La prueba de Abraham - Cómo trabaja el Señor
La prueba de Abraham es una muestra de que Dios tiene un propósito para cada uno de sus hijos y que cada prueba revela el nivel de fe que tenemos. Pero en cada uno de estos procesos por los cuales tenemos que pasar para ser transformados, podemos ver la mano de Dios.
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La prueba de Abraham – Cómo trabaja el Señor
La manera en la que trabaja el Señor puede resultar ser un gran misterio porque es imposible que podamos entender a cabalidad sus propósitos. Sin embargo, podemos saber a través de su palabra que luego de la prueba, vienen las bendiciones de forma sobrenatural.
En este sentido, Dios puso a prueba el nivel de confianza y fe de su siervo Abraham de la forma más imprevista. De esta manera, el Señor utilizó a este hombre para revelar el ejemplo más grande de lo que significa el verdadero. Esto ocurrió mucho antes de que Jesús viniera a la tierra porque ciertamente el sacrificio por cada uno de nosotros es el acto más hermoso de amor que podemos encontrar en las Sagradas Escrituras.
En este sentido, Abraham recibió muchas promesas de parte de Dios pero cada una de estas promesas requería una disposición de parte de él, donde debía ser probado por el Señor, donde se revelaba el carácter, el nivel de fe y amor hacia Dios y también el compromiso para hacer la obra de Dios aquí en la tierra y cumplir el propósito que tenía con él.
Sin embargo, no resultó fácil tener que enfrentar las adversidades y como cualquier hombre cometió errores, pero al mostrar su disposición de corazón, confirmó que su fe era sólido y sus pasos eran firmes como un verdadero hijo de Dios.
¿Cuáles fueron las pruebas de Abraham?
Abraham fue uno de los hombres más relevantes que menciona el Antiguo Testamento porque se mantuvo firme en el Señor a pesar de las pruebas por las cuales tuvo que pasar. Dentro de estas pruebas encontramos las siguientes:
1.- La prueba de dejar todo
La primera prueba que se le presenta a Abraham es dejar todo lo que tiene para hacer la voluntad de su Padre: “Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.” (Génesis 12:1)
En este sentido, Abraham tuvo que dejar todo lo que tenía sin mirar atrás y cumplir el mandato de Dios para así seguir los caminos que él le quería trazar. Esto es parte de los sacrificios que tuvo que hacer Abraham para obtener las bendiciones de Dios.
Cuando el Señor nos llama para que le sirvamos, siempre nos va a pedir algo porque Él no quiere que le sirvamos a medias, el deseo de nuestro Padre es que le sirvamos con disposición, ofreciéndole nuestro corazón, alabanza, adoración: “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” (Proverbios 23:26)
Dios quiere que dispongas tu corazón porque ahí residen los sentimientos, emociones y voluntad, y esto es contrario a la voluntad perfecta de Dios, por lo cual es importante que rindamos nuestro corazón para que él pueda obrar mediante su Santo Espíritu.
Así que Dios necesita moldearnos a su imagen y semejanza para que podamos servirle y hacer su voluntad perfecta. De esta manera nuestro carácter se va formando y vamos adoptando la forma de una vasija de barro bien formada, dispuesta a ser llena del Espíritu Santo.
2.- La prueba de la descendencia
La segunda prueba que tuvo que pasar Abraham se basa en la fe, en creer lo que Dios le estaba prometiendo aún cuando era imposible para él porque ya era mayor y además su esposa no podía concebir. Pero la fe era la prueba, porque debía creer en la promesa de su descendencia.
En la biblia se nos habla de Abraham como un hombre que tenía el propósito de ser el padre de multitudes. Pero él era mayor y su esposa Sara era estéril. Sin embargo tenía una promesa del Señor que él creyó en su corazón: “Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Así será tu descendencia.” (Génesis 15:5)
Abraham tenía la convicción de que esa promesa se cumpliría, a pesar de que humanamente hablando era imposible porque Abraham y su esposa Sara habían pasado ya sus años fértiles y no tenían hijos.
En este sentido, la fe de Abraham en el Señor fue probada mediante esta promesa, para comprobar si su fidelidad era genuina. Pero este siervo de Dios se mantuvo firme en el Señor dejando a un lado lo que su razonamiento lógico le decía. Esta sin duda alguna fue una prueba que él superó porque siempre esperó en Dios, y él cumplió su promesa a cabalidad:
“Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre. Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella” (Génesis 17: 15-16)
Esta fue una de las promesas que Dios le dio a Abraham. Sin embargo, él al ver su condición, tuvo ciertas dudas porque ya era mayor y su esposa Sara era estéril: “Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?” (Génesis 17:17)
Pese a todas las cosas que humanamente pudo pensar Abraham, él decidió creer y esperar en Dios. Así que cuando el Señor nos habla, en algunos momentos podemos sentir dudas porque lo que para nosotros es imposible, no lo es para nuestro Dios, quien ve más allá de lo que nosotros podemos ver, y tiene el poder y control de todas las cosas.
3.- La prueba del sacrificio de su hijo Isaac
La tercera prueba que tuvo que pasar Abraham fue una de las pruebas más fuertes para cualquier ser humano. Pero este hombre tenía la convicción del poder de su Padre Celestial y el propósito que él tenía en su vida.
Abraham tuvo con su esposa Sara un hijo llamado Isaac a quien él amaba más, este niño era el hijo de la promesa. Y cuando Isaac era ya un niño, Dios volvió a hablar con Abraham.
Al respecto la palabra nos indica los acontecimientos en el siguiente pasaje: “Aconteció después de estas cosas, que probó Dios a Abraham, y le dijo: Abraham. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre uno de los montes que yo te diré” (Génesis 22:1-2)
Esta prueba fue una de las más fuertes que Abraham tuvo que pasar, y de la cual salió victorioso porque se mostró obediente a Dios en todo momento a pesar del dolor que sentía en su alma, porque él amaba a su hijo.
Ante este mandato del Señor, la fe de Abraham en el Señor no cambió, aunque la prueba le resultaba muy fuerte e incomprensible, ya que este niño había sido dado por una promesa. Sin embargo, fue obediente: “se levantó por la mañana, enalbardó su asno, cortó la leña necesaria para el holocausto y comenzó el viaje de tres días por las montañas con Isaac” (Génesis 22)
Para él, no importaba cómo se veía la situación, humanamente hablando, porque en su interior él sabía que su Dios cumplía sus promesas y tenía el poder para hacerlo. Sin embargo, Abraham era humano y como tal también en algunos momentos sus pensamientos se llenaron de dudas.
Podemos imaginar el conflicto interior que tenía mientras subía hacia el Monte Moriah. Pero estos pensamientos de duda y de sosiego que Satanás le susurraba al oído fueron desviados y derrotados por el escudo de la fe, tal como lo observamos en su palabra:
“Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir” (Hebreos 11: 17-19).
Abraham sabía que si él daba en sacrificio a su hijo amado Isaac, Dios tendría el poder incluso de resucitarlo y de darle vida, porque su fe se basaba en la promesa que él le había dado, la cual se tenía que cumplir.
Cuál fue el propósito de la prueba de Abraham
Abraham sin duda alguna fue un hombre de fe, un fiel creyente en Dios que sabía y conocía a su Padre. Este siervo del Señor, sabía cuál era su identidad y por eso actuaba conforme a su fe. Sin embargo tenía que ser probado por las siguientes razones:
1.- Para poner a prueba la fe de Abraham
Todas las cosas que el Señor hace es con un propósito determinado, y él nos va formando para poder cumplirlo de acuerdo a su perfecta voluntad. Dios conocía a su hijo Abraham y sabía que necesitaba formar su carácter y hacerlo fuerte.
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La primera prueba de fe en la cual le promete a su hijo, fue para formar su carácter y fortalecerlo para la segunda prueba, y tuviera el valor suficiente de entregar a su hijo amado.
Dios tenía grandes cosas planeadas para Abraham. Él sabía que Abraham iba a necesitar mucha confianza y un carácter fuerte. La única manera en que Dios podía saber, era haciendo que Abraham se preparara para hacer el sacrificio.
Al respecto la palabra de Dios nos habla acerca de lo que es la fe y se refiere a que no es un sentimiento, sino que a través de nuestras acciones, se manifiesta. Esto lo podemos observar en el siguiente pasaje:
“¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras? Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe” (Santiago 2:14-24).
En este sentido, Abraham por su fe obtuvo grandes bendiciones de Dios, ya que estuvo firme en medio de a prueba, confiando plenamente en su Señor y el propósito que tenía para su vida:
“Y llamó el ángel de Jehová a Abraham por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto, y no me has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar; y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz” (Génesis 22:15-18).
De esta manera, Dios en esta palabra nos está diciendo claramente que si somos obedientes, confiamos en él y creemos en sus promesas, él obrará a nuestro favor y seremos bendecidos en gran manera.
2.- Para representar el sacrificio de Cristo
Dios en la prueba de sacrificio de Isaac, estaba representando el sacrificio de su hijo Jesús, donde se estaba entregando al hijo amado. A través de esta prueba Dios quería demostrar su amor y ver además e nivel de fe de Abraham.
En este mismo orden de ideas la historia de Abraham revela un gran ejemplo de lo que es la verdadera fe. Nos muestra que el Señor siempre está con nosotros, incluso cuando pensamos que nada tiene sentido.
Las pruebas que el Señor le hizo pasar a Abraham no fue algo simple y sencillo porque nadie va a querer dejar todo lo que tiene y sacrificar a su hijo amado, por eso necesita que hubiera determinación, disposición, obediencia, confianza y fe
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