3 Bases Fundamentales De La Soberanía De Dios

La Soberanía de Dios es la interpretación de la Autoridad Divina de Dios. Autoridad que tiene como Señor de todo lo creado, y le otorga el poder ilimitado para estar y ser, crear y diseñar dentro de todo lo que esté en sus planes perfectos. Por esto nada ni nadie puede alterar o dificultar los planes de Dios ya que su dominio es sempiterno. David refleja la soberanía de Dios en el cántico del Salmo 135:6 donde escribe que “El SEÑOR hace su voluntad en el cielo, en la tierra y en las profundidades del océano también.” (PDT) Sin embargo, para poder entender la misma con exactitud: ¿qué es soberanía?

Índice De Contenidos

    ¿Qué es Soberanía?

    La palabra “soberanía” define el derecho al poder por excelencia que posee un gobernante como autoridad suprema frente a todo lo demás. Por ejemplo, en un reino terrenal el Rey es soberano frente a todas las demás autoridades, en tal caso, frente a todos los Reyes, el Rey de Reyes y Señor de Señores, el único Soberano delante de todos ellos es Dios. De esta manera, Dios es el responsable de sostener y crear la vida y también es el único con el derecho de colocar los límites de toda su creación y para con toda criatura.

    Soberanía de Dios
    Hombre inspirado por Dios

    ¿Soberanía en Hebreo?

    Para mayor comprensión del estudio teológico de La Soberanía de Dios, los textos hebreos (idioma fundamental de las Santas Escrituras) contienen la palabra ʼAdho•nái, que bien hace referencia a “Amo” y “Señor”, sobrentendiéndose como “Señor Soberano” (Dueño y Amo de todo). Explícitamente: Adonai es “Dios es el Señor”. Podemos leer en el Salmo 8:1 la exclamación de esta palabra respecto al Dios Soberano: "¡Oh Adonai, Señor nuestro, qué glorioso tu nombre por toda la tierra!Tú que exaltaste tu majestad sobre los cielos,"(SBVUJ).

    Bases de la Soberanía de Dios

    La Soberanía de Dios tiene columnas fundamentales que demuestran su poderío. Son cualidades que podemos observar sin mucho esfuerzo porque están latente en nuestras vidas, en todo momento. Si reconocemos el valor de todo lo creado y la manera en la que todo se sustenta de Él podremos descubrirlas. Así como reconocer nuestra necesidad latente de Su Gracia, que ha sido regalada para todo el que le acepte de corazón.

    1. Todo depende de Dios

    Jehová Dios Nuestro es el diseñador de todas las cosas. Es el sumo creador y todo lo que existe es por Él y para Él. Nada puede ir en contra de los planes de Dios, en realidad, todo depende de Él para poder ser. Los hijos de Dios pueden descansar en el hecho de que al final de todo, después de batallar contra sus propios problemas, Dios es quien alinea las cosas. Siempre debemos tener en cuenta que "Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican".

    El Reino de Dios es completamente sólido y jamás dejará de serlo. Y su reinado conforma un orden que no solamente se basa en su autoridad y dominio, sino en su capacidad para bendecir. Si aceptamos que fuimos hechos a imagen del Rey de Reyes, podremos hacer manifiesta la Soberanía de Dios en nosotros, y ser prósperos conforme a su Voluntad.

    2. Podemos ser salvos por su Santa Voluntad

    La santidad de los hombres significa que hemos sido escogidos. No se refiere a una pureza superficial sino a una cualidad que ya había sido dada antes de ser gestados en el vientre de nuestras madres. Dios te dice en Jeremías 1: 5 "Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí, y antes que nacieras, te consagré".

    Entonces, podemos comprender que esta cualidad es dada por la autoridad de Dios, pues la salvación no es por obras superficiales y de este mundo (no digo que obrar no esté bien), sino fue dada por su gracia. Entonces el intento constante de hacer la voluntad de Dios es la que nos define nuestra salvación, y asimismo demuestra de nosotros el reconocimiento de la Soberanía de Dios. 

    3. Todo lo que ha sucedido, sucede y sucederá denota su Autoridad

    La transitoriedad de la vida ya fue escrita por Él. Cada suceso acontecido ya había sido destinado a ser, y todo lo que ha sucedido y está sucediendo tiene un motivo por el que está siendo así. En Romanos 8:37-39 está escrito que "en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro."

    Sin embargo, no quiere decir que todo lo negativo que suceda en la vida de un hombre sea culpa de Dios. Si leemos en el mismo capítulo de Romanos, en el versículo 28 "sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman; es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito".

    Haciendo énfasis en la palabra "propósito", sus propósitos siempre serán perfectos y de bien para sus hijos. Es totalmente distinto cuando nosotros nos alejamos de la cobertura de Dios y por nuestra propia causa perdemos la protección que provee caminar bajo la autoridad de Dios.

    Oración de aceptación de la Soberanía de Dios

    Antes de terminar el artículo te invito a declarar con tu boca la siguiente oración:

    Padre eterno, hoy reconozco mi humanidad y decido poner en tu poderosa mano mis sueños, mis dificultades, mis necesidades y todos mis problemas. Reconozco que tú tienes la autoridad y soberanía sobre mi vida y acepto la perfecta voluntad en tus planes. Agradezco, Señor, por todo momento que me has permitido vivir, y por todas las cosas buenas que me has permitido aprender a hacer. Hoy te doy las gracias por estar siempre aquí conmigo, Señor. Te pido que me des paz. Y me enseñes cada vez más a buscar tu divina presencia y a llenarme con tu Espíritu Santo.

    ¡Amén y Amén!

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