Análisis del versículo: "Padre perdónalos porque no saben lo que hacen"

El versículo “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen” que se encuentra en el libro de Lucas 23:34 muestra la total misericordia de Nuestro Señor Jesucristo cuando estaba crucificado en la cruz del calvario, rodeado de la crueldad de los soldados y junto a los criminales que igual que él se encontraban en la cruz.

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A pesar de la agonía que sentía Jesucristo luego de haber sido cruelmente golpeado, humillado y crucificado, sentía preocupación por la salvación de sus enemigos, por los soldados romanos que se habían burlado de él y por los ladrones que también estaban en la cruz. Esto lo podemos visualizar en su palabra:

“Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: !!Bah! tú que derribas el templo de Dios, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo, y desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciendo, se decían unos a otros, con los escribas: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar. El Cristo, Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. También los que estaban crucificados con él le injuriaban” (Marcos 15:29-32).

De esta manera podemos ver cómo Jesucristo a pesar de todas las injurias, maltratos, humillaciones y crueldad, sintió la necesidad de orar por ellos, por su ignorancia y falta de fe, para que Dios tuviera misericordia y pudiera darles el perdón. Pero no todos pueden ser perdonados si no existe un real arrepentimiento.

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    3 Aspectos importantes del versículo “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”

    Es importante destacar que esta oración que Jesucristo hace cuando se encuentra en la cruz del calvario no indica que Dios perdonó a todos, ya que sin el real arrepentimiento no pueden alcanzar la salvación. Sin embargo Jesucristo intercedió por ellos para que Dios tuviera misericordia por aquello que estaban haciendo por ignorancia y falta de fe, que fue humillar y golpear al Mesías.

    Al respecto hay 3 aspectos que se deben considerar para analizar este versículo y comprender por qué Jesús oró por aquellos que le hacían el mal:

    1.- Jesús perdonó a sus adversarios:

    Jesucristo cuando vino a este mundo, lo hizo con un propósito divino, para buscar a los que estaban perdidos y ofrecerles el camino, la verdad y la vida. Nuestro Señor nos enseña con sus acciones el amor hacia el prójimo y lo coloca como uno de los mandamientos:

    “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22: 37-39)

    Esta no constituye una Ley Nueva simple que debemos acatar, sino que nos revela el criterio de autenticidad de nuestra fe y de nuestra manera de ser personas comprometidas con Cristo. Por una parte nos manifiesta  que estos dos mandamientos son la base fundamental de la verdad y puede sostener cualquier ley.

    Por otro lado, nos expone ante la realidad de Dios y a la realidad de nuestro Prójimo. Así que en el amor encontramos esa fuente de agua viva, ese alimento que nos sustenta y que nos alienta cada día.

    Gracias a ese amor que Jesús nos muestra en la cruz del calvario y que sobrepasa todo entendimiento, podemos percatarnos de la magnitud del amor que Cristo sentía por la humanidad, aún cuando ésta lo haya puesto en una situación muy dolorosa y humillante. Así que Cristo nos enseña con sus acciones que sí podemos amar al prójimo a pesar de que éste nos haga daño.

    En este sentido, cuando amamos a Dios y al prójimo, estamos sintiendo pasión por Dios y compasión por la Humanidad, ya que Pasión-Compasión quiere decir que alabamos la existencia desde su raíz, y debemos tomar parte en la vida mostrando gratitud y optando siempre por aquello que es bueno, y vivir de manera espiritual y no carnal, dejar morir todas las cosas que nos atan y entregarnos a la voluntad de Dios. De esta forma, perdonaremos al prójimo de corazón, así como Jesús lo hizo clavado en esa cruz.

    2.- Jesús intercedió por sus enemigos

    Jesús cuando estaba clavado en la cruz del calvario sintió la necesidad de orar por todos aquellos que lo habían agredido, injuriado y humillado, ya que comprendía que por su ignorancia, perderían el regalo de la salvación.

    De esta forma Jesucristo sintió compasión y puso de manifiesto el nuevo manifiesto de amar a nuestro prójimo como a uno mismo, ya que este acto demuestra la verdadera fe del creyente.

    Además estaba cumpliendo la profecía descrita en el Antiguo Testamento:  “Él llevó el pecado de muchos, e intercedió por los transgresores” (Isaías 53:12). De esta forma, y desde la cruz, Jesucristo intercedió por los pecadores. En la actualidad, luego de que Jesucristo fuera resucitado y glorificado, continúa siendo “el único mediador entre Dios y los hombres” (1 Timoteo 2:5).

    3.- Jesucristo ponía en práctica el mandamiento: “amar al prójimo como a ti mismo”

    Jesucristo añadió a los mandamientos el amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, así que en lugar de arremeter contra nuestros enemigos, debemos amarlos y orar por ellos así como él lo hizo cuando estaba crucificado y experimentaba dolor, humillación y cansancio.

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    Jesús oró de esta forma:  “Padre, perdónalos,” debido a que estaba llevando a cabo el principio que había impartido con sus enseñanzas en sus evangelios, tal como se evidencia en el sermón del Monte: ”Habéis oído que se dijo:’ Amad al prójimo y odiad a vuestro enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen “(Mateo 5:43-44). Jesús, el aún siendo perseguido, sintió la necesidad de orar por sus transgresores.

    Por qué Jesús pedía perdón por sus adversarios

    Aquellos pecadores que colocaron a Jesucristo en la cruz no conocían la verdad y eran ignorantes de la real importancia de sus actos en contra del maestro. Los soldados, específicamente, solo seguían órdenes, pero desconocían lo que en realidad estaba pasando, ya que los que eran condenados, eran tratados de esa manera y ellos pensaban que estaban haciendo lo correcto al castigarlos.

    Padre perdónalos porque no saben lo que hacen
    Padre perdónalos porque no saben lo que hacen

    En este sentido, los soldados romanos no sabían que estaban matando al Hijo de Dios, tal como lo revela su palabra:  “Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria” (1 Corintios 2: 7-8).

    Así que la mafia no sabía en realidad a quién trataban de destruir sin razón alguna, más que su propia maldad y ego. Los líderes judíos fueron engañados para que pensaran que Jesucristo era solo un charlatán. Tal como su palabra lo revela: “Mas ahora, hermanos, sé que por ignorancia lo habéis hecho, como también vuestros gobernantes” (Hechos 3:17).

    Cuando Jesucristo oró diciendo “Padre, perdónalos,” Jesús dejó en evidencia su infinita misericordia, demostrando que los amaba a pesar de todas sus transgresiones: “Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños” (Mateo 18:14).

    Esta oración hecha por Jesús cuando estaba en la cruz fue respondida en la vida de mucha gente. El centurión romano al pie de la cruz, cuando vio la manera en la que Jesús murió afirmó: “Ciertamente este hombre era el Hijo de Dios”. (Marcos 15:39). Además uno de los ladrones que también estaba crucificado le pidió a Cristo que lo llevara al paraíso:

    “Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo” (Lucas 23:39-43).

    De esta manera, Jesús en la cruz otorgó el perdón para todos los que quisieran creer en él. Nuestro Señor pagó el precio con su sangre para poder librarnos de todos los pecados cometidos en nuestra ignorancia, ya que al no conocer el plan divino estamos en la ignorancia y por lo cual la entrada al reino de los cielos se nos era vedada.

    Pero ahora gracias a su perfecto sacrificio, él decidió perdonarnos y librarnos por completo de la esclavitud del pecado, el cual nos mantenía atados a las cosas del mundo y a los deseos carnales, alejándonos cada día más de la presencia de Dios.

    Esto se puede apreciar en la palabra donde nos muestra el propósito de Cristo en la tierra: “Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28).

    La oración de Jesucristo en la cruz fue respondida

    Una vez que analizamos la situación de Jesús en la cual le pide a Dios que perdone a sus transgresores, pensaríamos que se trata de una oración dirigida a personas que llevaron a cabo su arresto y que participaron en su muerte.

    Sin embargo, este enfoque es algo limitado, ya que esta oración va mucho más allá porque incluye a toda la humanidad que en su ignorancia puede caer también en el pecado. Tal como lo revela su palabra: “Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21)

    Aunque podemos encontrar evidencias acerca de la existencia de Dios y de sus bondades, todos en algún sentido podemos rechazarlo y alejarnos de sus mandatos, ya que somos humanos y tenemos libre albedrío. Pero quizás éramos ignorantes de lo que estábamos haciendo cuando nos poníamos en contra de nuestro Señor, creador del cielo y de la tierra.

    Pero cuando Cristo oró por aquellos transgresores, también los hizo por nosotros, que dentro de nuestra ignorancia, muchas veces le podemos fallar a Dios, sin medir las consecuencias de nuestras acciones. Así que es un privilegio poder conocer la palabra de Dios y saber el plan divino del sacrificio de Cristo, ya que gracias a esto podemos apreciar la luz de la verdad, que antes estada vedada.

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    Así que la situación cambió totalmente con esta hermosa oración de Nuestro Señor Jesucristo al decir que nos perdonara por nuestra ignorancia. Por lo cual la muerte del Hijo fue la respuesta a esta oración, ya que cuando Jesús murió, el sacrificio le fue agradable a Dios para el perdón de nuestros pecados, de forma que cualquier persona que crea en él para salvación y nazca de nuevo, pueda llegar a obtener el regalo de la salvación. De esta manera que cuando se consumó este sacrificio, se rasgó el velo que nos mantenía alejados de Dios, y ahora podemos tener acceso a él mediante su hijo Jesucristo.

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