2 Mitos y verdades sobre la Parábola de la perla preciosa
En Mateo 13: 45-46, Jesús contó la siguiente parábola de la perla preciosa:
"45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
Al leer estas palabras muchas personas piensan que Jesucristo quiso ejemplificar el valor incalculable que tiene el reino de los cielos y el seguir una vida cristiana para aquellos que buscan la verdad y servir a Dios.
No obstante, la verdad es que Jesús no se refería al evangelio como una perla preciosa. Si leemos cuidadosamente los versículos anteriores y posteriores entenderemos mejor el significado de la parábola.
Una Perla Preciosa
En aquella época era muy común encontrar mercaderes que se dedicaban a buscar buenas perlas para comprarlas y después venderlas a un precio mucho mayor. Seguramente, en esa búsqueda los comerciantes daban con muchas personas que les ofrecían perlas falsas o de poco valor, motivo por el cual eran bastante cuidadosos de buscar, seleccionar y comprar solamente lo mejor.
Cuando el mercader de la historia que contó Jesús encontró aquella perla supo inmediatamente que valía mucho más que todo lo que él poseía y decidió comprarla.
El Mito
Muchas personas piensan que cuando Jesús contó esta parábola se refería a que el Reino de los cielos o el evangelio eran tan valiosos que se podían comparar a una perla preciosa, la cual debía ser valorada en gran manera por quien tuviese el privilegio de encontrarla.
La Verdad
Realmente, Jesús no comparó el reino de los cielos con una perla preciosa. El mercader del que se refería en su parábola no era un comerciante cualquiera; así como en otras parábolas usó como ejemplo a Señores y dueños de tierras, Jesús usó la analogía del mercader para habla de Dios y comparó a los hombres justos con una perla preciosa.
Esto podemos determinarlo si leemos los versículos en contexto, ya que en Mateo 13, desde el versículo 40 hasta el 50, Jesús se refirió con parábolas a la discriminación y separación que Dios hará de justos e injustos el día del Juicio final.
El mercader vendió todo lo que tenía para comprar la perla
En esta parte de la parábola Jesús nos cuenta que el mercader necesitó vender todo lo que tenía en ese momento para poder comprar aquella perla preciosa. Por tratarse de un hombre que se dedicaba a los negocios, es fácil imaginar que el mercader tenía muchas posesiones y manejaba mucho dinero, pero aún así la perla que encontró era de un valor tan grande que el dinero que tenía no le era suficiente para comprarla y tuvo que desprenderse de absolutamente todas sus posesiones materiales para poder ser dueño de tan preciada perla.
El Mito
El hombre de la historia a pesar de ser muy rico no tenía suficiente para comprar la perla.
La Verdad
El mercader al que se refiere la historia es el mismo Dios. El cual pagó con el precio más alto, la sangre de su amado hijo unigénito, por la salvación de los justos (la perla preciosa) Con esta parábola Jesús se refirió al valor que nosotros mismos tenemos para Dios. Un valor tan alto que fue capaz de paga el mayor de los precios por nuestra salvación.
Además, nos recuerda que un día llegará "el fin de este siglo" y aunque Dios nos ama a todos por igual, no a todos nos considera igualmente valiosos; por lo cual debemos esforzarnos en esta vida para ser considerados justos ante los ojos de Dios y ser como aquella perla preciosa.
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