Significado de la frase "Dios me hará justicia" según la biblia
Cuando afirmamos “Dios me hará justicia” hacemos referencia a una de las particularidades más destacadas dentro de las Sagradas Escrituras, ya que nos habla de las virtudes que tenemos por ser creyentes, donde somos resguardados por nuestro Padre Celestial, quien pelea por nosotros y nos defiende del mal.
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En este sentido al hablar de la justicia de nuestro Dios estamos hablando de la rectitud, ya que él es firme en sus preceptos. En este sentido nosotros como creyentes debemos confiar plenamente en él y saber en nuestro corazón que él se encarga de nosotros y que lleva nuestras cargas.
Así que cuando decimos “Dios me hará justicia” es porque entendemos que él es fiel a sus hijos y que no debemos afanarnos por aquellos que pretenden hacernos daño, ya que tenemos de nuestro lado a nuestro defensor, que es el Padre de la justicia y rectitud, sin dejar de lado su bondad e infinita misericordia.
En este sentido Dios siempre hará lo que sea correcto, sin mostrarse parcial ni tener prejuicios. Así que los términos “justo y recto” son iguales tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Tal como se puede apreciar en la palabra:
“Y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo” (Nehemías 9:8)
Significado de la frase “Dios me hará justicia”
Para entender a qué nos referimos cuando afirmamos que Dios nos hará justicia, debemos comprender que ésta se refiere a la expresión natural del Todopoderoso, quien es Santo, bondadoso, recto y lleno de amor y misericordia. Cuando comprendo esto puede entender que él hará aquello que sea correcto y que esté dentro de su perfecta voluntad.
De igual forma debemos tener claro que él es soberano, y no hará las cosas siempre a nuestra conveniencia. En muchos casos lo que a nosotros nos parece justo, para Dios no lo es, y esto va a depender de nuestra comunión con él y la fe que tengamos en sus propósitos para nuestra vida. Tal como lo revela la palabra:
“Dios es el soberano en toda su creación, es el Omnipotente, el que tiene toda potestad en los cielos y en la tierra, de modo que nadie puede impedir sus propósitos, frustrar sus designios, ni resistir su voluntad, el levanta y derriba reinos” (Daniel 2:21).
En este sentido como Dios es soberano, justo y puro, él sin duda alguna, se va a oponer a todo pecado y va a moldearnos a su imagen y semejanza. Por lo cual nos hará pasar por pruebas difíciles que debemos afrontar como verdaderos hijos de Dios, ya que tenemos como respaldo su presencia en nuestra vida a través de la oración.
De qué manera Dios muestra su justicia
La justicia de Dios se puede apreciar en la palabra en cuanto a su relación con la nación de Israel: “Entonces Samuel dijo al pueblo: Jehová que designó a Moisés y a Aarón, y sacó a vuestros padres de la tierra de Egipto, es testigo. Ahora, pues, aguardad, y contenderé con vosotros delante de Jehová acerca de todos los hechos de salvación que Jehová ha hecho con vosotros y con vuestros padres” (1 Samuel 12:6-7).
De esta manera la justicia y rectitud de Dios se hizo presente en el pueblo de Egipto, al sacarlos de la esclavitud, y esta justicia la podemos ver manifiesta de diferentes maneras en la palabra:
1.- Dios muestra su justicia mediante su voluntad
La voluntad de Dios es perfecta y no añade tristeza alguna. Nuestro Dios tiene un propósito con cada uno de nosotros, donde muestra su rectitud y amor en todo momento, tal como lo hizo con la nación de Israel: “Ciertamente pueblo sabio y entendido, nación grande es esta. Porque, ¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está Jehová nuestro Dios en todo cuanto le pedimos? Y ¿qué nación grande hay que tenga estatutos y juicios justos como es toda esta ley que yo pongo hoy delante de vosotros?” (Deuteronomio 4:6-8)
Dios basa sus relaciones con los hombres de acuerdo a aquello que él ha revelado y les ha hecho saber antes que el suceso se presente para que sepan que él ha cumplido sus promesas: “Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí” (Isaías 45:21).
2.- La justicia de Dios mediante la instrucción
Por otra parte Dios muestra su justicia cuando instruye a los hombres en su palabra: “Bueno y recto es Jehová; por tanto, él enseñará a los pecadores del camino” (Salmo 25:8). Generalmente esta instrucción se realiza mediante los sacerdotes levitas, en los libros de la biblia: Levítico; Deuteronomio; Nehemías; 2 Crónicas, o a través de los profetas como Moisés y Abraham.
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3.- Dios revela su justicia al cumplir sus promesas
Dios es fiel y justo y cumple aquello que ha prometido: “Y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia; y cumpliste tu palabra, porque eres justo” (Nehemías 9-8)
4.- La justicia de Dios se manifiesta al juzgar a los enemigos
Como cristianos debemos entender que andar en los caminos del Señor no resulta fácil, ya que es el camino angosto, lleno de adversidades y dificultades, las cuales debemos atravesar para lograr el propósito que Dios tiene para nosotros.
Por esta razón debemos dejarle todas las cargas a él y demostrar nuestra fidelidad en cada momento, tanto en la alegría como en la tristeza, ya que él se encargará de nuestros enemigos y hará justicia conforme a su voluntad perfecta. La palabra nos muestra diferentes versículos en los que Dios reprende a los adversarios de sus hijos:
“Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos” (Éxodo 9:27).
“Delante de Jehová que vino; porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad” (Salmo 96:13).
Por otro lado, Dios no solamente castiga y reprende a los enemigos, también lo hace con sus hijos y los exhorta cuando se están desviando del camino correcto. En la palabra podemos notar cómo Dios reprende a la nación de Israel por sus pecados y desobediencia:
“Oh Jehová Dios de Israel, tú eres justo, puesto que hemos quedado un remanente que ha escapado, como en este día. Henos aquí delante de ti en nuestros delitos; porque no es posible estar en tu presencia a causa de esto” (Esdras 9:15).
“Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. Oh Jehová nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos” (Daniel 9:7-8).
5.- Dios manifiesta su justicia cuando gobierna
Dios es nuestro primer gobernante y por lo tanto debemos obedecerle en todo momento, reconocer su majestad y mostrarnos rectos y justos ante él y ante los demás. Esto lo debemos aplicar en nuestra vida y priorizarlo a él como nuestro Señor de Señores, tal como se puede apreciar en los siguientes:
“Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; cetro de justicia es el cetro de tu reino” (Salmo 45:6).
“Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; misericordia y verdad van delante de tu rostro” (Salmo 89:14; ver también Salmo 97:2).
6.- Dios revela su justicia cuando salva a los pecadores
Una de las manifestaciones más importantes de la justicia de Dios fue cuando Dios mandó a su Hijo Unigénito a este mundo para que diera su vida por cada uno de nosotros, para así ser justificados delante de Dios y alcanzar la salvación.
De esta manera la Cruz del Calvario, significó una salvación justa para todos aquellos que la recibieron. Pero además sabemos que sólo aquellos que han sido elegidos por Dios se arrepentirán y creerán fielmente en la muerte de Jesucristo por ellos.
Así que el arrepentimiento es la única manera de poder acceder al reino de los cielos y ser limpios de todo pecado, ya que para poder entrar en la presencia de Dios debemos tener vestiduras limpias y sin mancha.
Al respecto la palabra de Dios nos dice: “Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2ª Corintios 5:20-21).
De esta manera la gracia divina mediante la cual Dios salva a los hombres de sus pecados, no se logra por el éxito o méritos de los hombres, sino que se da a pesar de los pecados del hombre, ya que ésta es concedida soberanamente sin merecerla.
Puesto que Dios es libre y soberano para brindar las bendiciones no merecidas a cualquier pecador. Él puede escoger y no se considera injusto si salva a algunos y otros no, ya que él escudriña el corazón.
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En este sentido, las buenas nuevas del evangelio, es que la a través de la gracia recibimos la salvación, la cual es ofrecida a todos los hombres, y mediante la justicia de Jesucristo, los hombres pueden ser perdonados de sus pecados y ser considerados justos y limpios de pecados.
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