Oración para comenzar un nuevo día. ¡10 Versículos alentadores!

Una oración para comenzar el día nos reconforta para iniciar con entusiasmo y fe nuestra rutina. Lo cual es muy importante, ya que de esta manera disponemos nuestro corazón y mente para que las cosas se den conforme a la voluntad de nuestro Padre.

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Nuestro Padre es un Dios de segundas oportunidades y nuevos comienzos llenos de esperanza con un espíritu contrito y humillado como él lo demanda. Así que si estás leyendo este mensaje es porque Dios te está hablando y porque Dios tiene un propósito contigo, para que no te sientas vencido aunque las circunstancias te digan lo contrario.

Índice De Contenidos

    Oración para comenzar un nuevo día

    El apóstol Pablo nos enseña que no basta con buscar a Dios solo cuando estamos pasando por situaciones adversas, debemos buscarlo todos los días, ya que es la voluntad de nuestro Padre, tal como lo expresa la palabra: “Oren en todo momento. Den gracias a Dios por todo, porque esto es lo que él quiere de ustedes como creyentes en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:17-18)

    La oración para comenzar un nuevo día, nos llenará de fuerzas para enfrentarnos a las adversidades, confiando en que el Señor no nos defraudará y que el tiempo de Dios es perfecto. Por lo cual debemos esperar en él con fe, sin impacientarnos, y sin dejar que nuestra fe se debilite.

    De esta manera, podremos mantener la comunión con Dios diariamente, evitando que el enemigo se apodere de nuestros pensamientos y nos haga dudar por instantes en el poder que tiene nuestro Padre para ayudarnos en todo momento.

    La oración que podemos hacer al despertarnos, nos las enseña Jesucristo en su palabra, donde nos da las herramientas necesarias para comunicarnos con Dios, alejando lo malo, pidiendo perdón y dándole a él, toda la Gloria:

    “Ustedes deben orar así: Padre nuestro que estás en el cielo: Que todos reconozcan que tú eres el verdadero Dios. Ven y sé nuestro único rey. Que todos los que viven en la tierra te obedezcan, como te obedecen los que están en el cielo. Danos la comida que necesitamos hoy. Perdona el mal que hacemos, así como nosotros perdonamos a los que nos hacen mal. Y cuando vengan las pruebas, no permitas que ellas nos aparten de ti, y líbranos del poder del diablo.” (Mateo 6:9-12)

    De esta manera Jesucristo nos enseña a orar con amor, nos enseña el valor de hablar con Dios para así mantener esa comunión espiritual que nos aleja de las cosas negativas que en algunos momentos nos pueden desviar del camino correcto, del camino que es Cristo Jesús, la luz del mundo.

    4 formas para seguir adelante pese a las dificultades

    Siempre existirán dificultades porque vivimos en el mundo y nuestro reino no pertenece aquí. Sin embargo debemos tener una vida, cumplir un rol determinado como madres, esposas, trabajadoras, entre otros. Así que debemos tener el valor de soportar las adversidades y mantener nuestra fe. Existen 4 maneras para prevalecer y seguir adelante, tales como:

    1.- Aceptar responsabilidad por el fracaso propio

    Como creyentes debemos aceptar que no somos perfectos, que cometemos errores, que también nos podemos equivocar, y eso es parte de nuestro crecimiento personal y espiritual. Al respecto la palabra nos dice lo siguiente:

    En Proverbios 28:13 dice: “El que oculta sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia” (Proverbios 28:13)

    Así que cuando nosotros nos negamos a reconocer con humildad nuestros errores, no aprenderemos y los seguiremos cometiendo. Parte de nuestro proceso de ser moldeados por Cristo es admitir nuestras fallas y ser sinceros con nuestro Señor, ya que él conoce a profundidad nuestra mente y corazón, así que no podemos engañarlo. Al contrario con nuestros actos contristamos al Espíritu Santo porque la mentira no le agrada a Dios, más él no rechaza a un corazón humillado, tal como lo revela la palabra:

    “Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no despreciarás” (Salmos 51:17)

    De esta manera la mejor forma de acercarnos a Dios es a través de la oración sincera, cuando le entregamos nuestro corazón a él junto con todas nuestras cargas. No vale de nada echarle la culpa al sistema, a la sociedad, a la economía, a nuestra familia, ya que el cambio empieza en nosotros mismos para nuestro crecimiento personal y espiritual. Solo debemos buscar el rostro de Cristo.

    2.- Dejar de quejarse, actuar y arrepentirse

    Después de que hemos fracasado, no vale de nada quejarnos y lamentarnos por lo sucedido. Pero el arrepentimiento nos abrirá la puerta hacia la presencia de Dios.

    El término “arrepentimiento” en griego significa cambiar de mentalidad, visualizar las cosas desde otro enfoque,  cambiar de rumbo, cambiar el corazón. No debemos despreciarnos a nosotros mismos, utilizando frases ofensivas como “soy un desastre”, “no sirvo”, ya que debemos entender que somos hijos de Dios, hechos a su semejanza, somos la herencia divina que tenemos un propósito en esta vida.

    Así que somos valiosos,  somos vasijas que necesitamos ser llenos del Espíritu Santo, debemos dejar que Dios entre a nuestros corazones para que pueda obrar conforme a su voluntad. Al respecto la palabra nos alienta a través de este hermoso versículo:

    “La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de lo cual no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte” (2 Corintios 7:10)

    En este sentido, este versículo nos habla acerca de dos tipos de tristeza, la tristeza según el Señor y la tristeza del mundo. Según Dios, este tipo de tristeza conlleva a un cambio de corazón, nos anima a actuar. Pero aquella tristeza del mundo nos lleva a la depresión y nos dirige a la muerte. Nos desmoraliza y nos consume.

    Debemos entender que detrás de un fracaso viene el éxito, después de una derrota viene la victoria, y esas lecciones que aprendemos, nos harán evitar futuros tropiezos, nos harán más sabios.

    3.- Debemos olvidar el pasado y tener una visión hacia el futuro

    Ciertamente el pasado al parecer nos persigue, incluso si tratamos de olvidarlo, siempre alguien trata de hacérnoslos recordar. Pero Dios nos dice en Filipenses 3:13-14 lo siguiente: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”

    De esta manera debemos enfocarnos en las maravillas que Dios tiene para nosotros en lugar de lamentarnos por algo que ya pasó. El arrepentimiento nos puede ayudar a liberarnos del pasado. Por lo cual la oración es una herramienta poderosa para derrotar esas ataduras y avanzar hacia las buenas nuevas de Cristo.

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    De esta manera debemos deshacernos del viejo hombre, dejar atrás el pasado, ya que Dios nos enseña que él borra todo pecado de nosotros y no lo recuerda más. Tal como lo señala su palabra: “Yo, yo soy el que arraigo tus rebeliones por amor de mí; y no me acordaré de tus pecados” (Isaías 43:25)

    4.- Mi confianza está en Dios

    Debemos estar firmes sobre la roca que es Cristo, teniendo nuestra confianza solo en el Todopoderoso, ya que las circunstancias amargas son solo pasajeras pero nuestro Dios es eterno. Al respecto la palabra de Dios nos reconforta en el libro de Romanos 8:28: “Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a Su propósito son llamados”.

     La voluntad de Dios es perfecta, ya que él tiene un propósito en nuestra vida que a pesar de que no lo entendamos a plenitud, debemos confiar. Dios no quiere que ningún alma se pierda y por eso encomienda a sus hijos a proclamar su palabra.

    Así que tenemos un llamado de Dios que es predicar su palabra y para ello primeramente debemos confiar en nuestro Padre, para así ser un testimonio viviente de su obra en nosotros, ya que la mejor prédica es tu testimonio.

    Beneficios de la oración

    La oración es el medio a través del cual nos podemos comunicar con Dios. Es hablar con Dios directamente, de corazón y con sinceridad. El mayor regalo que nos da la oración es estar cerca de la presencia del Señor, quien nos da seguridad, gozo, bendiciones, fortaleza, entre muchos otros beneficios. Si clamamos a él, de seguro él nos responderá, tal como lo señala su palabra:

    “Así ha dicho Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla; Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jeremías 33: 2-3)

    Cuando nos levantamos en oración, dándole gracias a Dios por todo, por sus bendiciones y poniendo nuestra entrada y salida en sus manos, debemos tener la seguridad de que Dios nos resguardará. Tal como lo dice su palabra:

    “El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma. Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre” (Salmos 121: 6- 8)

    Sin embargo, como hijos de Dios, creyentes y fieles a él, pasaremos por pruebas y momentos difíciles, ya que necesitamos pasar por el fuego para ser moldeados y convertidos en una hermosa vasija, donde el Espíritu Santo se posará en nosotros y permaneceremos en la presencia de nuestro Padre hasta la segunda venida de Cristo, donde seremos arrebatados al reino de los cielos.

    Oración para comenzar un nuevo día
    Oración para comenzar un nuevo día

    Esta es una de las promesas de Cristo, pero debemos arrepentirnos de corazón para poner tener el privilegio de entrar en el reino de Dios, donde nuestras coronas serán entregadas al Rey de Reyes y Señor de Señores. Tal como lo revela su palabra:

    “Los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas” (Apocalipsis 4:10-11)

    10 Versículos alentadores

    La Biblia nos muestra cómo Jesús comenzó su día, en oración, quien oraba sin cesar, ya que ésta era la manera de comunicarse con su Padre. Mediante esta oración, podía tener la fortaleza para hacer la voluntad de Dios. Los versículos pueden resultar muy alentadores para comenzar nuestro día con la presencia de Dios en nuestra vida. A continuación te muestro algunos de ellos:

    1.- Lamentaciones 3:22-23

    “Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad”

    2.- 2 Corintios 4:16

    “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día”

    3.- 2 Pedro 3:18

    “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén”

    4.- Malaquías 1:11

    “Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos”

    5.- Eclesiastés 3:11

    “Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”

    6.- Jeremías 29:11

    “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”

    7.- Filemón 1:25

    “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén”

    8.- Salmos 34:8

    “Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él”

    9.- Salmos 119:2

    “Bienaventurados los que guardan sus testimonios, Y con todo el corazón le buscan”

    10.- Filipenses 4:19

    “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”

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