y que esa actitud los mantiene vigentes en el circulo donde se desenvuelven, dando un pobre ejemplo a la familia y a la sociedad a la cual pertenecen. Lo mas triste y lamentable e que encuentran público para ello, y éstos son arrastrados a su propia perdición como dice la Escritura en Apocalipsis 21.
La Biblia nos dice que seamos sabios, que el principio de la sabiduría es el temor de Dios. Que mantengamos una actitud de reverencia y respeto con respecto a Dios en todas las funciones en que nos desenvolvamos, que seamos luz del mundo y sal de la tierra en medio de una generación depravada y perversa, para la gloria de Dios.
Amados, Martín Lutero dijo que el diablo era "el diablo de Dios", porque inclusive con sus obras, servía a los propósitos de nuestro soberano Padre Celestial. En esta ocasión, aprendamos a través de su ejemplo negativo, cómo debemos conducirnos ante Dios y ante nuestro prójimo, en verdad, humildad, prudencia y mostrando el respeto a Dios en cada una de nuestras actuaciones para la gloria de nuestro Padre Celestial. Amén.
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