Yendo más allá de los límites con el poder de Dios
Yendo más allá de los límites es demostrar el poder de Dios, dando a conocer las maravillas, milagros y prodigios que puede hacer de forma sobrenatural en nuestra vida, en las iglesias, en el mundo entero, donde lo imposible se hace posible.
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Como cristianos es fundamental cuál es el propósito que tenemos en la tierra, y es llevar el mensaje de salvación a toda criatura. Para hacer esto posible es necesario ir más allá de los límites y revelar el poderío de Jesucristo, ya que él nos dijo que haríamos cosas aún mayores, tal como lo revela la palabra:
“En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que estas hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14:12)
En este sentido, el Señor nos ha llamado a hacer cosas más grande, donde no existen limitaciones, ya que Dios es Todopoderoso y puede hacer todas las cosas posibles. Sin embargo él es soberano y todo tiene que estar bajo su control y perfecta voluntad.
Debemos comprender que la gloria no es nuestra y que todo lo que hagamos en la tierra debe ser dirigido por él. Muchos profetas y adoradores se vanaglorian de sus triunfos, olvidándose en realidad del propósito que tenemos como cristianos. Esto es repudiado por el Señor.
Yendo más allá de los límites con el poder de Dios
Ir más allá de los límites es reconocer el poder que Dios tiene para hacer de lo imposible, lo posible, y para ello debemos tener fe y confianza en que el Señor puede hacer prodigios y milagros aún mayores que los que hacía en el pasado, ya que Dios sigue siendo el mismo, tal como lo afirma la palabra:
“Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; considerad cuál haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Hebreos 13:7-8)
En este sentido, estamos hablando del mismo Dios de Israel, de Abraham, de Jonás, Noé, Daniel, David, Felipe. Es el mismo Dios que se ha manifestado con Poder en cada uno de sus hijos, enalteciendo su nombre y proclamando su majestad y potestad.
En el caso del Felipe, fue un persona bíblico que aparece en el Nuevo Testamento y que es impulsado y guiado por el Espíritu Santo. Se aventuró a ir a lugares que los judíos de su época nunca habrían ido.
Él aprendió a sobrevivir y crecer bajo la cobertura de Dios, en medio de un entorno hostil y extranjero. Pero su testimonio y ministerio fue más allá de los límites y las fronteras. De esta manera que la historia de Felipe es más que un ejemplo de cómo se puede expandir el evangelio. Nos muestra la revelación de que habrá un movimiento de emigrantes que se empoderará, guiado por el Espíritu Santo.
5 Características que definen al creyente que va más allá
Ir más allá de los límites, es traspasar las fronteras de este mundo, es atreverse, aventurarse, es confiar en el poder de Dios y ahondar en el mundo espiritual para conocer cosas misteriosas y maravillosas, tal como lo dice la palabra:
“Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33:3)
De esta manera que los creyentes deben pedir los dones espirituales para poder activar ese poder y hacer cosas maravillosas en el nombre de Jesucristo, para que las naciones sepan que Cristo es el Señor y que es real.
Su existencia se puede evidenciar en los prodigios, señales que revelan sus hijos en la actualidad, ya que los sucesos sobrenaturales no solo pueden verse en los tiempos bíblicos, también podemos presenciarlos aquí en la tierra. Así que un creyente que va más allá de los límites debe tener las siguientes características:
1.- No le teme a lo desconocido
Un creyente que va más allá de los límites es cuando no se queda solamente en la lectura de la palabra, sino que busca ponerla en práctica. Debemos comprender que nuestro Dios es poderosos y sin duda va más allá de nuestros límites.
En la biblia podemos ver ese poder reflejado en las maravillas que hizo en la época de Moisés, y en la actualidad él tiene ese mismo poder. No debemos verlo como algo que aconteció y que pertenece al pasado, ya que como se ha afirmado anteriormente, Dios sigue siendo el mismo ayer, hoy y por los siglos.
Pero por qué los propios cristianos se niegan a creer que estos prodigios son posibles, por qué no piensan que Dios puede hacer cosas sobrenaturales para demostrar su majestad, por qué no podemos nosotros ser instrumentos del Señor para tales cosas, así como lo fue Daniel, Moisés, David.
Nuestro Goliat somos nosotros mismos, así que debemos primeramente vencer nuestros temores si en realidad queremos ir más allá de los límites y conocer a ese Dios de las Escrituras que nos dio la autoridad como hijos que somos, de sanar a los enfermos, echar fuera demonios, caminar sobre las aguas, entre otras cosas.
Así que eres llamado no solo para ocupar una banca en las iglesias, estás llamado para hacer grande cosas que tú nunca antes habías hecho, bajo la cobertura de nuestro Padre Celestial. Así que debes levantarte y atreverte a hacerlo porque está en las escrituras y es un deber cristiano activar el poder de Dios en nosotros para bendecir, sanar, liberar y proclamar el mensaje de salvación.
Ese llamado no te garantiza la salvación, te garantiza el perdón nuestro Señor Jesucristo a través de su perdón y misericordia que es infinita. Pero debes creer en él, en su poder y dar testimonio de lo que puede hacer aquí en la tierra.
Sin embargo, para ir más allá y activar el poder de Dios en nuestra vida, debemos alejarnos de cosas que nos atan, dejar atrás nuestros deseos carnales, vicios, y nacer de nuevo. Morir para el mundo y vivir para Cristo.
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2.- Está dispuesto a salir de su entorno
Los creyentes en su mayoría se sienten cómodos en sus iglesias, sentados en la banca, escuchando la palabra y adorando a Dios. Esto no es algo malo, pero ciertamente debemos ir más allá y para lograrlo hay que salir de nuestro entorno.
Jesucristo no se estancaba en un solo lugar, de hecho se desplazaba de un lugar a otro proclamando el mensaje de salvación y enseñando mediante sus parábolas.
De hecho, los grandes personajes bíblicos realizaban viajes largos y en aquella época era más difícil el traslado, pero Dios le ponía esas metas con el propósito de ir más allá de los límites.
3.- Debe soltar lo que tiene para recibir aquello que viene
Solo los cristianos que son visionarios están dispuestos a vivir entre lo que tienen y lo aquello que tendrán. Cuando abandonamos algo terrenal, que nos hace daño, que nos ata, estaremos recibiendo lo nuevo que nos viene.
En la biblia encontramos personajes como Abraham, quien fue un profeta del Señor que fue probado para demostrar su fidelidad. Así que tuvo que abandonar algunas cosas y hacer la voluntad de Dios.
Tuvo que abandonar su tierra, su familia, su nación, las riquezas, la ciudad, y obtuvo el doble por hacerlo, y siendo mayor logró ser el padre de multitudes.
Por su parte, Moisés tuvo que dejar su puesto de príncipe de Egipto, sus lujos, comodidades para poder cumplir la misión asignada de su Padre, que era liberar al pueblo de Israel de la esclavitud. Luego tuvo que dejar a su familia para continuar con su misión, recibiendo siempre bendiciones de lo alto.
4.- Debe dejar el temor a la opinión pública
Uno de los grandes obstáculos que puede tener un cristiano para ir más allá de sus límites, es el temor a la opinión pública. Ciertamente somos humanos y podemos tener cierto miedo escénico o no nos gusta ser el centro de atención.
Sin embargo debemos tomar en cuenta que no estamos solos, que Dios nos está acompañando, por lo cual nos ayudará a usar las palabras con sabiduría y a actuar conforme a su voluntad.
Por esta razón la liberación más importante que podemos hacer es la de liberarnos del temor a lo que digan los demás. Jesucristo sabía que no estaba solo, que tenía al Espíritu Santo y por eso se atrevía a hacer milagros y prodigios, a proclamar la verdad aunque eso no fuera del agrado de la autoridad.
Si Jesús se atrevió a caminar sobre las aguas, tú también puedes hacerlo si vas de la mano de Jesús. Satanás es mentiroso y siempre va a querer interferir con tus proyectos, pero con Cristo somos más que vencedores.
5.- Recibe la palabra de Dios
Todo creyente que pretende ir más allá debe estar aferrado a la palabra de Dios, ya que ésta es la herramienta fundamental que se debe usar para tal fin.
Mediante las Escrituras podemos conocer cómo Dios traspasó los límites y llevó a los profetas más allá de los límites. En el caso de Pedro, Dios le dio la visión cuando se rehusó a comer animales, tal como se aprecia en la palabra:
“Pero yo dije: De ninguna manera, Señor, porque nada impuro o inmundo ha entrado jamás en mi boca. Pero una voz del cielo respondió por segunda vez: Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro. Esto sucedió tres veces, y todo volvió a ser llevado arriba al cielo” (Hechos 11:8-10)
De esta manera Dios rompió los límites que Pedro se estaba poniendo y lo llevó más allá de su entendimiento, porque le dio palabras de sabiduría que lo hicieron comprender el poder que tiene Dios de bendecir todo lo que ha creado.
También Dios rompe los límites de la distancia y nos hace ir a lugares desconocidos o que no hemos ido. Existen muchos creyentes que han tenido la misión de llevar la palabra a otras naciones arriesgando su propia vida. Pero el Señor los ha destinado para ese fin y están respaldados por él.
En este sentido, el poder está en la palabra de Dios, la cual tiene más peso que nuestra razón, que nuestras limitaciones y perjuicios. Así que solo debemos confiar en ésta y no en los recursos humanos, ni en nuestra propia prudencia.
Retomando el caso de Pedro, él tuvo dudas de caminar sobre el agua y también tuvo dudas al echar la red en el mar porque sabía que no había peces. Es decir que a pesar de haber estado con Jesús y de haber visto los milagros, él mismo se ponía limitaciones y no lograba ver más allá. Al respecto en la palabra se puede apreciar lo siguiente:
“Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si tú lo mandas, voy a echar las redes. Hicieron lo que Jesús les dijo, y fueron tantos los pescados que recogieron, que las redes estaban a punto de romperse” (Lucas 5: 4-6)
En esta cita podemos ver que Pedro tuvo dudas de que podría pescar porque ya lo había intentado toda noche. Sin embargo obedeció al Señor porque lo respetaba y cuando vio con sus propios ojos la pesca milagrosa, sintió duda de su culpa y lo confesó a Jesús “—¡Señor, apártate de mí, porque soy un pecador!” (Lucas 5:8)
De esta manera que las dudas se pueden presentar por nuestra condición humana, pero debemos obedecer la palabra y pedirle a Dios que nos quite todo temor y duda porque así no podremos ir más allá de los límites y conocer el poder de Dios en nuestra vida, en nuestro entorno, en las iglesias y en el mundo entero.
Así que como creyentes lo más importantes es alimentarnos de la palabra cada día, nutrirnos de su sabiduría y enseñanza. También es importante mantener la comunión con Dios y pedirle dirección en todos los proyectos que se nos presenten, ya que debemos obedecerlo a él y cumplir su voluntad.
Activar el poder de Dios es requiere de nuestra disposición para ir más allá y arriesgarnos a dejar lo que tenemos para recibir cosas nuevas, bendiciones nuevas. No debemos aferrarnos a las cosas de este mundo sino conocer en las cosas espirituales que proceden de Dios.
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