La fe bíblica y nuestra relación con Dios

La fe bíblica parte del pasaje que podemos encontrar en las Sagradas Escrituras en el libro de Hebreos 11:1 “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” . De este modo la fe se refiere a la confianza que le tenemos a Dios, aunque no lo podamos ver o tocar, lo creemos porque nuestra fe es sobrenatural.

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    La fe bíblica – Qué significa

    La fe bíblica es aquella que Dios nos muestra en las Sagradas Escrituras y es la única verdadera porque es sin condiciones y se presenta de forma sobrenatural en tu vida. Existen cosas que percibimos gracias a los sentidos de la vista, del oído, del tacto, entre otras, y  tenemos conocimientos de éstos porque se manifiestan.

    Pero aún cuando las cosas no se manifiesten, la creemos porque tenemos la convicción de que en su tiempo se van a presentar para la gloria y honra del Señor. Esto se debe a que las cosas que percibimos no son actos de fe sino de conocimiento, es decir, creemos en ello porque lo podemos notar.

    La fe bíblica es aquella que Dios nos ofrece porque es por fe que veremos la gloria del Señor y por esta fe las cosas imposibles, se hacen posibles.  Así que la fe cristiana constituye la vida de todo creyente porque nos dejamos dirigir por algo que aunque no vemos, sentimos y creemos porque Dios nos llena de su Santo Espíritu para percibir aquellas cosas que no son visibles a los ojos humanos.

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    Según la biblia: La “Fe es la expectativa segura de las cosas que se esperan, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplen” (Hebreos 11:1).

    De esta manera que para estar seguro de que lo que uno espera se realizará, se requieren razones contundentes que lo garanticen. En el idioma original, la expresión se traduce “expectativa segura” que significa sentimiento interno o una mera ilusión.

    Así que la fe encierra la confianza basada en pruebas. Esto lo podemos ver en la palabra de Dios: “Porque las cualidades invisibles de él se ven claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se perciben por las cosas hechas, hasta su poder sempiterno y Divinidad” (Romanos 1:20).

    De esta manera que las cosas fueron hechas de lo que no se veía y la prueba la podemos ver a nuestro alrededor, en todo lo que vemos, tocamos y percibimos en estos momentos. Esa es la prueba contundente de que Dios existe y puede hacer las cosas imposibles, posibles.

    Importancia de la fe bíblica

    La importancia de la fe bíblica se basa en el principio que se fundamenta en la biblia: “Sin fe es imposible serle de buen agrado, porque el que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que llega a ser remunerador de los que le buscan solícitamente” (Hebreos 11:6).

    De esta manera, la fe es aquello que no puede faltar en la vida de un cristiano porque precisamente sus creencias se basa en ésta. Dios siente agrado de aquellas personas que se dejan guiar por el Espíritu Santo sin cuestionar las cosas porque está fundamentado en la roca que es Cristo.

    Así que Dios quiere que todos los que lo adoran y le rinden pleitesía estén convencidos de que él existe y de que los ama. Por este motivo, la Biblia resalta la importancia de esforzarse por buscarlo, para llegar a conocerlo bien, y para hacerlo se deben escudriñar las escrituras: “Acérquense a Dios, y él se acercará a ustedes” (Santiago 4:8).

    ¿Cómo se obtiene la fe?

    Si queremos obtener la fe, debemos escuchar atentamente la palabra de Dios, ya que la fe entra por el oír los testimonios de la grandeza del Señor: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17)

    En este sentido, así que el primer paso para edificar nuestra fe en Dios es “oír” lo que la Biblia dice sobre él y su propósito en cada uno de sus hijos. Cuando se escucha atentamente la palabra, los ojos espirituales comienzan a abrirse.

    En este sentido, la fe debe estar centrada en pruebas que usted haya observado, al mismo tiempo que se asegura de que lo que lee en la Biblia es veraz.

    Si así lo hace, seguirá el ejemplo de personas que estudiaron la Biblia en el primer siglo, quienes “recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, y examinaban con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así” (Hechos 17:11).

    La doctrina de la fe

    El término “fe” puede aplicarse de forma general. Un ejemplo se pudiera ver en los siguientes versículos:

    “Porque por fe andamos” (2 Corintios 5:7).

    “Que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3).

    La fe puede además aplicarse a la verdad manifestada por el Señor. Sin embargo, la fe pudiera ser el resultado de nuestra confianza en los hombres o en las cosas. Por esta razón, hay una fe natural y una fe bíblica. La fe natural es la confianza que las personas tienen unos en otros.

    Pero cuando se habla de la doctrina de la fe hacemos referencia a algo distinto de la fe natural. La persona que solo se sostiene por la fe natural está limitado, debido a su limitado conocimiento.

    Este tipo de fe natural no se enfoca en lo que la creación y eternidad dictamina. Sin embargo, la humanidad tiene acceso a la fe bíblica que va más allá de lo natural, donde se cree en aquello que nadie puede ver porque esta fe es divina y sobrenatural.

    La fe bíblica nos revela que Jesucristo es el Hijo de Dios, quien nació de una virgen, nos dio un evangelio infalible, padeció y murió por nuestros pecados y resucitó de forma gloriosa. De este modo encontramos dos tipos de fe, aquella que es muerta y la que es viva:

    • La fe “muerta”: este tipo de fe hace alusión a lo que se señala en el libro de Santiago 2.14–26: “la fe sin obras es muerta”. Es decir que la falta de obras muestra que la fe no es legítima. De esta forma nadie puede pensar que la fe sin obediencia es suficiente.
    • La fe viva: Es la fe viva es “la fe que obra” (Gálatas 5:6). Este es el tipo de fe que atrae al alma y estimula a la persona a actuar.

    En este sentido, la fe es esencial para la salvación: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16.31). Este versículo nos señala que la única forma posible para llegar a la gracia salvadora del Señor es mediante la fe viva. Así pues que si no hay fe, no hay salvación.

    ¿Cómo viene la fe?

    Como cristianos debemos incrementar nuestra fe en el Señor para agradarle y hacer su voluntad, ya que sin fe es imposible agradarle, es imposible ser consistente en los caminos de Cristo. Por lo cual es importante saber la manera en la que se muestra la fe:

    1.- La fe se manifiesta por el oír la palabra del Señor

    Tal como se mencionó anteriormente la fe se manifiesta tras escuchar la palabra del Señor: “La fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10.17). En este sentido, el plan de Dios es que las personas lleguen al conocimiento de la verdad mediante la predicación de la palabra.

    La fe bíblica
    La fe bíblica

    2.- Por la oración

    La oración es una herramienta poderosa que todo creyente debe usar para mantener la comunión con Dios e incrementar su fe. En la biblia se nos habla acerca de Cornelio, quien le trajo el mensajero que lo guió a él y a su casa a la fe viva.  Tal como se aprecia en la biblia:

    “Entonces Cornelio dijo: Hace cuatro días que a esta hora yo estaba en ayunas; y a la hora novena, mientras oraba en mi casa, vi que se puso delante de mí un varón con vestido resplandeciente, y dijo: Cornelio, tu oración ha sido oída, y tus limosnas han sido recordadas delante de Dios” (Hechos 10:30-31)

    3.- Por el Espíritu Santo

    La misión principal del Espíritu Santo es guiarnos a toda verdad que es Cristo para testificar las buenas nuevas del evangelio:  “Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”  (Juan 14.26).

    A través del Espíritu Santo, los hijos de Dios son llevados a la fe plena y mediante el poder supremo, los pecadores son conmovidos a creer en la predicación de la palabra del Señor.

    Puedes leer: El fuego encendido del Espíritu Santo

    4.- Por el ejemplo de otros

    La fe viene a nosotros de igual forma a través del testimonio de otras personas, quienes han conocido el poder de Dios en sus vidas. Por esta razón se nos exhorta de la siguiente manera:

    “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza” (1 Timoteo 4:12)

    Así que en la medida en que la fe se fortalece mediante el testimonio de otros, nuestro propio testimonio servirá de ejemplo y fortalecerá la fe de muchos.

    ¿Qué hace el Señor cuando tenemos fe?

    La fe en Jesucristo representa la llave que abre la puerta a todas las bendiciones de la vida libertada: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16.16).

    Cristo abre puertas que nadie puede cerrar, pero también cierra puertas que nadie puede abrir, así que nuestra fe es lo que va a determinar la entrada al reino de los cielos y nos garantiza estar y vivir bajo la cobertura del Espíritu Santo.

    De esta manera que cuando tenemos la fe que sobrepasa todo entendimiento, que mueve los montes a la mar, capaz de traspasar los muros entonces Dios hará lo siguiente:

    1.- Salvar nuestra alma

    Esto se puede apreciar en la siguiente cita bíblica donde a través de Jesucristo podemos alcanzar la salvación: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16.31).

    2.- Tener un lugar en la familia de Dios

    En la medida en que tenemos fe, en esa misma recibiremos el honor de ser llamados hijos de Dios, tal como lo expresa la palabra: “A todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1.12).

    De igual forma somos hijos de Dios en la medida en que nuestra fe se pone de manifiesto: “Pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3.26).

    3.- Asegurar la justificación

    A través de nuestra fe somos justificados por Cristo, ya que él dio su vida por nosotros en la cruz del Calvario, en la cual venció al enemigo y nos liberó de todo pecado. Esto se puede apreciar en las siguientes citas bíblicas:

     “En él es justificado todo aquel que cree” (Hechos 13.39). “Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe sin las obras de la ley” (Romanos 3.28).

    4.-Traer gozo y paz

    El gozo del Señor es nuestra fuerza como cristianos y es producto de nuestra fe: “Aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso” (1 Pedro 1.8).

    5.- Sanar el cuerpo

    Cuando Jesucristo vino a esta tierra, uno de sus ministerios fue sanar a los enfermos, donde la fe se manifestaba en las personas que lo buscaban con tal fin: “La oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará” (Santiago 5.13–15).

    La voluntad de Dios es perfecta, sin embargo no siempre va a cumplir todo lo que le pedimos porque él es soberano, sin embargo él ve nuestra fe y a través de ella, él actúa en nuestra vida para testificar su grandeza.

    6.- Proveer un escudo para el cristiano

    Nuestro Señor Jesucristo es nuestro escudo y fortaleza y cuando lo creemos estamos manifestando nuestra fe: “Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno” (Efesios 6.16).

    7.- Guiar al cristiano

    Jesucristo es el camino, la verdad y la vida y nadie puede llegar y acercarse a Dios sino es mediante él. Y es por fe que lo seguimos, porque creemos en lo que no vemos pero sentimos, tal como lo afirma la palabra: “Por fe andamos, no por vista” (2 Corintios 5.7).

    Cuando estamos en este mundo por aquello que vemos, estamos limitados a hacer lo que hacen todos. Pero cuando vivimos en la fe de Cristo, todo es posible y caminamos confiados en que él nos guía.

    8.- Santifica al cristiano

    Cristo nos santifica mediante su Gracia y poder. Mediante el arrepentimiento genuino somos lavados, limpiados, perdonados y santificados:  “Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados” (Hechos 26.18).

    9.- Unirnos con Dios

    La fe nos une más a Dios porque creemos en su palabra, en su poder y majestad, porque creemos que mediante su Hijo Jesucristo somos salvos, y esa unión es eterna: “En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa” (Efesios 1.13).

    10.- Darnos su poder

    Cuando creemos en Dios mediante nuestra fe, obtendremos el poder para la gloria y honra de su nombre, haciendo cosas aún mayores que las que él hizo: “Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, y se pasará; y nada os será imposible” (Mateo 17.20).

    De esta manera, la fe nos une con los propósitos y el poder del Señor. Las montañas de los problemas, conflictos y contiendas, quedan vencidos en el nombre de Jesucristo mediante nuestra fe.

    De igual forma este poder que Dios nos otorga mediante nuestra fe es con la finalidad de vencer al enemigo: “Esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe” (1 Juan 5.4).

    En este sentido nuestra fe está sustentada en la palabra de Dios, en la cual se nos muestra el poder que tiene nuestro Padre para glorificar su nombre y honrar a sus hijos aquí en la tierra. La fe bíblica queda manifiesta en el testimonio de cada cristiano, el cual muestra que el poder de Dios está más vivo que nunca.

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