Más allá de lo que ves - ¿Cuál es tu propósito en la tierra?
Más allá de lo que ves hace alusión al hecho de poder adentrarnos en lo que el Señor nos quiere mostrar que traspase nuestros límites. Tiene que ver además con el propósito que Dios tiene para tu vida conforme a su voluntad que es perfecta.
Tal como lo señala su palabra: “No mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” (2 Corintios 4:18) Ciertamente cada Hijo de Dios tiene una asignación aquí en la tierra y para ello debemos estar dispuestos espiritualmente para así conocer el propósito que Dios tiene para nosotros.
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Más allá de lo que ves – ¿Cuál es tu propósito en la tierra?
El objetivo principal que nuestro Dios nos ha otorgado resulta ser muy grande y va más allá de nuestras limitaciones humanas. Por lo cual debemos acercarnos más y más a Dios para poder comprender sus misterios y conocer su propósito en nuestra vida.
En este sentido, los hijos de Dios, los que le hemos aceptado con todo el corazón, estamos llamados a hacer cosas aún mayores a las que él hizo, tal como se aprecia en la palabra:
“En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores que estas hará, porque yo voy al Padre” (Juan 14:12)
De este modo el reino de Dios no tiene límites y para ellos debemos estar dispuestos a ver más allá de lo que ven nuestros ojos carnales, es decir, debemos ver con ojos espirituales.
Estamos destinados a servir al Señor en esta tierra, a honrar su nombre y proclamar el evangelio a toda criatura, darles el mensaje de salvación y manifestar las maravillas que Dios puede hacer en este mundo para dar a conocer su Poder en todo su esplendor. Al respecto Jesucristo les habla a sus discípulos de la siguiente manera:
“Pero quiero que sepan que el Espíritu Santo vendrá sobre ustedes, y que recibirán poder para hablar de mí en Jerusalén, en todo el territorio de Judea y de Samaria, y hasta en los lugares más lejanos del mundo” (Hechos 1:8)
¿Qué debes hacer para ir más allá de lo que ves?
Todo hijo de Dios está asignado para un propósito determinado que él nos ha dado para llevar a cabo su obra aquí en la tierra. Para ello es fundamental dejarse dirigir por el Señor y quitar los obstáculos que te impiden ver más allá de lo que ves a simple vista.
Ciertamente los caminos de Cristo son misteriosos pero él te da el discernimiento y sabiduría para comprenderlos. Así que se debe estar dispuesto a hacer lo siguiente:
1.- No temer a las limitaciones y a lo desconocido
La palabra nos demanda a no tener temor de aquello que no conocemos, porque si tenemos como guía al Espíritu santo, debemos estar confiados y estar dispuestos a ir más allá, a traspasar los límites terrenales:
“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: !!Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: !!Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?” (Mateo 14:28-31)
En esta cita Jesús llamó a Pedro a caminar sobre las aguas, pero él tuvo miedo y se hundió. Esta maravillosa palabra nos invita a dejar el miedo atrás y confiar en nuestro Señor porque él es quien nos sostiene en medio de la tormenta y nos muestra que él hace posible aquello que es imposible para el ser humano.
Por otro lado, otra de las cosas que nos limita a alcanzar el propósito que Dios tiene para cada uno de nosotros, es saber aquellas cosas que nos impiden cerrar ciclos en esta vida.
Al respecto la biblia nos habla acerca de la mujer de Lot, quien por mirar atrás se convirtió en sal, ya que anhelaba aquello que estaba dejando en su antigua vida. Su corazón estaba aún anclado en lo terrenal porque no veía más allá de sus ojos terrenales.
Esto se puede apreciar en el siguiente pasaje: “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal” (Génesis 19:26)
En esta cita se nos muestran las consecuencias de lo que implica tener nuestra vista en nuestra vida pasada, en lo viejo, en el pasado, en lo terrenal. Por ello como creyentes debemos estar dispuestos a mirar hacia adelante, observando más allá de nuestros límites, lo que nos ofrece el Señor.
2.- Estar dispuestos a salir de nuestro entorno, de nuestra comodidad
Otro de los aspectos que debemos considerar si queremos mirar más allá de lo que observamos, es considerar la posibilidad de salir de nuestro entorno. Estar dispuestos a seguir el plan que Dios ha trazado para cada uno de nosotros.
En la biblia podemos encontrar diferentes ejemplos en los que los personajes tuvieron que dejar todo para seguir el plan de Dios, tal como Moisés, Abraham, Jonás, quienes tuvieron que dejarse guiar por el Señor para lograr el plan que tenía trazado según el propósito perfecto de Dios.
3.- Dejar atrás el pasado y recibir el presente
Una de las cosas que más les cuesta a las personas hacer, es dejar atrás el pasado porque están anclado a esos sentimientos que experimentaron y que marcaron su vida para bien o para mal.
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Pero cuando aceptamos y recibimos al Señor, debemos dejar morir al viejo hombre y nacer de nuevo, ya que Dios nos ofrece mediante Jesucristo una vida nueva, en la cual somos purificados con la sangre preciosa del cordero, quien fue inmolado por cada uno de nosotros.
Así que una vez que somos sellados por el Espíritu Santo, nuestra vida ya no nos pertenece sino que ahora nuestro dueño es Cristo, quien nos justifica, nos levanta, nos sostiene ante cualquier dificultad.
4.- Dejar el temor a la opinión pública
Para ver más allá debes apartar de tu vida el temor a ser criticado porque pocos comprenderán los pasos espirituales que vas dando. Pero como hijo de Dios debes tener la certeza del poder que Él, y debes estar firme sobre la roca que es Cristo.
Por esta razón en el momento en que deja de importante lo que piensan los demás, en ese momento comenzarás a sentirte verdaderamente libre.
Ciertamente siempre que te encuentres por encima, tendrás el peso de la opinión pública, siempre existirás las críticas porque el plan del enemigo es que te desvíes del propósito de Dios.
En la biblia cuando Jesús se acercó a la barca caminando sobre las aguas todos creyeron que era un fantasma porque el agua no posee la composición para sostener el cuerpo de una persona.
Así que nuestra comprensión humana siempre va a estar limitada por nuestra lógica, y todos pueden asegurar que es imposible caminar sobre las aguas.
Pero nuestro Dios es el Señor de lo imposible porque su poder es superior a nuestro entendimiento. Esto lo podemos ver en el siguiente pasaje:
“Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron, y gritaron llenos de miedo: —¡Es un fantasma! Pero Jesús les habló, diciéndoles: —¡Calma! ¡Soy yo: no tengan miedo!” (Mateo 14: 26-27)
5.- Debemos recibir una palabra
Dentro de la biblia podemos encontrar diferentes ejemplos en los que Dios les da visión a diferentes personajes. En el caso de Pedro, éste recibió esa visión en el momento en que se rehusó a comer animales, tal como se muestra en la palabra:
“Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común” (Hechos 10:13-15)
En este sentido, estas palabras de Jesús llenas de sabiduría abrió el entendimiento de Pedro y lo invitó a ir más allá de lo que simplemente veía con sus ojos terrenales. Así que una barrera se quebró en la mente de Pedro, rompiendo de esta manera los límites de su propio entendimiento, traspasando los límites de lo que veían sus ojos terrenales.
Esto se puede observar en diferentes acontecimientos que marcaron la vida de este discípulo, tal como lo expusimos anteriormente. Todo esto fue creando en él su identidad como hijo de Dios.
Por esta razón es importante comprender a profundidad lo que significa ir más allá de lo que vemos, porque no debemos basarnos en nuestras propias fuerzas, ni usar nuestros propios recursos, debemos ir de la mano con Jesucristo y caminar a su ritmo.
Ciertamente no es fácil vivir en este mundo tan lleno de adversidades, tropiezos y tribulaciones, pero si entendemos que nuestro reino no es de este mundo, podremos ver las cosas desde un punto de vista espiritual.
El discípulo de Jesús, Pedro, tuvo que ir aprendiendo del maestro e ir formando su carácter. El Señor lo fue llevando de la mano y mostrándole que existe un mundo espiritual que va más allá de nuestro entendimiento, por eso le mostró cómo caminar sobre el agua, para que supiera el significado real de lo que es tener fe y no dudar.
Por otro lado, también Jesús le mostró a tener fe a pasar de las circunstancias, y se lo mostró en el ámbito donde este pescador estaba, enseñándole el poder de Dios pescando donde no había peces. Esto lo podemos apreciar en el siguiente pasaje:
“—Lleva la barca a la parte honda del lago, y lanza las redes para pescar. Pedro respondió: —Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si tú lo mandas, voy a echar las redes. Hicieron lo que Jesús les dijo, y fueron tantos los pescados que recogieron, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca, para que fueran enseguida a ayudarlos. Eran tantos los pescados que, entre todos, llenaron las dos barcas. Y las barcas estaban a punto de hundirse. Al ver esto, Pedro se arrodilló delante de Jesús y le dijo: —¡Señor, apártate de mí, porque soy un pecador!” (Lucas 5: 4-8)
Lo interesante de esta palabra es que Pedro a pesar de haber dudado del poder de Jesús, reconoció su error y se vio así mismo como un pecador. Es precisamente lo que caracteriza a un verdadero hijo de Dios, porque reconoce sus errores y aprende de ellos.
Si quieres ver más allá y cumplir la voluntad de Dios, debes actuar con humildad y reconocer que el Señor es poderoso y que si él te da una asignación es porque te va a dar las herramientas necesarias para lograr el propósito que Dios ha dispuesto para ti.
5.- Debes poner tu vida a disposición del Padre
Cuando aceptamos y recibimos a Cristo en nuestro corazón como único y verdadero Dios, debemos poner nuestra vida a disposición para poder ser moldeados y probados.
El apóstol Pablo es un ejemplo de ellos, porque a pesar de haber sido en su vieja vida un personaje reconocido, famoso y exitoso, tuvo que atravesar muchas adversidades cuando se hizo cristiano porque perdió su reputación y comenzó una vida llena de sufrimiento.
Este personaje bíblico tuvo que sufrir mucho flagelo, fue golpeado, abandonado por sus amigos, estuvo preso. Pero nunca dejó de alabar a Dios, incluso estando en la cárcel, tal como lo señala la palabra:
“Después de darles muchos golpes, los echaron en la cárcel, y ordenaron al carcelero que los custodiara con la mayor seguridad. Al recibir tal orden, este los metió en el calabozo interior y les sujetó los pies en el cepo. A eso de la medianoche, Pablo y Silas se pusieron a orar y a cantar himnos a Dios, y los otros presos los escuchaban” (Hechos 16:23-25)
En este orden de ideas, el apóstol Pablo no tenía su mirada puesta en lo que estaba aconteciendo, sino que se fijaba en lo estaba delante, porque el Señor le estaba trazando el camino que debía seguir.
Así que el apóstol Pablo es un ejemplo de lo que significa ir más allá de que lo veía, ya que se dejó guiar por Dios y lo glorificó en todo momento. Igualmente Pedro fue más allá de sus propios límites a pesar de sus inseguridades y dudas, ya que comprendió lo que representaba ir más allá de lo que observaba.
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