Jesucristo es el camino la verdad y la vida. Reflexión
La frase Jesucristo es el camino la verdad y la vida se puede ver reflejado en la biblia en el libro de Juan 14:6 y ahí nos muestra el camino que debemos seguir, ya que él es la vida misma, la vida eterna. Esto nos enseña que Jesús no solamente era una maestro espiritual, también era un profeta de gran relevancia, diciendo las buenas nuevas para su pueblo.
Jesucristo es el camino la verdad y la vida. Reflexión
A esta frase, Jesús añade que “Nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14: 6). Aquí nos insinúa que él no es uno de los muchos caminos a Dios, sino que es el único camino que nos conduce a él. Así que Jesús, el Hijo de Dios, ha sido enviado a este mundo para librarnos de todos nuestros pecados y de nuestra naturaleza pecadora.
Esto se puede apreciar en su palabra: “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16). Entonces Jesucristo representa nuestra entrada al reino de los cielos.
En este sentido no podemos confiar en nuestros propios caminos ni en otro mediador, ya que Jesucristo representa la vida eterna, y es la motivación suprema en este mundo lleno de oscuridad. Así que solo Jesús debe ser el propósito principal de nuestra vida.
Esto se puede apreciar en su palabra: “Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda la creación. Porque por él fueron creadas todas las cosas.” (Colosenses 1: 15) Cristo constituye el Dios hecho hombre y es un instrumento de salvación.
¿Cómo puede ser Jesús nuestro único camino?
En el principio, una vez que Adán y Eva desobedecieron a Dios, él comenzó a trabajar en el plan para darnos el perdón, ya que el Señor no quiso que estuviéramos separados de él y por eso mandó a su Hijo para que muriera en la cruz como el perfecto sacrificio, y así poder estar con él por la eternidad.
Por esta razón, Jesús pudo proclamarse como el único camino para poder llegar a Dios. Además Jesucristo es el camino la verdad y la vida, y es el único mediador entre Dios y los hombres, ya que a través de su muerte y resurrección nos perdonó y nos justifica delante de Dios.
¿Cuáles fueron las enseñanzas de Jesucristo al decir que era el camino, la verdad y la vida?
Jesús se encontraba con sus discípulos en la última cena, y ahí les explicaba que su fin estaba cerca y que debía regresar al Padre, por esta razón ya no estaría ahí con ellos a nivel físico. Ellos se sintieron sorprendidos y tristes, ya que habían estado con él durante tres años, y ahora debían despedirse de él. Cuando Jesucristo dice que es el camino, la verdad y la vida, nos deja las siguientes enseñanzas:
1.- No debemos angustiarnos
Jesucristo nos dice que no debemos angustiarnos y que debemos confiar plenamente en él, ya que la separación física sería algo temporal, y que después ellos irían también al hogar del Padre, y le resalta el hecho de que ya ellos conocían el camino al Padre.
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Lo primero que Jesucristo nos dice es “Yo soy el camino”. Pero podríamos preguntarnos ¿Hacia dónde? En verdad no es tan difícil de entender, ya que un hijo sabe dónde habita su padre. Jesús estaba en el mundo, pero anteriormente había estado junto a su Padre en el hogar celestial y por eso sabía cómo retornar allá.
Así que él es el camino porque nos puede conducir hasta nuestro Padre mediante su muerte y resurrección. Sin embargo, Jesucristo es más que eso, así que él quería animar a sus discípulos para que cambiaran el enfoque de lo temporal a lo eterno.
Pero nosotros tenemos ese mismo reto, de adentrarnos al mundo espiritual y dejar lo carnal atrás, ya que nuestra vida en la tierra es temporal. Pero podemos alcanzar la vida eterna en la casa de Dios y debemos tomar la decisión mientras estamos vivos en caso de que queramos realmente pasar la eternidad con nuestro Padre o no.
2.- Jesús es la provisión de Dios
Otra de las enseñanzas de Jesús para nuestra vida es que Dios es nuestra provisión y nuestro sustento. Solo necesitamos entregarnos a él y confiar que él nos guiará al Padre para la vida eterna. No debemos temer y debemos estar dispuestos a dejar morir el pecado en nosotros y nacer de nuevo.
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De esta manera, Jesús tuvo la disposición de morir por nuestros pecados, tal como lo dice su palabra: “El Padre y yo somos uno” (Juan 10:30). Así que nosotros necesitamos de Jesús, ya que por nuestra propia cuenta nunca seríamos capaces de alcanzar la salvación y la vida eterna. Dios mismo nos abrió el camino mediante Jesús.
3.- Jesús nos libera
En Jesucristo alcanzamos la liberación de la esclavitud del pecado, en él está la verdad revelada de la eternidad. Cuando leemos los evangelios percibimos el amor tan grande de Dios para la humanidad, y su interés por nuestro bienestar físico como nuestra salud y además nuestro bienestar espiritual.
El ministerio de Jesucristo tenía como propósito principal buscar a los pecadores para que pudieran librarse de la iniquidad, sanar a los enfermos, consolar a los que están atribulados, liberar endemoniados y resucitar muertos. Lo cual demuestra la verdad del corazón de Dios y su eterno amor por nosotros.
Ese amor que Dios siente por cada uno de nosotros debe llenarnos de gozo y de gratitud, y eso nos libera de la opresión del pecado, para así vivir la vida que Dios quiere para nosotros.
Sin embargo necesitamos diariamente la ayuda del Señor, quien nunca nos dejará solos, pero debemos buscarlo y mantener una relación con él mediante la oración y lectura de la palabra.
y presencia en medio de cualquier situación.
4.- Jesús es la vida
Como se ha expuesto anteriormente Jesucristo es el camino la verdad y la vida, y ésta se refiere a la vida eterna, en la cual estaremos en el reino de los cielos por siempre.
Así que en Jesús hallamos la vida verdadera que tiene propósitos en este mundo, en nuestro diario vivir y en la eternidad cuando estemos en la presencia de Dios. Sin embargo, el enemigo que es Satanás tratará de quitarnos nuestra paz y traer malestar a nuestra vida.
Nos colocará obstáculos en el camino, ya que él no quiere que ningún alma se entregue a Dios. Además nos puede desalentar y separarnos de Dios, y cuando pecamos le estamos abriendo las puertas al diablo para que participe en nuestra vida.
Lo cual puede hacernos perder la vida eterna si nos desviamos del camino que es Cristo. Esto se puede apreciar en su palabra: “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10)
En este sentido, Jesús con su vida nos enseñó la manera en la que debemos vivir, las prioridades que debemos tener y cómo debemos actuar ante determinadas circunstancias, y con su muerte y su resurrección nos mostró la forma en la cual pudo vencer el poder de la muerte.
Gracias a Cristo tenemos acceso a la vida que Dios había deseado para cada uno de nosotros desde el inicio, en la cual quería que tuviéramos una vida en amistad con Dios, donde disfrutáramos cada día de su presencia y amor eterno en nuestra vida.
De esta manera ser Hijos de Dios es un privilegio, ya que hemos sido escogidos para alcanzar la vida eterna. Lo cual resulta ser una gran bendición pero también es un reto, ya que existirán siempre tropiezos que nos hagan dudar y nos arrastren al pecado.
Cabe destacar que es importante mantener una relación sólida con el Señor, sabiendo que Jesucristo es el camino la verdad y la vida y que es el único mediador que nos llevará a la presencia de Dios por la eternidad.
En este sentido cuando hacemos la oración de fe, y le pedimos a Cristo que sea nuestro Señor y Salvador, estamos abriendo la puerta a esa vida hermosa y abundante que Dios nos quiere otorgar. De esta manera, su Espíritu Santo nos llenará con su fruto y nos alentará para vivir dentro de la voluntad de Dios para nosotros.
Así que en Cristo encontramos la esperanza y depende de nosotros si decidimos vivir diariamente con él hasta la eternidad. Al respecto Dios nos ha dado una palabra hermosa para animarnos a seguir su senda de justicia, y a sobrellevar las adversidades de la vida, ya que siempre existirá la tormenta, pero la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento:
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; ¿cómo, pues, podemos saber el camino? Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:1-6).
¿Cuál es el contexto en el que Jesucristo dice que es el camino, la verdad y la vida?
Este hermoso versículo de la biblia resume el plan divino de Cristo en la tierra, ya que él vino para darnos vida y vida en abundancia, una vida plena donde el gozo del Señor nos hace caminar en valles de justicia, sobrepasando las tormentas de la vida y como guerreros obteniendo victorias y dando testimonio de las maravillas de Cristo.
En esta frase “Jesucristo es el camino la verdad y la vida” el maestro Jesús comienza dándole ánimos a sus discípulos, ya que él sabía lo que iba a venir y sabía que ellos sufrirían por su nombre: “Los discípulos por su parte, no entendían lo que estaba sucediendo, por lo tanto, se encontraban en una situación de confusión y tristeza al no poder entender como después de caminar durante tres años con su maestro, ahora les decía que se iba, pero que luego volvería” (Jn 14:3).
Esta situación puso a sus discípulos en incertidumbre y les causó temor esa noticia, ya que ellos no podían creer que su maestro y amigo espiritual los dejaría solos. Pero Nuestro Señor Jesucristo les dijo: “Ya ustedes conocen el Camino” (Jn 14:4).
A lo cual el escéptico de Tomás le preguntó: “¿Cómo, pues, podemos saber el Camino?” (Jn 14:5). Así que quedó plasmado en las sagradas Escrituras, la gran respuesta que le dio Nuestro Señor Jesucristo y quizás resulta ser uno de los pasajes más relevantes que tiene la Biblia al decir: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:1-6).
En este sentido, esta frase es uno de los pilares principales de la verdadera doctrina cristiana, en la cual se revela además las falsas religiones y las sectas engañosas, y donde se invalidan todos los argumentos vanos, quedando en evidencia que solo Jesucristo es el mediador entre Dios y los hombres, es el único que salva, sana, restaura, libera y que es el único acceso a la vida eterna junto a nuestro Padre Celestial.
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