Mejor es la obediencia que los sacrificios. Qué nos enseña la historia de Saúl sobre esto

Mejor es la obediencia que los sacrificios porque cuando somos obedientes estamos haciendo la voluntad del Señor y respetando los mandamientos que él nos dio para llevar una vida en orden y firme en sus preceptos, ya que Jesucristo ya llevó a cabo el sacrificio perfecto.

Solo debemos seguir la palabra de Dios y pedirle discernimiento para siempre hacer lo correcto delante de él. De esta manera seguiremos obteniendo las bendiciones que él tiene para cada uno de sus Hijos aquí en la tierra.

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De esta manera nosotros debemos cumplir los designios de Nuestro Padre para que su plan sea concretado en cada uno de nosotros y podamos hallar la salvación y entrar en el reino de los cielos. Esto lo dice la palabra:

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22)

A través de la historia del rey Saúl podemos aprender lo mucho que a Dios le agrada la obediencia a sus sagradas escrituras, más que los sacrificios que se puedan hacer en su nombre.

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    Mejor es la obediencia que los sacrificios. Qué nos enseña la historia de Saúl sobre esto

    La biblia nos enseña que a Dios le agrada más la obediencia que los sacrificios que se puedan hacer en su nombre. Mediante el profeta Samuel, Dios habló a Saúl y le dio mandatos específicos para que hiriera al pueblo de Amalec, y destruyera todo lo que tenía y que no dejara con vida a nadie. Saúl era el primer rey de Israel, y a pesar de que había sido escogido por Dios, gracias a su desobediencia lo perdió todo.

    Esto lo podemos observar en el libro de  1 Samuel 15:3: “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos”

    En este sentido, la voluntad de Dios era castigar a Amalec de generación en generación debido al haber estado en contra del pueblo de Israel y el Señor. Ante este mandato, Saúl obedeció, pero no lo hizo en su totalidad, ya que sintió misericordia por Agag, rey de Amalec, y además dejó que el pueblo agarrara el mejor ganado.

    Dios sintió rechazo por esta desobediencia de parte de Saúl y por eso lo desechó y le quitó el reinado porque él se había sobrepasado al mandato de Dios en diferentes ocasiones. quitarlo del reinado porque Saúl a parte de desobediente, se había sobrepasado a la autoridad y orden de Dios en varias ocasiones, tal como lo hizo cuando le ofreció holocausto y sacrificio a Dios sin ser sacerdote y sin haber sido obediente a las órdenes del Señor.

    Mejor es la obediencia que los sacrificios
    Mejor es la obediencia que los sacrificios

    Ante esto Samuel exhorta a Saúl diciéndole que la obediencia es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que carneros gordos. Le recordó que la rebelión era un pecado semejante a la adivinación, y que la desobediencia no era del agrado de Dios, de la misma manera que la idolatría. Por esta razón sería destituido de su reinado.

    Luego de escuchar con atención las palabras de Samuel, reconoció que pecó contra Dios por temor al pueblo y por querer agradar a los demás, menospreciando el mandato de Dios.

    Pero Saúl a pesar de pedir misericordia, ya Dios había tomado su decisión ante la falta que cometió éste en contra de su mandato y su autoridad. Así que de esta forma Saúl perdió el reinado y el Espíritu Santo para siempre.

    La historia de Saúl nos recuerda que debemos en todo momento seguir el mandato de Dios, y esto se refiere a su palabra. Pero si el Espíritu Santo se comunica contigo mediante profecías, debes estar atento a hacer siempre la voluntad de Jehová.

    No tiene ninguna validez el hacer sacrificios, si no obedeces a Dios y su palabra,  porque es mejor la obediencia a Dios que hacer sacrificios y ofrendar.

    Qué errores cometió Saúl y qué lecciones nos enseña su historia

    Saúl era un hombre con muchas virtudes, era fuerte y apto para la batalla, servía al Señor y por eso fue escogido para gobernar a Israel. Pero cometió muchos errores que lo llevaron a perder su reinado y la gracia de Dios.

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    De esta manera, la desobediencia lo llevó a perder su poder y el resguardo del Altísimo para siempre. Así que la obediencia siempre será la clave para alcanzar la aprobación del Señor, más que hacer cualquier sacrificio.

    De esta manera que cuando los Hijos de Dios son obedientes y cumplen su voluntad, son bendecidos en gran manera. Pero si sucede lo contrario, Jehová aparta su mirada, tal como le pasó a Saúl, quien cometió los siguientes errores:

    1.- Hacer las ofrendas sin el consentimiento de Dios

    Uno de los errores que cometió Saúl fue hacer sacrificios sin el consentimiento de Dios, ya que Samuel le había dicho que lo esperara en Guilgal, donde se realizarían los sacrificios a su favor.

    Saúl lo espero pero al ver que el profeta no se aparecía y que el ejército comenzaba a dispersarse, comenzó a hacer  las ofrendas por cuenta propia. Luego de esto se apareció  Samuel, y cuando se enteró de lo que había hecho, le dijo que había actuado erróneamente, desobedeciendo a Dios. Esto se puede apreciar en la palabra:

    “Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó” (1 Samuel 10:13-14).

    En este sentido, la falta de fe de Saúl lo había llevado a cometer el gravísimo error de violar la ley del Señor porque en lugar de esperar a Samuel, él se tomó la atribución de hacer la ofrenda sin el consentimiento del Altísimo. Lo cual desagradó en gran manera a Dios.

    Si llevamos esto a nuestra vida diaria, constantemente estamos cometiendo errores, irrespetando la voluntad de Dios. Pero Jesucristo nos respalda y por eso somos perdonados por nuestros pecados y errores.

    La persona que no tiene fe, encuentra mas fácil dejar de lado los preceptos divinos. Tal como lo hizo Saúl, quien pensaba que no había hecho nada malo. Pero para la persona que quiere agradar solo a Dios, el único camino es ser obediente y seguir los mandatos del Señor.

    2.- Saúl perdona la vida del rey

    Después de que Saúl cometió el error de ofrecer el holocausto antes de que llegara Samuel, este rey vuelve a cometer un error delante de la presencia de Dios. Y esto resulta ser un gravísimo error que le quitaría todo lo que había logrado hasta ahora. Y la oportunidad de ser bendecido por Dios.

    Estando en una campaña en contra del rey Amaleq, Saúl se equivoca de nuevo, desobedeciendo a Dios, quien ya había condenado a aquella nación por haber atacado sin ninguna razón a los israelitas durante su éxodo de Egipto.

    Sin embargo, Saúl en vez de obedecer la orden de Dios, le perdonó la vida al rey y dejó los animales más gordos. Lo peor fue tratar de inculpar a otros diciendo que el pueblo sintió compasión por el rebaño, ya que podría ofrecerse como sacrificio ante Dios.

    El asunto no es que Saúl tuviera la intención de ofrecer sacrificios a Dios, sino el hecho que resalta es la desobediencia, ya que Jehová había sido claro en lo que le había mandado. Pero Saúl había perdido la humildad y de esta forma ofendió a Dios con su actitud. Pero esto Saúl lo veía como algo menor y le restaba importancia.

    Por esta razón Jehová le retiró su bendición y apartó su Espíritu, así que un espíritu malo se apoderó de él y comenzaron a invadirlo pensamientos de envidia hacia David, a quien Dios le otorgaría el reino.

    3.- Saúl recurre al espiritismo

    Una vez que Saúl ya no contaba con la presencia de Dios en su vida, volvió a pecar contra Dios al recurrir al espiritismo cuando los filisteos volvieron a atacar, y de esta manera este primer rey de Israel fue desobediente a los mandatos de Dios.

    Sin embargo, la ayuda a la que él recurrió no logró salvarlo de la muerte, ya que al día siguiente fue gravemente herido en combate y optó por suicidarse. Esto se puede apreciar en la palabra:

     “Murió Saúl por su infidelidad con que había obrado infielmente contra Jehová respecto a la palabra de Jehová que no había guardado, y también por preguntar a una médium espiritista para inquirir. Y no inquirió de Jehová” (1 Crónicas. 10:13, 14).

    De esta manera que la historia de Saúl nos muestra la consecuencia de la desobediencia a Dios y la gran importancia que tiene para nuestra vida como sus Hijos, ya que de nada vale ofrecer sacrificios en su nombre si no obedecemos su santa palabra, y hacemos nuestra propia voluntad.

    Saúl nos enseña, de esta forma, un ejemplo de lo que no debemos hacer, ya que obedecer es mejor que ofrecer holocaustos.  Así como lo dice el apóstol Juan: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son gravosos” (1 Juan 5:3).

    En este sentido, no debemos olvidar que para seguir recibiendo las bendiciones de nuestro Dios, debemos ser obedientes y siempre pedir la dirección del Señor, y aunque pensemos que las cosas que hagamos están correctas, debemos recordar la historia de Saúl y pedirle a Dios que nos de discernimiento para comprender sus designios y no fallarle jamás.

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