Presentación de niños al Señor
La presentación de niños al Señor está basada en la creencia que tienen los cristianos de dedicar a Dios a toda su familia, así que cada vez que llega un miembro nuevo, un bebé, lo traemos ante el Señor y lo presentamos y lo dedicamos para su honra y gloria. Tal como lo señala la palabra:
“Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor” (Lucas 2:21-23)
Así como Jesús, siendo el hijo de Dios, fue presentado ante él, de la misma forma debemos presentar a los niños para entregárselo al Señor, para que dirija sus pasos y ayude a los padres a criarlos con sabiduría y amor.
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La presentación de niños al Señor
En la iglesia evangélica no se bautizan a los niños. Pero si se acostumbra hacer la presentación de los niños en las iglesias evangélicas. Cuando Jesucristo estaba en este mundo, observaba con gran interés y respeto a los niños. Al respecto podemos apreciar la siguiente cita bíblica:
“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía” (Marcos 10:13-16)
En esta cita podemos ver claramente que la presentación de los niños es totalmente bíblica, donde Jesús nos señala claramente la pureza e inocencia de los niños, quienes no tienen pecado alguno.
De igual manera nos exhorta a que seamos como niños para poder alcanzar la salvación, ya que éstos eran mostrados al Señor para que los tocaran, y él reiteró que el reino de los cielos les pertenece a los niños porque no tienen pecado. El maestro Jesucristo lo dice claramente, afianzando la presentación de los niños a él como un acto de fe.
En este sentido, si Jesucristo, el Hijo de Dios, daba tanta atención a los niños, cuanto más la iglesia de Cristo debe hacerlo. Por lo cual el ministerio para los niños dentro de las iglesias, es fundamental, y representa una gran misión, porque ellos son el modelo que debemos seguir para alcanzar la salvación.
Como adultos y padres tenemos la responsabilidad de educarlos y procurar que no se desvíen de la verdad que es Cristo. Si lo hacemos cuando son pequeños, no se perderán, tal como lo afirma la palabra: “Enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6)
De esta manera, cuando presentamos a los niños, los estamos entregando al Señor, poniéndolos en sus manos para que su camino no se desvíe.
Pero los padres y el ministerio para niños en la iglesia, también tiene la responsabilidad de instruirlos, enseñarlos y orar siempre por ellos, porque el enemigo no descansa y siempre va a pretender destruir la obra de Dios en la tierra.
Cómo se presentan los niños en la iglesia
La presentación de niños se hace de forma muy sencilla en la iglesia. Cada templo tiene su manera de hacerlo, ya que no hay unos lineamientos establecidos para hacerlo. Existen iglesias donde primeramente organizan el día de la presentación junto con los padres que han manifestado el deseo de hacerlo.
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En la fecha y hora, planeada, los padres y el niño o la niña se presentarán ante la iglesia, donde el pastor dirigirá el acto. Es importante el apoyo en oración de todos los miembros de la iglesia.
Antes de hacer la presentación, se debe explicar a la congregación que no se trata de un bautizo y aclarar con citas bíblicas que es presentación basada en los preceptos de las Sagradas Escrituras.
Debemos recordar que dentro de la congregación pueden haber nuevos creyentes e incluso incrédulos. Por lo cual es importante siempre leer versículos bíblicos que demuestren que esa presentación tiene apoyo bíblico.
En ciertas iglesias, los ancianos son los que toman a la criatura en sus brazos, y expresarán algunas palabras a los padres del niño pidiendo un compromiso delante de Dios para criar a ese bebé en disciplina y obediencia del Señor.
Luego se expresarán algunas palabras a los miembros de la iglesia, pidiendo de igual forma un compromiso delante del Señor de cuidar a ese niño en el ámbito espiritual.
Posteriormente se hará una oración al Señor por ese niño o niña que está siendo presentado para que Dios lo proteja, lo cuide y lo guíe en sus caminos, entregándole al Señor a ese nuevo ser que ha venido a este mundo con un propósito. De esta forma, se ha llevado a cabo la presentación del niño o niña ante el Señor.
¿Cuál es el propósito de presentar bebés en la iglesia?
El propósito de presentar a los bebés en la iglesia es reconocer quién es Dios como Nuestro Creador y Señor. Nuestra tarea principal como padres es mostrarles el camino que deben seguir de la mano con Jesucristo.
De igual manera debemos orar por ellos, instruirlos en la palabra y dar nuestro ejemplo, ya que nada hacemos con hablarles de Dios si nuestro testimonio no es el correcto.
Debemos evitar confundir a nuestros hijos y darles dobles mensajes. Tenemos que ser un ejemplo a seguir para ellos para que puedan apreciar lo que Dios ha hecho con nuestras vidas.
También debemos procurar proporcionarles un ambiente de armonía y serenidad, donde prevalezca la presencia del Espíritu Santo en todo momento. No vale con solo presentarle nuestros hijos al Señor, tenemos una gran labor, siempre buscando la ayuda del Señor, la sabiduría y activando los dones espirituales para poder asumir nuestra responsabilidad y así cumplir la voluntad de Dios que es perfecta.
Existen muchos padres que tienen ansiedad y temor de cómo criar, educar y guiar a sus hijos en el Señor. Por eso es importante el apoyo de la congregación en oración, instrucción. Además a través de los ministerios para niños, se pueden hacer grandes cosas para que ellos se sientan incluidos y no pierdan el interés de asistir a la iglesia y de participar en la obra del Señor.
Debemos recordar lo que nos dice la palabra y confiar de que Dios no nos dejará solos, tal como lo señala la palabra: “Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6-7)
De esta manera, Dios tiene el control de todas las cosas y conoce nuestra dedicación y esmero en la crianza de nuestros hijos. Por lo cual no debemos pretender ser perfectos porque el único perfecto es Dios, pero si debemos encomendarnos siempre a él, pedirle dirección, y debemos establecer límites para que sepan que Dios es un Dios de orden y tiene unos mandamientos que debemos seguir.
Hay que hablarles con la verdad a nuestros hijos, siempre abalados en la palabra. Pero debemos evitar ser padres autoritarios, y llenarnos de amor y de la presencia de Dios. Seguir el ejemplo de Jesucristo e instruirlos con amor y disciplina.
Presentar nuestros hijos ante el Señor es solo el primer paso, nos queda un gran recorrido que debemos emprender de la mano con Dios, quien nos ha prometido su protección y resguardo.
4 Razones para no bautizar a los niños
Primeramente hay que señalar que la Biblia en ninguna parte ordena el bautismo de niños. La palabra del Señor es precisa cuando manifiesta que los que fueron bautizados en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo no se referían a niños sin discernimiento sino a personas con discernimiento.
Estas personas, en primer lugar, llegaron a ser creyentes porque aceptaron a Nuestro Señor Jesucristo como su único y verdadero Salvador, porque se arrepintieron de corazón y entregaron su vida a él.
Quizás algunos niños se hayan bautizado, pero si lo hicieron es porque reconocieron la necesidad de ser salvos mediante Jesucristo, es decir, tomaron la decisión de bautizarse en el nombre del Señor. Pero no se puede saber exactamente cuando un niño tiene el discernimiento para tomar esa decisión tan importante.
Puede ser que un niño de cuatro o cinco años, quiera bautizarse porque conoce la importancia de hacerlo, o puede ser un poco más grande, entre siete u ocho años. Por lo cual no se puede establecer una edad para el bautismo, ya que cada caso es particular y personal, y depende también de la comunión que se tenga con Dios.
En este sentido, los cristianos evangélicos presentamos los niños al Señor, siguiendo los preceptos de la palabra de Dios, donde le entregamos al nuevo miembro de la familia para que sus caminos sean de bendición. No creemos en el bautismo de los bebés por las siguientes razones:
1.- Ninguna persona hereda el pecado de sus padres
Cuando Jesucristo vino a esta tierra, vino a darnos salvación, a limpiarnos de todo pecado, a quitarnos las ataduras de toda iniquidad. No solo nos perdona, sino que borra todo lo malo en nosotros, borra nuestras maldades.
Así que somos limpios, somos nuevas criaturas porque hemos nacido de nuevo, y nuestros hijos de igual forma son lavados con la sangre de Cristo, no tienen pecado, son inocentes. Al respecto la palabra de Dios nos señala lo siguiente:
“El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él” (Ezequiel 18:20)
2.- Para bautizarse debe haber un real arrepentimiento
Los cristianos consideramos que un bebé no puede ser bautizado porque para hacerlo debe arrepentirse primero, es decir debe tomar la decisión de hacerlo y estar dispuesto a morir para el mundo y vivir para Cristo. Tal como lo indica la palabra:
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38)
3.- Los niños son del Señor
Los niños al nacer son del Señor, por eso hay que presentarlos y agradecer su nacimiento. No necesitan bautizarse porque son santos, inocentes, sin pecado. Si éstos murieran, irían directo al reino de los cielos, tal como se puede apreciar en la palabra: “Pero Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de los cielos” (Mateo 19:14)
En este sentido, la presentación de niños al Señor es diferente al bautismo, el cual se debe realizar a su debido tiempo, cuando se tenga la edad suficiente para hacerlo. De esta manera, cuando presentamos a los niños en la iglesia, lo hacemos tomando en cuenta las Sagradas Escrituras y es muy importante para que Dios encamine a ese ser y ayude a los padres con su crianza.
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La Gloria es para Dios, gracias por sus buenos deseos. Dios le bendiga
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Muy buena enseñanza ,pero me queda una consulta, si los padres no están casado se puede presentar al bebé??
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Hola Dios te bendiga, si pueden presentarlo, pero deben organizar y casarse, ya que en la obediencia hay bendición y sé que Dios los ayudará.
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Dios bendiga grandemente a quien corresponda, gracias primeramente a Dios y a ustedes por tan buena enseñanza. Sigan así y que nuestro señor Jesucristo siga trayendo sobre ustedes sabiduría y entendimiento para seguir enseñando.
Dios los bendiga
Atte. Daniel Eduardo Cisneros