Por qué me va mal si soy cristiano - 3 Ejemplos bíblicos

Por qué todo me sale mal si soy cristiano es una de las interrogantes que pueden surgir en un momento difícil que se esté atravesando, porque es ahí donde podemos perder la fe si no estamos firmes sobre la roca que es Cristo.

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    Por qué todo me sale mal si soy cristiano

    Ante esta pregunta tan frecuente se debe considerar que el hecho de ser cristiano no te exime del sufrimiento ni de pasar por momentos difíciles en la vida, ya que todo es parte de un proceso que debemos pasar para crecer espiritual y personalmente.

    Sin embargo en este proceso que muchas veces no logramos entender podemos perder nuestra felicidad porque ésta puede estar condicionada a nuestros propios deseos y no a la voluntad que Dios tiene con cada uno de sus hijos.

    Antes esto podemos llegar a pensar que nada nos sale bien, que no podemos lograr nuestros objetivos y la tristeza y decepción nos embarga. Esto sucede porque tenemos emociones que no sabemos controlar y perdemos el enfoque en nuestra vida.

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    Debemos comprender que en esta vida estaremos llenos de aflicciones y de pruebas que no son para nada agradables y que nos causan dolor. Pero ciertamente el Señor no nos dejará solos en medio de nuestra tribulación. Esto lo podemos visualizar en la siguiente cita: "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo" (Juan 16:33)

    Entonces en este mundo podremos encontrarnos en momentos muy duros que intentan desviarnos del camino correcto que es con Cristo Jesús, porque el propósito del enemigo es perturbarnos para que perdamos la conexión con nuestro Padre.

    No podemos subestimar al enemigo, debemos hacerle frente con oración, ayuno y oración para hacer enfrentarlo en el día malo porque nuestro adversario no descansa, sino que está al asecho, tal como lo expresa la palabra: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 Pedro 5:8)

    Por qué me va mal si soy cristiano
    Por qué me va mal si soy cristiano

    En este sentido, el enemigo pretende hacernos tropezar y nos hace pensar que ser cristianos no nos ha servido de nada porque no vemos resultados visibles y palpables. Pero debemos comprender que todo nos ayuda para bien, tal como lo realza la palabra: “Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito” (Romanos 8:28)

    Qué seguridad nos proporciona el evangelio

    Cualquiera que sea la situación adversa que estás atravesando en tu vida, cualquiera que sea la lucha espiritual que te rodea, bien sea que te sientas desanimado, débil, triste, debes tener la certeza de que el Señor nunca te dejará y el evangelio te da las herramientas para que puedan avanzar en sus caminos.

    El evangelio de Cristo nos habla de las enseñanzas de Jesús, su vida, Ministerio, su sacrificio perfecto, su resurrección, su doctrina. El evangelio nos habla de la esperanza que tenemos de alcanzar la salvación, de acceder el reino de los cielos, tal como se expresa en la palabra:

    “habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad” (Colosenses 1:4-6).

    El evangelio nos muestra el pacto que Jesús hizo en la Cruz del Calvario para que nosotros fuéramos limpiados a través de su sangre y perdonados delante del Padre para poder acceder al Reino de los cielos. Por lo cual es el Evangelio que nos habla de Jesucristo “en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados” (Colosenses 1:14).

    Este es el Evangelio que nos asevera que “vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado” (Colosenses 1:21).

    Sin embargo, en estos momentos podemos reconciliarnos con Dios a través de nuestro arrepentimiento verdadero en el nombre de Jesucristo porque él murió por cada uno de sus hijos. Esto se puede ver en la palabra:

    “Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él” (Colosenses 1:21-22).

    Además el Evangelio que nos muestra que el Señor nos ha puesto por justos, no para nuestros propios méritos, sino por la justicia de Jesús que es perfecta, en la cual podemos ser cubiertos de gracia, tal como se observa en la palabra: “Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:17)

    De igual forma el Evangelio que declara que “Dios nos ha escogido… para que seamos limpios y sin mancha delante de Él” (Efesios 1:4), también nos señala que nosotros seremos santos delante de Él, debido a la muerte de Jesucristo.

    Asimismo debemos tener la certeza que a través de Cristo seremos transformados por su santo Espíritu, el cual nos guía a toda verdad. Así que  “ha comenzado en nosotros la buena obra la perfeccionará el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6).

    En este sentido, a través del Evangelio alcanzamos vida y vida en abundancia, anteriormente estábamos muertos pero la compasión de Dios nos ha alcanzado por medio de Cristo Jesús:

    “Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos)” (Efesios 2:4-5).

    Así que el Evangelio es todo para nosotros, ya que por medio de éste somos salvos y protegidos por Dios. Aquí encontramos seguridad en medio de las pruebas y de los momentos de gran adversidad.

    El Evangelio nos muestra un mensaje de gracia, de amor, de misericordia. Por un lado tenemos latente nuestro pecado pero por el otro encontramos la santidad de la justicia de Nuestro Señor. Así como también tenemos el amor de Dios, revelado en Jesucristo quien sufrió en la cruz del calvario debido a los pecadores que no merecían su gracia.

    Ejemplos bíblicos de la gracia de Dios en medio de la prueba

    En la biblia podemos encontrar diferentes ejemplos donde se visualiza la gracia de Dios en medio de la adversidad, donde cada evento doloroso y trágico está rodeado del poder de Dios, tal como lo podemos observar en los siguientes casos:

    1.- El ejemplo del Apóstol Pablo

    El Apóstol Pablo es uno de los ejemplos de lo que significa levantarse en medio de las adversidades, exaltar al Señor en medio del sufrimiento, de la incertidumbre, de la angustia porque ciertamente en todo momento debemos adorarle sin importar la condición en la cual nos encontremos.

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    En este sentido, Pablo tuvo que atravesar muchas pruebas  en la carne. La Biblia nos habla de que este siervo de Dios fue golpeado y encarcelado de forma injusta, y por eso alzó su súplica a Dios para que lo ayudara en ese momento de gran tribulación, tal como lo podemos ver en la palabra:

    “…me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Corintios 12:7-9).

    En esta cita podemos ver que Pablo le rogó a Dios para que le quitara ese dolor que estaba padeciendo en ese momento, pero éste le respondió que solo su gracia le era suficiente.

    La palabra del Señor en medio de la adversidad es regocijante porque al tener la gracia de él, ciertamente podremos superar todas las cosas por muy difícil que nos parezca.

    Y esta es la misma gracia que nos ha salvado y que nos da esperanza en medio de la tormenta, en medio de las situaciones más difíciles. Precisamente esta gracia es la que tenemos que tener presente en cada una de estas pruebas que atravesamos.

    Por esta razón debemos acudir a Cristo, pero no solo en el día de la prueba, sino que debemos tenerlo presente en nuestra vida siempre. Así que pongamos nuestros ojos en él y mantengamos la comunión con la fuente que es nuestro Padre donde podemos hallar seguridad en medio del caos.

    2.- El proceso de José

    Otro de los personajes bíblicos que puede mostrarnos la gracia en medio de la adversidad es la vida de José, quien sufrió el repudio de sus hermanos, quienes planearon su muerte y hasta lo vendieron como esclavo, solo por sentir envidia de él.

    Pero a pesar de lo que tuvo que atravesar este siervo de Dios, nunca perdió la convicción de su Padre porque conocía su poder y majestad. En el libro de Génesis 37: 6-7 se nos narra la historia de José, a quien Dios le mandó un sueño:

    “Oíd ahora este sueño que he soñado:  He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.”

    Este hombre de Dios tenía una estrecha relación con Dios y se comunicó con él a través de diferentes sueños en los cuales exponía cuál sería su propósito aquí en la tierra, y le enseñaba que iba a ser una persona de poder e incluso iba a estar en una posición más alta que la de sus hermanos mayores.

    Pero luego de esto el Señor permite que lo envíen a Egipto como esclavo, y allí comienzan a presentarse una serie de vivencias humillantes y al parecer su vida iba en la dirección equivocada a la que Dios había predestinado.

    Sin embargo, la palabra del Señor se cumplió a cabalidad y José llegó a ser una persona importante en Egipto y perdonó a sus hermanos. Esto se revela en el siguiente pasaje:  “El faraón dijo a José: «Yo, aquí en persona, te pongo a cargo de toda la tierra de Egipto»” ( Génesis 41:41)

    3.- La vida de Moisés

    La vida de Moisés es un ejemplo claro de que Dios siempre obra para bien pero lo hace a su tiempo y a su manera. Este siervo de Dios desde que nació fue perseguido por la tragedia pero protegido por la mano del Señor, quien lo resguardó de la muerte siendo apenas un bebé.

    Dios le dispuso a la mente de la madre de Moisés la misión de ocuparse de su hijo y de criarlo. Luego en la casa del Faraón, Moisés adquiere poder, habilidades militares y liderazgo, cualidades que debía tener un libertador del pueblo de Dios.

    Esto se puede apreciar en el siguiente pasaje: “Y fue enseñado Moisés en toda sabiduría de los egipcios; y era poderoso en sus dichos y hechos” (Hechos 7:22)

    Pero cuando está listo para cumplir con su misión, Dios lo envía al desierto a cuidar rebaños durante cuarenta años, ya que asesinó a un egipcio y fue descubierto, así que tuvo que huir.

    Cuando él se encontraba preparándose para su misión, de pronto su rumbo cambia por completo y se despoja de todos sus lujos y se adentra al desierto. Así que de nuevo observamos que el Señor le da una misión a su hijo pero lo lleva en otra dirección. Pero cuando Dios da una palabra, él la cumple porque cuando llegó el tiempo, Moisés, dirigido por Dios liberó al pueblo de Egipto donde se manifestaron eventos sobrenaturales que marcaron la historia bíblica.

    En este sentido, cuando como cristianos sentimos que todo nos sale mal debemos visualizar estas historias bíblicas, donde el propósito de Dios se lleva a cabo de forma majestuosa, glorificando de esta forma el nombre del Señor en todo momento.

    Por esta razón estamos llamados a esperar en el Señor y no afanarnos por nada porque ciertamente él cumplirá su palabra en nosotros y nos dará la victoria conforme a su propósito en nuestra vida.

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