Dios nos pone pruebas difíciles pero nos da la victoria ¡3 Aspectos a Considerar!

Dios pone pruebas difíciles pero luego otorga la victoria a los que en él confían. El hecho de ser cristianos no nos inmuniza de tener que atravesar por momentos difíciles y amargos en nuestra vida. Pero ser creyentes nos otorga una unción especial porque estamos llenos del Espíritu santo que nos da la fortaleza para poder salir adelante y recibir la recompensa de nuestro Padre.

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Sin embargo en medio de las tribulaciones, podemos sentirnos débiles, derrotados, enojados, y eso es normal porque somos humanos, y hay cosas que nos hieren. Por lo cual en el momento de la prueba es importante buscar consuelo en Cristo primeramente, pero la familia, la iglesia y amistades también desempeñan un papel importante.

No es recomendable aislarse porque el diablo es puerco y si te encuentra débil, puede pretender amedrentarte. Así que busca siempre estar en la Presencia del Padre Altísimo, y él te resguardará y debajo de sus alas, estarás seguro.

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    Dios pone prueba difíciles pero otorga la victoria

    Una de las cosas más difíciles de la vida de un creyente es el hecho de ser discípulo de Cristo, ya que a pesar de las pruebas debemos dar buen testimonio y salir airosos de la situación adversa que estamos pasando. Pero cuando estamos atribulados, podemos hacernos muchas interrogantes con respecto a lo que Dios permite que pase en nuestras vidas.

    Pero si conocemos la palabra, podremos comprender que él es Soberano, que él es dueño de todo lo que ha creado, lo que existe y que siempre actuará conforme a su justicia y no conforme a nuestros caprichos. Sin embargo la misericordia de Dios es para siempre y él escudriña los corazones, y él hará de acuerdo a su justicia y a su perfecta voluntad.

    Solo debemos esperar en él, y tener la plena confianza de que obtendremos la victoria porque somos sus Hijos y él no nos desamparará en el día de prueba. A través de las Sagradas Escrituras podemos ver la manifestación del amor de Dios hacia sus Hijos, y si nos pone pruebas difíciles es porque sabe que lograremos superarlas. Tal como lo expresa en su palabra:

    “No os ha tomado tentación, sino la humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis aguantar” (1 Corintios 10:13)

    En este sentido, las tribulaciones que Dios permite en nuestra vida tienen un propósito divino, no se dan de forma casual ni por mala suerte, ni nada de eso, ya que todo, absolutamente todo es de Dios, y él controla lo que existe en el cielo y en la tierra y en los lugares que no conocemos. Ese propósito tiene que ver con nuestra transformación espiritual, ya que Dios nos está moldeando a la imagen y semejanza de Cristo, y esa es la meta.

    Así que las pruebas difíciles forma parte de un proceso la santificación, y por eso somos apartados para los propósitos de Dios y equipados para experimentar la Gloria de Dios en nuestra vida. Tal como lo realza su palabra:

    “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo” (1 Pedro 1:6-7)

    Entonces se puede afirmar que mediante todas las pruebas y tribulaciones de la vida, estamos en victoria. A pesar de que estamos librando una batalla espiritual, el diablo no tiene la potestad sobre los Hijos de Cristo.

    El Señor no nos deja solos, él nos guía a través de su Santo Espíritu y nos da la autoridad de su palabra  para darnos fortaleza en medio de la prueba y alentarnos a seguir adelante. Tal como lo expresa su palabra: “Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 15:57).

    Por qué Dios Nos Pone Pruebas Difíciles

    Como se mencionó anteriormente las pruebas no son casuales y se presentan con un propósito que humanamente no logramos comprender y por eso nos llenamos de interrogantes, dudas y desolación. Pero estos momentos difíciles son temporales, y tienen un propósito divino.

    En la actualidad surgen constantemente muchos problemas en la sociedad que afectan los hogares, las iglesias y la vida de los creyentes y no creyentes. Por lo cual la humanidad tiende a sumergirse en sentimientos de dolor, tristeza, desesperanza, angustia, entre otros.

    Dios nos pone pruebas difíciles
    Dios nos pone pruebas difíciles

    Sin embargo como Hijos de Dios tenemos la responsabilidad de levantarnos en el Nombre de Jesucristo y dar testimonio de la Victoria que Dios nos da cuando logramos superar las pruebas. Como creyentes tenemos los ojos puestos en nosotros, en nuestro estilo de vida porque el enemigo observa si nuestros pies flaquean.

    Pero si nos ponemos la armadura de Cristo y enfrentamos la batalla con Valentía, así como lo hizo David con Goliat, entonces venceremos y dejaremos en alto a Nuestro Padre Celestial.

    Además luego de la prueba queda una enseñanza porque hemos pasado por fuego y lo hemos superado. Tal como se evidencia en su palabra: “Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, en la manifestación de Jesucristo” (1 Pedro 1:7)

    Así como somos moldeados como el barro para formar una hermosa vasija, así ésta debe colocada en el fuego para así crear la gran obra artesanal y obtener una vasija hermosa. Esa vasija somos nosotros los Hijos de Dios, ansiosos por recibir el agua de vida que solo nuestro Señor Jesucristo nos puede dar, el manantial de bendiciones que recibiremos vendrá de forma sobreabundante.

    Pero debemos antes pasar por pruebas y dificultades, manteniendo nuestra fe intacta y nuestras vestiduras sin mancha para poder entrar al reino de los cielos. Tal como el Señor prometió en las sagradas Escrituras, donde a través del arrepentimiento seremos salvos.

    En este sentido los creyentes, fieles a Cristo y a su palabra no deben dejar engañar por el diablo, porque debemos tener la certeza de que Dios pone pruebas difíciles pero enseña el camino para salir de ellas, nos da esperanza, aviva nuestras fuerzas, envía sus ángeles, nos revela mediante la palabra sus promesas llenas de amor.

    De esta manera nos da las herramientas para pelear la buena batalla y vencerla, no nos deja solos y desamparados. Nos coloca la armadura y nos da el Espíritu divino para enfrentar al Goliat que nos quiere derrotar.

    Así el Hijo de Dios aprende a valorar la gran importancia que tiene mantener la comunión con Dios, el realizar buenas acciones, tener comportamiento que de buen testimonio de los Hijos del Rey. Pero también busca que nosotros cumplamos el mandamiento más importante, que es el amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Lo cual se refleja en nuestro diario vivir, donde se pone a prueba nuestra verdadera fidelidad y obediencia al Señor.

    De nada vale hacerte llamar cristiano, si el día de la prueba te das por vencido, y te dejar sucumbir en la total desolación. Los verdaderos Hijos de Dios claman en busca de ayuda al Padre Celestial, se levantan como las águilas y en medio de la tormenta hallan la calma y la paz que sobrepasa todo entendimiento.

    El día que logremos internalizar eso, podremos superar las pruebas con mayor sabiduría, sabiendo que el tiempo de Dios no es igual al de nosotros, y él obrará a su tiempo que es perfecto. Dios es soberano y hará como él quiere, conforme a su justicia y misericordia.

    No seamos altivos, no busquemos salir de la prueba por nuestros propios medios porque será en vano, siempre debemos buscar la Gracia de Dios, y su misericordia que es para siempre:  “Alabad a Jehová, porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia” (Salmos 136 : 1)

    Cómo enfrentar las pruebas difíciles ¡3 Aspectos a considerar!

    Si como Hijos de Dios queremos pasar las pruebas conforme a la voluntad de Dios y su palabra, debemos pedirle sabiduría, paciencia, discernimiento, tolerancia, entre muchos dones espirituales. Pero antes debemos entender que Dios no sigue órdenes de nosotros, no hace nuestra voluntad, no cumple las cosas a nuestro tiempo.

    En este sentido, debemos ser humildes, humillarnos delante de nuestro Padre, orar sin cesar, leer la palabra, aferrarnos a su perdón, a su misericordia. Pero no podemos ser altivos, ni exigirle, ni decirle frases como: Hasta cuándo Señor, Por qué Señor, No es justo, Por qué a mí, entre otras expresiones que no son del agrado de Dios.

    Así que si deseas sobrellevar las dificultades con paciencia y prudencia, primeramente debes aceptar y comprender que Dios es el dueño y Señor del universo y que cada una de las prueba que coloca poseen un propósito divino en la vida de cada persona. Y cada circunstancia adversa que aparece en este mundo terrenal, causará  un resultado que marcará para siempre a nuestro ser, con un efecto definitivo.

    La humanidad debe estar absolutamente convencida de que el Señor siempre está presente, que nos da su amparo y protección, y por ello no debe flaquear nuestra fe, ya que de cada prueba difícil se obtiene una lección positiva, la cual hará que el recorrido sea más esperanzador. Al respecto  se pueden considerar los siguientes aspectos:

    1.- Reconocer el poder de Dios

    Primeramente debemos reconocer el Poder de Dios sobre toda su creación, tener claro que él es El Gran Yo Soy, el Rey de Reyes y Señor de Señores. Es Omnipresente, Omnisciente, capaz de quitar y poner las cosas que quiera de acuerdo con su voluntad y gran misericordia. Quien tiene el dominio total de todo, de tus luchas, de tu vida, pensamientos, sentimientos, actos, es decir, te conoce a cabalidad.

    Por lo cual debes reconocer su majestad sobretodo en el momento de la prueba porque ahí es donde mostrarás tu fidelidad y verdadera entrega al Señor. Así que reconoce que él te dará la victoria si confías en él plenamente.

    Te invito a leer: El poder de Dios en mí. 10 Versículos reveladores sobre su grandeza

    De esta manera que por muchas pruebas duras que se presenten en el transitar de nuestra la vida, debemos tener confianza en la justicia de Dios, afianzándonos en todo lo bueno que existe en nuestro entorno. Teniendo una actitud de gratitud hacia Dios, hacia sus bendiciones, agradeciéndoles por nuestra familia, por nuestro hogar, alimentos, vestimenta, amistades, entre otras. Recibiendo las bendiciones con humildad y amor hacia Dios y hacia el prójimo.

    2.- Alimentar nuestra fe diariamente

    Sin fe es imposible agradar a Dios porque por fe somos salvos, por fe creemos en la salvación y por fe saldremos victoriosos de las pruebas. Así que para vivir en paz, serenos y tranquilos, debemos nutrirnos con la palabra, ya que la fe entra por oír la palabra de Dios:  “Así que la fe viene del oír, y el oír, por la palabra de Cristo” (Romanos 10:17)

    En este sentido, es importante alimentar nuestra fe por medio de la lectura de las Sagradas Escrituras que nos da las herramientas para vencer al enemigo y obtener la victoria. El apoyo de Dios durante la prueba es lo que nos hará triunfar frente la adversidad.

    Porque el enemigo asecha y quiere robarnos la paz, y nos quiere llenar de dudas con respecto a nuestras creencias y propósitos que tenemos en nuestra vida. No debemos bajar la guardia y estar pendiente porque el enemigo anda como león buscando a quien devorar.

    3.- Refugiarnos en El amor

    Sin amor no hemos conocido a Dios, sin amor no podemos afirmar que amamos, porque Dios es amor, y es lo que nos llena de esperanza para seguir adelante. El amor debe cambiarnos y cambiar el mundo. Pero lamentablemente la sociedad ha sido corrompida y apartada, porque está inmersa en las banalidades propias del mundo. Pero el amor verdadero proviene de Dios

    De esta manera que en el momento de la prueba el amor es un refugio donde podremos descansar. El amor por los hijos, la familia, las amistades y por la vida misma nos llena de esperanza, y nos permite valorar las cosas buenas que están en nuestro entorno.

    A pesar de las decepciones y de las vicisitudes que se nos presenten en la vida, nunca se debe dejar de creer en el Todopoderoso, siempre debemos tener una actitud positiva y dejar que el amor nos ayude a superar las pruebas difíciles. Tal como expresa la palabra, el amor “Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7)

    4.- Sacar provecho de cada situación adversa

    De cada prueba difícil se puede extraer algo positivo que nos haya edificado. Esto con la finalidad de nuestro crecimiento personal y espiritual, aceptando que todo tiene un propósito divino y una razón de ser, donde el Señor es el único que tiene todas las respuestas, por eso debe existir siempre la fe y la esperanza ante cada situación adversa que se nos presente.

    Estas pruebas difíciles en la mayoría de los casos, ayudan a fortalecer nuestra fe, confianza y esperanza en Dios. Y las personas no deberían sentirse solos ni desamparados, ya que el señor siempre estará ahí presente en los triunfos y en las adversidades. Así que vamos a sacarle provecho a la situación y acerquémonos más a Dios, quien nos ha garantizado la victoria.

    Por qué no debes desanimarte en los días de pruebas

    En los días de pruebas es normal sentirnos tribulados porque somos humanos y es normal que puedas sentirte derrotado, abatido, triste y desolado. Pero El Señor nunca desampara a sus hijos y en su palabra podemos encontrar palabras de aliento:

    “Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos” (2 Corintios 4: 7-9)

    Así que las Sagradas Escrituras nos revelan las promesas de nuestro Dios cuando estamos atribulados, ya que nos dan ánimo y fortaleza y además incrementan nuestra fe porque creemos en un Dios vivo que está obrando.

    La Palabra del Señor es como ese bálsamo al corazón, es la fuente de agua viva que necesitamos para calmar nuestra sed de justicia y reconfortarnos en su presencia. Es la vitamina a nuestro cuerpo débil, es el alimento que nos activa, nos levanta y enciende el fuego del Espíritu Santo. Es lumbrera a nuestros caminos, es la paz en medio de la tormenta.

    Puedes leer: Oración de tranquilidad y esperanza según la biblia

    1. Romina dice:

      Me he quedado prenia y no es de mi pareja..no se k ase?.r

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