El ministerio de la mujer en la iglesia de Jesucristo – En el Antiguo y Nuevo Testamento, y en la actualidad
El ministerio de la mujer en la iglesia de Jesucristo, es sumamente importante debido a que todos debemos cumplir el mandato divino, dejado por nuestro Señor Jesucristo, debemos hacer nuevos discípulos en todas las naciones, predicar el evangelio a toda criatura y bautizarnos en el nombre del padre del hijo y del Espíritu Santo, la mujer no excluida de dicha misión.
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El ministerio de la mujer en la iglesia de Jesucristo – Cómo era vista en el Antiguo Testamento
El libro de Génesis 1:27 dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo; varón y hembra los creó” a su vez en Joel 2: 28-29 Dios promete que derramará su espíritu sobre toda carne, que las hijas también profetizarán, vemos que Dios nunca ha discriminado a la mujer, y es debido a que somos su imagen y semejanza, estamos en la capacidad de desempeñar sus ministerios.
En el Antiguo Testamento leemos también cómo existieron mujeres que cumplieron actividades en el ministerio del Señor, un ejemplo fue María, hermana de Moisés y Arón la cual era profetiza, y tenía alto liderazgo, servía en el ministerio del Señor, en la alabanza y la danza para Jehová, y era imitada por otras damas.
En Jueces 4 y 5 nos dice que Débora no solo fue una profetiza, también llegó a ser juez, dirigiendo a Barac para guiar al ejército de Israel, y en los libros de 2Crónica 34: 22-28 y en 2Reyes 22:14-20, se habla de una mujer llamada Hulda, que también fue profetiza y ayudó en la reforma religiosa en los días de Josías y autenticó el rollo de la ley encontrado en el templo.
A groso modo observamos que la mujer siempre ha sido incluida en los designios de Dios, leemos que en la Biblia, citan mujeres que se han librado del matrimonio con el único objetivo de servir enteramente en los ministerios de Dios, siendo fundadoras de iglesias, misioneras a nivel mundial, trabajando en la educación cristiana, el único objetivo que las mueve es predicar el evangelio.
Ministerio de la mujer en el Nuevo Testamento
Hechos 9:36 dice “Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas, esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía” entonces notamos que el ministerio de Dios no solo se limita a profetizar, esta mujer trabajaba arduamente y era seguida en el ministerio de las finanzas y benevolencia de Dios.
Existen muchas mujeres que hicieron y aún siguen haciendo una gran misión en el misterio de Cristo, ya que son un ejemplo a seguir. Las hijas solteras de Felipe, mujeres como Evodia y Síntique, Priscila a quien Pablo consideraba su trabajo en Cristo ejemplar, María, Trifena, Trifosa, y Pérsida (Romanos 16:6,12), nunca pararon ante el servicio a Dios.
Al igual que Nuestro Señor Jesucristo el apóstol Pablo fue un gran defensor de la mujer y su gran ministerio en la obra de Cristo, de hecho existieron mujeres diáconos y apóstol, y han sido los factores culturales y las traducciones, las que han tergiversado este gran desempeño femenino en los asuntos de Cristo, haciendo ver que solo el hombre podía ejecutar tal actividad y mandato.
El ministerio de la mujer en la actualidad
En la actualidad vemos que se ha ido incrementando las credenciales de la mujer en los cargos ministeriales de la iglesia de Cristo, teniendo una excelente receptividad, lo cual es muy positivo ya que podemos llegar a una mayor cantidad de seres que necesitan saber de Jesús, aun así, existen otras culturas donde este rol se ve minimizado.
A pesar de todas las investigaciones existen culturas que piensan que la mujer debe de estar subordinada al hombre, no recordando que Eva fue creada para ser ayuda adecuada o idónea para Adán, la palabra ēzer, en la traducción del hebreo significa es ayuda o idónea, sin embargo se le dio la traducción de subordinada, haciendo ver que la misma, no debe opinar.
Todos los seres humanos recibimos dones espirituales de nuestro Dios, siendo el Espíritu Santo, quien los distribuye, pudiendo ser dones ministeriales o dones espontáneos, reconocidos por el cuerpo de cada individuo y cada don es para cumplir el servicio del Señor, independientemente si eres hombre o mujer.
Hemos leído en las Sagradas Escrituras como estos dones, son distribuidos por el Espíritu Santo, tanto al hombre como a la mujer, sin embargo existen palabras que debido a la traducción se han usado con el objetivo de excluir a la mujer del ministerio de Cristo, un ejemplo es la palabra hebrea kephalē a esta le dan dos interpretaciones autoridad sobre y fuente de origen.
Esta palabra se mencionaba mucho en los tiempos de Pablo y de hecho la interpretación fuente de origen, es el significado que más se ajusta a la época, ya que la mujer procede del varón y el varón nace de la mujer, por ello que la interpretación autoridad sobre, ha sido utilizada más bien con el objetivo de minimizar la acción de la mujer en el ministerio de Cristo.
En conclusión en Gálatas 3:28 dice “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” de esta manera somos un solo cuerpo en Cristo, bendecidos y fortalecidos con los dones espirituales y ministeriales que nos da él, Espíritu Santo.
Las mujeres debemos seguir trabajando en el ministerio de Cristo, haciendo un equipo idóneo con el hombre, recordando y ejecutando siempre lo escrito en Mateo 28:19 “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” no todos los ministerios son de profetizar, hay varias misiones que Cristo nos encargo.
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Dra. Mercedes Pérez Sarrameda.
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