Un esclavo que goza de libertad - Inicios del pecado y la esclavitud de la humanidad

Un esclavo que goza de libertad, es  por lo general el humano que no tiene a Cristo en su corazón y en su diario vivir. El individuo es libre en todas sus acciones, debido a que por mandato de Dios, todos tenemos libre albedrio, sin embargo, si Cristo no está en nuestras vidas, estas acciones nos conducen a ser esclavo del pecado y no tener la libertad plena que Dios nos da.

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    Un esclavo que goza de libertad - Inicios del pecado y la esclavitud de la humanidad

    Desde el capítulo 3 de Génesis leemos como la relación del hombre con Dios fue afectada debido a la desobediencia que llevó al hombre a pecar, y al ver a su creador sintió vergüenza, iniciándose así un proceso de desconfianza entre Dios y su creación, tal comportamiento generó un cambio en el objetivo inicial de la creación.

    Ante esta situación la biblia nos indica que la paga del pecado es muerte, por su parte Nuestro Señor Jesucristo dijo que el hombre es  esclavo del pecado, y aunque el pecado sea una herencia de nuestros ancestros, Dios en su infinito amor y misericordia nos ha mandado a su único hijo Jesucristo, para librarnos de este mal y gozar de la libertad eterna.

    Desde el inicio de la palabra de Dios se nos viene dando lecciones de cómo librarnos del pecado y esta información es suministrada por el mismo Dios, recordado que aunque Adán y Eva hallan pecado, somos su creación y nos ama, predominando el amor, la misericordia y la paciencia del Padre Supremo con el objetivo de salvar nuestras almas para siempre.

    La falta del perdón como nuestra primera acción esclavizadora

    En las Sagradas escrituras existen múltiples vivencias de hombres que amaban a Dios y demostraron que perdonando, el individuo alcanza gracia ante los ojos de Jehová, y es merecedor de su perdón. Al perdonar a nuestro prójimo y ser perdonado por Jesucristo nuestra alma se libera del pecado que nos esclaviza y nos mata día a día.

    Cuando un individuo es  esclavo, la desigualdad, degradación y la miseria como humano son imperantes en su diario vivir de una forma u otra, heredando la muerte espiritual y un trayecto al infierno. Ante ello nos podríamos preguntar, por qué si sabemos esto, nos aferramos al pecado, la principal razón es porque nos negamos a cumplir los mandamientos de la ley de Dios.

    Para liberarnos de la esclavitud del pecado en Efesios 4:22-27, el apóstol Pablo invita a todo individuo a despojarse de los deseos engañosos, desechar la mentira, que puedes airarte pero no pecar, que los problemas con nuestro prójimo deben ser resueltos de inmediato y dejar que el Espíritu Santo nos renueve, ya que nuestro Padre es justo, verdadero y Santo.

    También el apóstol Pablo nos enseña que es necesario, que el hombre renueve sus vestiduras y cuando se refiere a vestiduras hablamos no solo de las carnales sino las espirituales, haciendo al hombre un ser respetuosos, lleno de amor y siempre pendiente de agradar a Dios por sobre todas las cosas, no contristando al Espíritu Santo, ya que el hombre nuevo es benigno, y misericordioso.

    Los cambios que se generan en un hombre nuevo, son debido a que los pecados que lo esclavizaban fueron perdonados y crucificados con Jesucristo en la cruz del calvario. Esta verdad se respalda en el libro de Gálatas 2, donde se expresa que el individuo nuevo en Cristo refleja de inmediato, cambios en su vida, perdonando a su prójimo y amándolo como así mismo, y esto es hacer la voluntad de Dios.

    Cómo perdonar de todo corazón para librarnos del pecado

    Un ejemplo bíblico de cómo perdonar de corazón y la recompensa que obtenemos al hacerlo está en la historia de José, aunque existen otras historias aleccionadoras y ejemplares por las que nos podemos guiar el resto de nuestras vidas, en el libro de Génesis, José nos da un ejemplo de qué hacer, y cómo hacerlo, solo es necesario dejarse guiar  porque Dios hará el resto.

    Un esclavo que goza de libertad
    Un esclavo que goza de libertad

    En resumidas cuentas, la biblia narra que este joven con apenas 17 años, fue golpeado por la envidia, la maldad y otros pecados que enceguecieron a sus hermanos a tal punto de venderlo como esclavo a los egipcios, esta desgracia que atravesó José, no fue más grande que su amor y temor a Jehová, y parte de su recompensa divina fue alcanzar la misericordia de Dios. Esto lo podemos encontrar en el libro Génesis: 39.

    A José no solo lo persiguió la envidia y maldad de sus hermanos, también fue tentado como hombre, ya que la esposa de Póntifas se enamoró de él, sin embargo él se mantuvo firme y no pecó. Este tipo de tentaciones llegan a cualquier humano en un momento determinado de su vidas, la clave está en no pecar, eso hizo que Dios, nunca desamparara a José.

    Situaciones anteriores y recordar que sus hermanos lo vendieran como esclavo, no quiere decir que José no sentía dolor o ira al recordar lo que había sucedido, eso le cambió su vida, pero una vez más cuando sus hermanos, llegaron hasta él, aun no sabiendo quien era, José solo se dejó guiar por Dios.

    Dios en su amor y misericordia le dio a José inteligencia, astucia, permitiendo que ejerciera una buena gerencia sobre el pueblo de Egipto y así sobrellevar la hambruna que se avecinaba, el siguiente hombre al mando después del Faraón era José, y éste al reconocer a sus hermanos, pudo haberse vengado y convertirse en esclavo de ese pecado.

    Cuando nos dejamos guiar por Dios, por su análisis, su misericordia, su voluntad y no la nuestra o nuestras pasiones, siempre el perdón imperará en el proceder de nuestro día a día, reinando la paz que sobrepasa todo entendimiento.

    Jesucristo como liberador de esclavos

    Dios una vez más, dándole oportunidad al hombre para ser liberado del pecado, en Juan 3: 16-17 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”  su amor no tiene límites.

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    Como humanos al crear algo en la vida, ya sea un hijo, construir un hermoso jardín o una casa, nos vemos envueltos en un amor egoísta, este nivel de amor humano no podríamos compararlo con el de Dios, sin embargo no es imposible, y para ello tan solo es necesario leer la historia de Abraham y su hijo Isaac, Abraham nos demostró que el amor infinito a Dios existe y lo podemos lograr.

    Por su parte Dios, en su infinito amor, dio a su unigénito hijo, para que muriera en la cruz y nos liberara del pecado, y aún nos tiene paciencia y nos guía de todas las formas posibles, antes de enviarlo nuevamente. Pero en esa nueva venida, no vendrá a ser crucificado, vendrá con poder y gloria a juzgarnos por nuestros pecados, y a dar vida eterna a todo aquel que él creyó,  Apocalipsis1.

    Al leer tan solo los 27 libros del nuevo testamento, Jesús dejó claro siempre que él es el único que puede perdonar nuestros pecados, en este mundo todos somos pecadores, sin embargo la diferencia se hace cuando usted, llega  a los pies de Jesucristo y le pide de todo corazón que le perdone sus pecados, que lo limpie con su Santa Sangre y que escriba su nombre en el libro de la vida.

    Como conclusión debemos tener presente siempre, que el pecado nos hace esclavos, y blanco perfecto para ir al infierno, que la única manera de ser libres y limpios del pecado es por medio de nuestro Señor Jesucristo, ya que él es la verdad y la vida y que la mejor guía para vivir, está en las Sagradas Escrituras.

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    Dra. Mercedes Pérez Sarrameda

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